Aduanas modifica su manual de operaciones para pilotos tras la muerte de un agente

La dirección adjunta del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) firmará en los próximos días un nuevo Manual de operaciones de helicópteros que se adapta a la realidad de las actuales intervenciones del cuerpo en su lucha contra el narcotráfico. Una medida que es consecuencia de las recomendaciones realizadas por la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana en su informe sobre el siniestro que costó la vida a un agente al caer al mar su helicóptero durante la persecución de una embarcación frente a las costas de Algeciras (Cádiz).

Fuentes del SVA confirmaron a este periódico que el nuevo texto por el que se deberán regir los pilotos durante sus complejas actuaciones está elaborado y se encuentra a la espera de unos trabajos de diseño para que comience a ser distribuido.

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La firma del documento, precisaron, podría producirse esta misma semana, por lo que se estima que su aplicación sea inmediata entre los tripulantes de los helicópteros que participan desde el aire en la lucha diaria contra el tráfico de drogas en las costas españolas. Así daría cumplimiento a una de las seis recomendaciones realizadas por la citada comisión y que solicitaba a Eliance Helicopter Global Services, empresa operadora de las aeronaves, que "modifique su manual de operaciones y siga el procedimiento de aprobación establecido para que contemple todos los aspectos relacionados con la operación demandada por el Servicio de Vigilancia Aduanera".

En las conclusiones del documento, de 25 páginas, reclamaba como medida preventiva que se suspendieran "todas las actividades" que no estuviesen recogidas en el manual hasta que no fuese actualizado y pedía a la dirección adjunta de la SVA que "defina la operación correspondiente a las aeronaves destinadas a las actividades de aduanas".

Los especialistas en investigación de siniestros aéreos consideran oportuno que el operador "establezca cuál debe ser el entrenamiento necesario para las tripulaciones que se incorporan por primera vez" a este peligroso trabajo. Una acción formativa que el Servicio de Vigilancia Aduanera debe extender a situaciones en las que hay que escapar de helicópteros hundidos.

Como se ha explicado anteriormente, esta decisión es consecuencia de las pesquisas realizadas en torno al siniestro en el que murió un agente. El Airbus Helicopter AS 365 N3 despegó a la 1:20:30 del 11 de julio de 2021 de su base de Algeciras para realizar un vuelo rutinario de localización de embarcaciones. A bordo iban el comandante —con más de 9.300 horas de experiencia de vuelo—, el copiloto y el componente de Aduanas, cuya función era la de observador aéreo. "Cuando llevaban apenas cinco minutos de vuelo, oyeron por radio que la patrullera Águila IV del SVA perseguía a una lancha" y su compañero les ofreció ayuda desde el aire. Los tripulantes de la embarcación enviaron sus coordenadas, que los situaban a unas 35 millas náuticas.

El piloto relató que, al encender los focos, “con la humedad, se quedó totalmente sin visibilidad”

El informe de la comisión de investigación señala que "durante el posicionamiento, estando al sur de Punta Europa, fueron descendiendo desde 3.500 pies de altura, que es cuando vieron la luz del rotativo de la patrullera, hasta situarse a 500". "Desde ese momento, el agente de Aduanas fue guiando a la tripulación del helicóptero y continuaron el descenso hasta quedar por debajo de los 100 pies [unos 30 metros]", detallan los expertos, que por los testimonios recabados supieron que "las dos embarcaciones, la patrullera y la lancha a la que perseguían, realizaban giros constantemente".

"Encendieron los dos focos —el de búsqueda y la luz de aterrizaje—" y el piloto relató que, "con la humedad del ambiente, se quedó totalmente sin visibilidad" y perdió de vista al Águila IV. "En ese instante, notaron una sacudida como consecuencia de la introducción del rotor de cola en el agua", y a continuación "se sumergió la cabina", el aparato "volcó hacia el lado derecho y se dio la vuelta", recoge el documento, en el que se precisa que los tripulantes "activaron los flotadores que llevaban previamente armados" y que se desplegaron mientras la aeronave se sumergía.

Un rescate agónico

El comandante y el copiloto abandonaron el aparato por la puerta que cada uno de ellos tenía a su lado y bucearon hasta salir a flote. "Al comprobar que el agente del SVA no había ascendido a la superficie, ambos se sumergieron para intentar localizarle y rescatarle", una tarea a la que se sumaron dos miembros de la tripulación de la patrullera que se ofrecieron voluntarios y que dio la vuelta al percatarse del accidente aéreo.

El chaleco salvavidas y el casco dificultaban al piloto el buceo, por lo que rajaron el primero y se quitó el segundo para poder descender en el agua. Una vez sumergido, por el lado izquierdo, según la posición normal de vuelo, "abrió la puerta del helicóptero y se topó con un bulto que resultó ser la mochila que llevaba el agente de Aduanas". En un vídeo grabado por uno de los tripulantes de la patrullera se observa que, "después de realizar al menos tres inmersiones", entre su compañero y el copiloto, "lograron hallar dentro del helicóptero" al observador, "sacarle fuera por la puerta trasera derecha y subirle a la superficie". La confirmación de la localización se realizó a la 1:53, ocho minutos después de que se comunicase el accidente.

La embarcación puso rumbo al puerto deportivo de la urbanización de Sotogrande, en San Roque. Durante el traslado, de aproximadamente 60 minutos de duración, sus compañeros del helicóptero le practicaron maniobras de reanimación cardiopulmonar. Al llegar al recinto portuario, recibieron la ayuda de efectivos de la Guardia Civil y Protección Civil para llevarlo a tierra, donde continuaron las labores de reanimación, a las que se sumó personal sanitario cualificado. Pero no pudieron evitar el fatal desenlace: "Una hora después, se certificó el fallecimiento".

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La investigación ha concluido que la causa del accidente fue la realización de una "maniobra brusca a baja altura y con visibilidad reducida, no contemplada por el manual de operaciones" del Servicio de Vigilancia Aduanera. Circunstancia que ha motivado la modificación de protocolo, que se aprueba en los próximos días. La aeronave resultó con "daños importantes" en "la cola y el rotor principal" y fue recuperada el mismo día del accidente. La autopsia reveló que el agente perdió la vida por "una insuficiencia respiratoria aguda como consecuencia de la asfixia mecánica por inmersión".