El PP llega encendido a la campaña andaluza ante un PSOE con la tensión baja y la duda de Vox

Entre la caseta municipal de Dos Hermanas (el lugar donde Sánchez celebró su mitin el sábado) y el hotel Barceló de la Isla de la Cartuja (donde hizo lo propio Feijóo este domingo) hay 23 kilómetros y una media hora de camino en coche. Con el tráfico de un domingo de mayo en Sevilla, eso sí. Pero hay un abismo entre el ambiente que se percibió el sábado en el recinto ferial de la localidad nazarena y lo que se ha visto este domingo en la isla donde se celebró la Expo 92. El Partido Popular llega vitaminado al tramo final de la precampaña. Tanto, que se ve capaz de ganar por primera vez en Sevilla en las próximas elecciones andaluzas, que se celebran justo dentro de tres semanas. El PSOE nunca ha perdido en la provincia desde el final de la dictadura y celebró el gran acto de su precampaña en el fortín donde Pedro Sánchez inició el camino para reconquistar Ferraz, primero, y alcanzar la Moncloa, después. Pero ni el cuarto aniversario de la moción de censura, que se cumple este martes, prendió la mecha de la ilusión en los socialistas, que tienen enfrente el reto de recuperar la Junta con dudas sobre si serán capaces de movilizar a los suyos.

"Alguien que esté aquí solo cinco minutos ya sabrá quién va a ganar". Así ha comenzado Juanma Moreno su intervención en el acto más numeroso de la precampaña de los populares. En el hotel Barceló Renacimiento, según la organización, había más de 1.500 personas, algunas de las cuales habían llegado en autobuses que estaban aparcados en los alrededores. En uno figuraba 'Juanma presidente', uno de los lemas de campaña de los populares. En las sillas, banderas de España y Andalucía, ninguna con el azul corporativo del PP. Y la iluminación de la sala, que han utilizado indistintamente populares y socialistas en los últimos años: todos los focos estaban teñidos de verde. El logotipo de los populares, discreto, en la pantalla junto con el lema 'Andalucía avanza'. Cuando Moreno apareció en el estrado, desapareció y fue sustituido por un carrusel de fotos. La Alhambra de Granada, campos de olivos, la explanada de la ermita del Rocío, la playa de La Caleta. La estrategia, avanzada por el propio Juanma Moreno, es calcada de la que llevó a Alberto Núñez Feijóo a ganar con cuatro mayorías absolutas en Galicia.

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El día anterior, el PSOE dio una cifra algo superior. Hablaban de 1.800 asistentes en la caseta municipal de Dos Hermanas. Pero no hicieron el mismo ruido que los populares el domingo. El vídeo con Ana Pastor certificando que Sánchez había ganado la moción de censura, el 31 de mayo de 2018, sí encendió a los socialistas, aunque el ruido se amortiguó en la amplitud de la instalación del recinto ferial, más desangelado que el hotel de los populares. El desembarco de ministros en Dos Hermanas dio cuenta de la importancia que en Ferraz dan a los comicios del próximo 19 de junio. Fueron ocho los miembros del gabinete que arroparon a Sánchez y Espadas en la localidad donde Francisco Toscano encadenó 10 victorias seguidas hasta que el pasado enero dejó el bastón de mando.

Elías Bendodo quiso hacer daño con la elección del lugar del mitin socialista y en Málaga recordó que "el socialismo que llenaba el velódromo de Dos Hermanas, hoy, se ha ido a la caseta". Allí, Sánchez se centró en diferenciar su Gobierno del de Mariano Rajoy en el plano social, pero también en el institucional. Y habló de corrupción, sin citar a la Gürtel, que fue el motivo que justificó la maniobra de la moción de censura. Esa decisión ha permitido a los populares atizar al presidente y a su partido. "O es un insensato o es un desahogado", ha dicho este domingo Moreno al recordar que "el mayor caso de corrupción de España" fue el caso de los ERE fraudulentos, "que se produjo con gobiernos socialistas".

La cita no es baladí si se tiene en cuenta que las citas a la corrupción han generado las mayores ovaciones al líder de los populares en su acto de Sevilla. Tampoco ha sido desdeñable el aplauso cuando Moreno ha insistido en que seguirá bajando impuestos, con especial hincapié en sucesiones y donaciones. Los discursos con los que el PP erosionó al PSOE desde la oposición son ahora bandera de su Gobierno y encienden a los suyos cuando los sacan a pasear. Y un tercer argumento que los populares repiten para que permee en la opinión pública: "Unos hablan y nosotros hacemos". Estando en Sevilla, Moreno ha desgranado el rosario de proyectos atascados en la ciudad que se han desbloqueado en los últimos años, como el Hospital Militar, la rehabilitación de las atarazanas medievales y la Ciudad de la Justicia.

A pesar del optimismo que se destila en los actos del PP, el mensaje que trasladan desde la sala de máquinas es que no se pueden confiar. Moreno lleva varios actos insistiendo en esa idea y este domingo ha pedido a los suyos "humildad". "No nos confiemos, no infravaloremos la capacidad de nuestros adversarios", ha reiterado antes de acordarse de esa "poderosa maquinaria electoral" que es el PSOE andaluz. Moreno ha admitido que las encuestas les favorecen y reflejan "la ilusión" de quienes apuestan por su continuidad. Pero, al mismo tiempo, en la sala de máquinas del PP andaluz advierten contra el exceso de azúcar. "Vamos demasiado bien", revela un dirigente popular. Y no solo los jefes son conscientes de eso. Una de las asistentes al mitin, que llegaba a la Cartuja desde el pueblo sevillano de Pilas, mostraba las mismas preocupaciones, aunque también advertía del peligro que puede llegar por la derecha.

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Moreno ha vuelto a pedir el voto a los votantes socialistas "desencantados o distanciados", lo que provocó el sonoro enfado de Juan Espadas hace unos días. Es lógico si se tiene en cuenta que la estrategia de los socialistas es justo la contraria y pasa por reactivar a los votantes socialistas que se fueron a la abstención en las elecciones del 2 diciembre de 2018. Así nació el lema 'Si votamos, ganamos', que fue utilizado por el alcalde de Dos Hermanas, Francisco Rodríguez, en el mitin de su caseta municipal, en el que un importante porcentaje de los asistentes estaba por debajo de la media de edad del votante medio del PSOE. Esto, en parte, se debía a que en las Juventudes Socialistas hubo un llamamiento a la movilización, preocupados por la escasa asistencia de jóvenes en actos previos de la precampaña.

La baza del PSOE andaluz pasa por movilizar, como mínimo, a una parte de los 400.000 antiguos votantes socialistas que se quedaron en casa y a los que ahora Juanma Moreno quiere seducir. Pero esto no es solo importante para Juan Espadas y su futuro, sino para el propio Pedro Sánchez, consciente de que le será imposible seguir en la Moncloa si el resultado del PSOE en Andalucía es peor de lo esperado y no mantiene la cota de los 33 diputados que dejó Susana Díaz.

Vox y la izquierda

El desembarco de los dos partidos mayoritarios no ha sido el único de este fin de semana, ya que Vox inauguró sus grandes actos con líderes nacionales el pasado viernes en Málaga. La organización habló de más de 3.000 personas en el paseo de La Farola, pero las crónicas reducen la asistencia al entorno del millar de simpatizantes, también jóvenes en un porcentaje significativo. Aunque no hay que olvidar que gran parte de la campaña de Vox se sustenta en su éxito en las redes sociales, este fin de semana el despliegue comenzó en la capital de la Costa del Sol, con Macarena Olona y Santiago Abascal. Ambos repitieron el sábado en Granada y este domingo han estado en Almería, una de sus plazas fuertes. Con este despliegue, Vox busca aguar la fiesta al PP e intentar rebasar la barrera de los 20 diputados para entrar en el Gobierno de Juanma Moreno en coalición.

En el otro extremo del arco ideológico, la llegada de líderes nacionales y grandes actos es más discreta. Con la candidata de Por Andalucía, Inma Nieto, en Conil, donde está grabando el anuncio electoral, ha sido Alberto Garzón quien ha protagonizado los actos, con sendos encuentros en Granada, donde estuvo acompañado por la eurodiputada Sira Rego. El principal problema para este espacio político es la pugna con Teresa Rodríguez, que no tiene referente nacional en su empeño por ser un partido netamente andaluz, por la participación en los debates electorales. Y la duda es si todo este embrollo será un hándicap para activar a unas bases que han vivido ya varias experiencias de ruptura y reconciliación.