El último reto de Juanma Moreno: aportar uno de cada cinco diputados del PP en el Congreso

El resultado del PP andaluz en las elecciones generales de noviembre de 2019 fue bastante malo. Los populares solo lograron 15 de los 61 escaños que reparten las ocho provincias. Y, paradójicamente, fue uno de los mejores comportamientos registrados por el partido en la comunidad, ya que aportaron el 17,6% de los diputados al cómputo general, por debajo de otros precedentes. Pero solo en una ocasión el peso de la formación fue mayor en un grupo parlamentario popular, en la mayoría absoluta de Mariano Rajoy de 2011. Y entonces el porcentaje fue del 17,7%, con 33 de los 186 representantes que auparon al gallego al Palacio de la Moncloa por primera vez.

Juanma Moreno quiere cruzar ese Rubicón aprovechando la hegemonía que el PP andaluz comenzó a construir con su mayoría absoluta, que cumplió un año el pasado 19 de junio. El malagueño reeditó el éxito de las autonómicas en las municipales del 28 de mayo y acumula un poder institucional nunca antes visto en la comunidad más poblada de España. Controla la Junta, seis de las ocho diputaciones (la de Huelva por primera vez en la historia) y las ocho capitales de la región. Y ahora tiene ante sí un nuevo reto, el de conseguir que la formación aporte uno de cada cinco escaños al grupo popular, algo para lo que necesita mejorar, con mucho, los números de 2019.

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Fue el propio Alberto Núñez Feijóo, en una junta directiva del PP andaluz celebrada en Sevilla tras el 28-M, quien le pidió a Moreno “el triplete” para poder llegar a la Moncloa. Y es obvio afirmar que el partido mejorará sus números en Andalucía respecto a las últimas generales. Los 15 parlamentarios de noviembre de 2019 son el segundo botín más exiguo desde que la formación existe con su denominación actual. Solo en las elecciones de abril logró menos escaños, con 11 diputados andaluces del PP (los mismos que logró entonces Ciudadanos).

En cualquier caso, el porcentaje que suponen los diputados populares de Andalucía en el cómputo general siempre ha oscilado entre el 14,1% de las elecciones de 1993 y ese 17,7% de la mayoría absoluta de Rajoy. Con Juanma Moreno, el desempeño ha estado por encima de la media. Desde su llegada, en 2014, el porcentaje ha oscilado entre el 16,6% de 2016 y el 17,6% de noviembre de 2019. Las cifras no son desdeñables, ya que coinciden con el surgimiento de los nuevos partidos posteriores al 15-M y la entrada en juego de formaciones que compiten en el mismo bloque que el PP, como ocurrió con Ciudadanos y sucede ahora con Vox.

Hay un dato llamativo en ese porcentaje y es que solo el mejor PP ha sido capaz de acercar su peso relativo en el grupo popular del Congreso al peso poblacional de Andalucía, que se corresponde con el 17,8% de la población. Y eso es algo que siempre ha logrado el PSOE andaluz, por el contrario. En los últimos procesos electorales, los socialistas siempre han aportado, al menos, uno de cada cinco escaños a su grupo. Solo en abril de 2019, pocos meses después de la traumática pérdida de la Junta, bajaron de esa cota del 20% por primera vez desde 1979. Aunque la rozaron con el 19,5% y en la repetición electoral, con 25 de los 61 escaños en el zurrón, recuperaron el nivel (20,8%). Hay que tener en cuenta que el PSOE andaluz llegó a acumular casi a uno de cada cuatro escaños del grupo socialista, con el 24,4% logrado en 2015.

Ese desequilibrio entre socialistas y populares es el tercer hito que Juanma Moreno quiere dejar atrás, y en San Fernando, sede regional del partido, creen que hay mimbres para conseguirlo. No en vano, los dirigentes populares afirman de forma habitual que el PP andaluz es el más fuerte de todo el país. Y un buen dato en el sur, sumado al que esperan en Valencia y Madrid, es la clave para llevar a Feijóo a la Moncloa. Pero la tarea no está exenta de dificultad. “Es muy difícil arañar escaños en provincias más pequeñas”, apunta un dirigente del PP andaluz en referencia a provincias como Córdoba o Almería, que reparten seis diputados; o Huelva y Jaén, donde hay cinco asientos en juego.

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Hay que tener en cuenta que gran parte del voto de Ciudadanos ya se esfumó en noviembre de 2019, y la absorción de los naranjas, cómo ha ocurrido en las últimas convocatorias electorales, solo reportaría al PP tres escaños más para llegar a 18. Con esa cantidad, Moreno no lograría ese objetivo de que el 20% del grupo popular que salga del 23-J tenga acento andaluz. Para ello, necesita captar a votantes de Vox que vean en el PP la opción útil, como consiguió el malagueño en las andaluzas. Y convencer a socialistas desencantados. En su contra, tiene un dato. Ni en los peores momentos del PSOE, con Podemos más fuerte que nunca, los socialistas lograron menos de 20 escaños en Andalucía, como ocurrió en 2016.

Según la última encuesta de IMOP-Insights para El Confidencial, Feijóo logrará entre 136 y 138 escaños, por lo que el partido debería rondar los 27 o 28 escaños para rozar ese 20% del peso del grupo. Es un número que en San Fernando ven posible en virtud de los últimos resultados. El dato del PSOE en las municipales no fue tan malo, con 1,3 millones de votos frente a los 1,48 de los populares, pero estos últimos achacan la cifra de los socialistas al aguante de los alcaldes. Las elecciones del 23-J se plantean como un plebiscito sobre Pedro Sánchez, también en Andalucía. Así lo demostró la comparecencia de Antonio Repullo, el secretario general del PP andaluz y responsable de la campaña, que centró en el “maltrato” del presidente del Gobierno a la región gran parte de sus argumentos.