Temporeros para los chiringuitos: la hostelería de Cádiz busca mano de obra en Marruecos

El sector turístico gaditano se reunía este martes en su foro anual, el mayor punto de encuentro y debate sobre el estado de la principal actividad económica de la provincia. Políticos, empresarios y profesionales reconocidos, entre ellos chefs con varias estrellas michelín, pusieron en común la apuesta por la excelencia y por atraer a los visitantes con mayor capacidad adquisitiva cuando la patronal de la hostelería irrumpió con la propuesta más polémica: sondear la mano de obra de Marruecos para los bares y restaurantes gaditanos.

"El pasado verano encontramos dificultades para encontrar personal, en algunos casos ni siquiera lo conseguimos a través del Servicio de Empleo Andaluz (SAE). Tenemos que mirar al futuro y esto parece una buena opción", expuso Antonio De María, presidente de HORECA (Hoteles, Restaurantes y Cafés), la patronal de la hostelería en la provincia de Cádiz. Su planteamiento es claro: si no hay profesionales disponibles en Cádiz, se solicitará un contingente de trabajadores del país vecino, como ocurre con las temporeras de la fresa en Huelva.

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Los establecimientos de restauración alcanzaron en agosto de 2023 un hito en las contrataciones, con más de 60.000 empleados. El turismo gaditano vive su mejor momento: la provincia bate verano tras verano su récord de pernoctaciones, es el destino andaluz con mayor gasto diario por visitante y negocios como la hostelería se ven beneficiados.

Sin embargo, los empresarios tienen vacantes sin cubrir y temen morir del éxito. Según su versión, el año pasado algunos negocios se quedaron cerrados ante la falta de profesionales, especialmente de cocineros. La patronal cita un caso en Barbate, uno de los municipios con más paro de España.

"El año pasado algunos negocios se quedaron cerrados ante la falta de profesionales, especialmente de cocineros"

La Confederación de Empresarios de Cádiz ha apoyado la idea de reforzar las plantillas con camareros marroquíes y ha elevado una consulta al Ministerio de Migraciones por si fuese necesario. Mientras tanto, los representantes de los hosteleros ya han contactado con escuelas de hostelería y autoridades del país vecino. "Debemos buscar soluciones antes del verano porque luego pasa lo que pasa", adelanta De María.

La propuesta ha sido objeto de debate durante toda la semana en Andalucía, donde hosteleros de otras provincias como Málaga se han sumado a la propuesta. A muchos les sorprende que la idea parta de Cádiz, donde el paro estructural supera el 20%. El verano pasado, las listas de demandantes de empleo seguían sumando unos 20.000 profesionales de la hostelería mientras los empresarios dejaban vacantes sin cubrir. ¿Por qué?

"Nadie cobra menos de 1.500"

La versión de la patronal difiere aquí con los sindicatos y el sentir de buena parte de la población. Muchos critican las condiciones del sector, aunque los hosteleros se remiten al convenio, "uno de los mejores de España". "Ningún profesional de la hostelería de esta provincia cobra menos de 1.500 euros brutos", ha llegado a sentenciar esta semana De María, quien cree que el problema no es de los empresarios y se remite a las tablas salariales. "Quien vea que no se cumplen las condiciones, que lo denuncie. El que calla es cómplice. Y si no que me llamen a mí, que yo denunciaré esa competencia desleal", añade.

Los sindicatos reconocen las bondades del convenio, pero creen que ahí no está el problema. "El problema es que no se cumple", asevera Begoña López, secretaria provincial de la Federación de Servicios de CCOO de Cádiz. Al sindicato llegan "a diario" trabajadores "con condiciones escandalosas". "El convenio establece una jornada mínima de cuatro horas, pero los hay inferiores. En la práctica, muchos trabajan 10, 12 o 14 horas. Tenemos casos de jóvenes que han trabajado tres o cuatro semanas, les despiden y no les pagan", añade López.

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La representación sindical es habitual en los hoteles con grandes plantillas de trabajadores, donde el cumplimiento del convenio es habitual. Sin embargo, los empleados de establecimientos de restauración más pequeños están menos organizados. "Ahí no se controla. No sé hasta qué punto la inspección de trabajo tiene el mapa de todo lo que ocurre en la provincia porque tiene medios muy limitados", añaden desde CCOO. Cádiz cuenta con unos 8.000 establecimientos hosteleros.

"Cuando la Inspección Laboral visita un bar, los trabajadores están aleccionados. La mayoría, por conservar su puesto de trabajo, están obligados a mentir. Yo mismo lo he hecho porque de mi trabajo dependía el pan de mi casa", añade José María Rueda, cocinero con más de 35 años de experiencia. Ahora se siente un "privilegiado" y forma parte de la plantilla de un hotel, pero su mayor sueldo fueron 1.500 euros netos que llegó a cobrar antes de la crisis de 2008. "La sociedad ha evolucionado y la juventud no está dispuesta a tragar con lo que hemos tragado nosotros. Mi hijo tiene 23 años y no me lo imagino aceptando esas condiciones", añade este veterano profesional gaditano.

Falta de alquileres

La falta de personal es aún mayor en pequeños municipios costeros donde la población se multiplica en verano y la oferta habitacional es muy limitada. En estos destinos, el gasto en alquiler se lleva gran parte del sueldo, lo que dificulta atraer empleados de otras partes de la provincia. "Yo vivía en una tienda de campaña porque el alquiler era implanteable con un sueldo de camarero. Algunos viven en furgonetas", explica Amaro De la Calle, un joven jerezano que ha trabajado dos veranos en un camping con chiringuito de Los Caños de Meca (Barbate).

Su testimonio refleja varios de los incumplimientos denunciados por los sindicatos: "En la práctica, trabajaba de lunes a domingo, pero según el cuadrante oficial descansaba los fines de semana, así que lo pregunté. Me dijeron que si descansaba no cobraría esos días. Me pagaban 50 euros por jornada entre semana y 60 los sábados y domingos; en total, unos 1.500 euros al mes y nos ponían de comer. El cuadrante era una muleta por si había una inspección de trabajo; además, nos obligaban a firmar que descansábamos dos días a la semana". Según CCOO, muchos de los que se acercan al sindicato son jóvenes "sin medios" ni capacidad económica para demandar. "Les cuesta más la denuncia que lo que pueden ganar".

El cuadrante era una muleta por si había una inspección de trabajo; además, nos obligaban a firmar que descansábamos dos días a la semana

La patronal se muestra en contra de estos casos, aunque reconoce que en verano echan en falta los refuerzos de jóvenes."La población juvenil en España ha decrecido y los que están ahora no apuntan a trabajar en la hostelería", explica el portavoz de los hosteleros. En cualquier caso, desde el sector reclaman profesionales de todas las edades y de todo tipo, desde auxiliares, pasando por cocineros y jefes de sala.

En ese contexto, los empresarios valoran el impulso que supondría traer estudiantes de escuelas de hostelería de Marruecos. "Tendremos así personal con vocación y motivado. La hostelería no es un trabajo para dejarlo cuando te parezca, queremos que sean profesionales que sientan y vivan la profesión. Con el tiempo, algunos de los que empiezan como trabajadores acaban como empresarios. Esa es la ley natural de la hostelería: un buen empleado se convierte en jefe o empresario", expuso tras el VII Foro Provincial de Turismo.

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La propuesta ha sido criticada a izquierda y derecha. Para Vox, "no es de recibo" traer marroquíes a una provincia con miles de parados. Adelante Andalucía, la formación de Teresa Rodríguez, acusó de "racistas" a la patronal. Incluso el delegado territorial de la Consejería de Empleo de la Junta (PP) reclamó que se cumpla "escrupulosamente" con el convenio colectivo. "Sólo será posible un sector turístico de calidad si se respeta la legislación laboral", añade Begoña López, de CCOO.

De momento, tras la repercusión del anuncio cuatro organizaciones sin ánimo de lucro han concertado reuniones con la patronal de hostelería para fomentar la empleabilidad entre los Menores Extranjeros No Acompañados (MENA) que cumplen 18 años y pierden la tutela del Estado. "Son marroquíes, pero ya están el España, aunque se quedan en la calle. El director general de Migraciones nos lo propuso. Algunos están estudiando y quieren hacer las prácticas con nosotros", explica De María, quien celebra que las gestiones "ya han dado resultado". "Es un problema que tenemos todos los españoles y con esos jóvenes hay que hacer algo", concluye.