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La obligada reinvención de Francisco de la Torre tras la decepción de la Expo 2027 en Málaga
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INVERSIONES EN EL AIRE

La obligada reinvención de Francisco de la Torre tras la decepción de la Expo 2027 en Málaga

El regidor malagueño, que se había volcado con el evento internacional, deberá 'reenfocar' su gestión para los próximos cuatro años con el problema de la vivienda como principal asunto

Foto: De la Torre, el presidente andaluz, Juanma Moreno, el presidente de la Diputación de Málaga y el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, en la embajada de España en París. (EFE/Valentina Camu)
De la Torre, el presidente andaluz, Juanma Moreno, el presidente de la Diputación de Málaga y el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, en la embajada de España en París. (EFE/Valentina Camu)

La delegación malagueña aún trataba de digerir la decepción por la designación de Belgrado como sede de la Expo 2027 cuando el alcalde, Francisco de la Torre, se agarraba a una idea expresada en su último discurso de investidura: “Es un proyecto que vale la pena. Con o sin ella, trataremos de que salga adelante”. El regidor, de esta forma, no bajaba los brazos ante las dudas que se apoderaban de las promesas de crecimiento de la ciudad y las incertidumbres que condicionan su futuro político. Porque gran parte de la gestión del que probablemente sea su último mandato iba a girar en torno a un evento de carácter internacional sobre el que había trazado la siguiente fase de transformación de Málaga. Un desarrollo que ahora no es más que una expectativa y que obliga al dirigente popular a reinventarse para tratar de proseguir con el proyecto y de dar soluciones a problemas persistentes como el del acceso a la vivienda.

La sensación de aturdimiento que deja la decisión de los delegados de la Bureau Internacional des Expositions (BIE), que otorgaron 81 votos a la candidatura de la capital serbia, frente a los 70 concedidos a la malagueña, se extiende sobre la multitud de infraestructuras que se iban a acometer por el impulso de la Exposición Internacional y sobre las que se apoyaba buena parte de la expansión de la ciudad.

Foto: Vista de parte de la Bahía de Málaga. (EFE)

Teniendo en cuenta la preocupante escalada de precios, la construcción de 1.440 viviendas era una de las actuaciones más esperadas. Como la ampliación del Palacio de Ferias y Congresos, con la que se trataba de satisfacer las aspiraciones malagueñas por aumentar su cuota en este segmento turístico. El nuevo Auditorio, el Eje Litoral, la construcción del Vial Distribuidor, la carretera A-7054, el Plan Guadalmedina o la ampliación de la línea de cercanías C-2 son otras de las iniciativas que actualmente se desconoce si verán la luz.

Las inversiones previstas rondaban los 2.000 millones de euros, una cantidad que el Ayuntamiento de Málaga jamás podrá asumir en solitario. Si a eso le sumamos el horizonte económico, con la Unión Europea (UE) emitiendo señales sobre una recuperación de las reglas de déficit y reducción de la deuda, los márgenes para que otras administraciones se sumen a su intento por tratar de mantener con vida el proyecto se limitan notablemente.

Las inversiones previstas rondaban los 2.000 millones de euros, una cantidad que Málaga jamás podrá asumir en solitario

La predisposición de todas ellas podrá comprobarse en breve. El Ejecutivo central, por ejemplo, es propietario de los terrenos en los que se iba a desarrollar el corazón de la Expo 2027. Por lo que la no elección de la candidatura malagueña disuelve el protocolo de cesión que en diciembre del año pasado firmó la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, con Francisco de la Torre. En el lugar, como alternativa, se había comentado la posibilidad de acoger un centro para empresas digitales. Habrá que esperar para ver si es una opción factible. Como la ampliación del Centro de Mercancías que se había ideado.

Lo que no debería sufrir contratiempos es la construcción de 1.362 viviendas protegidas que la Entidad Pública Empresarial de Suelo (Sepes) lleva años impulsando y que ha comenzado sus primeros trámites administrativos.

El nuevo escenario obliga al regidor a revisar su plan de gobierno para los próximos cuatro años y no defraudar las perspectivas generadas. La Expo iba a ser el colofón a su carrera política, la despedida soñada tras casi tres décadas al frente de la ciudad y el legado a una ciudad en cuya transformación ha sido pieza clave, pero la instantánea de la inauguración de ese “laboratorio sobre la sostenibilidad” vuelve a ser un anhelo hoy en día. Y pone de relieve las dificultades de la ciudad para atraer una gran cita que la catapulte para incrementar su grado de conocimiento.

Foto: Vista de la ciudad de Málaga. (EFE/Jorge Zapata)

Por todos estos condicionantes, y por más que Francisco de la Torre se empeñe en insuflar oxígeno al proyecto, parece improbable que este pueda revivir en su dimensión original. Esta circunstancia sitúa al alcalde ante la difícil tarea de compensar la decepción sufrida con actuaciones ilusionantes, que sigan ahondando en la proyección nacional e internacional de Málaga, pero que atajen los problemas adosados al rápido crecimiento experimentado en los últimos años.

“Seguimos con el mismo entusiasmo, la misma ilusión, el mismo amor y pasión por la ciudad”, señaló el regidor, que sostuvo que “no se llamará Expo 2027”, pero “este gran proyecto, de una u otra forma, será realidad”. Alguno de los proyectos colaterales “va a seguir vivo, porque la ciudad lo necesita”, remarcó.

La delegación malagueña aún trataba de digerir la decepción por la designación de Belgrado como sede de la Expo 2027 cuando el alcalde, Francisco de la Torre, se agarraba a una idea expresada en su último discurso de investidura: “Es un proyecto que vale la pena. Con o sin ella, trataremos de que salga adelante”. El regidor, de esta forma, no bajaba los brazos ante las dudas que se apoderaban de las promesas de crecimiento de la ciudad y las incertidumbres que condicionan su futuro político. Porque gran parte de la gestión del que probablemente sea su último mandato iba a girar en torno a un evento de carácter internacional sobre el que había trazado la siguiente fase de transformación de Málaga. Un desarrollo que ahora no es más que una expectativa y que obliga al dirigente popular a reinventarse para tratar de proseguir con el proyecto y de dar soluciones a problemas persistentes como el del acceso a la vivienda.

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