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Una campaña sin Susana Díaz: el PSOE andaluz se deshace de sus antepasados
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Elecciones en Andalucía 19-J

Una campaña sin Susana Díaz: el PSOE andaluz se deshace de sus antepasados

Los socialistas tienen dificultades para reivindicar a sus referentes de las últimas décadas. A pesar de que el programa ensalza los logros de sus mandatos, solo se cita al primer presidente, Escuredo, que protagonizó un mitin este sábado

Foto: Susana Díaz, en la comisión de investigación de la Faffe. (EFE/José Manuel Vidal)
Susana Díaz, en la comisión de investigación de la Faffe. (EFE/José Manuel Vidal)

El PSOE andaluz afronta una nueva campaña electoral, la primera en la oposición, con el reto de reconciliarse con su pasado. Incluido el más reciente. Es un problema enquistado desde hace ya casi una década, cuando la sombra de la corrupción se instaló sobre los socialistas con Manuel Chaves y José Antonio Griñán y su implicación en el caso de los ERE fraudulentos. En este 2022, la lista se ha engrosado, aunque por motivos distintos, con el nombre de la última expresidenta de la Junta con el carné del puño y la rosa, Susana Díaz. La trianera perdió las primarias ante Juan Espadas hace casi un año y no tendrá un papel protagónico en los actos públicos diseñados por el PSOE en su camino al 19 de junio, aunque todas las fuentes consultadas niegan hostilidad alguna entre la exlíder socialista y la actual dirección.

"Va a tener siempre respeto y consideración; ha sido presidenta de la Junta y secretaria general", relata una fuente de la nueva mayoría que controla San Vicente, sede regional del partido. "Pero no va a tener protagonismo", matiza. El papel de Susana Díaz es distinto desde hace varios meses, aunque su salida de la jefatura regional del partido fue, en cierto modo, complicada y se demoró más de lo previsto. Hasta que no tuvo cerrado su destino en el Senado, donde encabeza la comisión de Industria, Turismo y Comercio, no dejó todos los cargos en el Parlamento andaluz.

Foto: Foto: Cristina Quicler.
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Desde entonces, Díaz compagina su trabajo en la Cámara Alta, en su escaño por designación del Parlamento andaluz, con apariciones televisivas. Se ha convertido en una fija del programa 'Todo es mentira', que dirige Risto Mejide. Desde allí, se afana en defender las políticas del Gobierno de Pedro Sánchez, lo que la llevó, por ejemplo, a echarle un rapapolvo al exministro de Exteriores del PP José Manuel García Margallo, en una edición reciente.

"Está muy tranquila, pero preocupada por la situación política del país", cuenta alguien que formó parte del círculo cercano de la expresidenta en su etapa en San Telmo. A la dedicación del Senado y su nuevo papel de colaboradora televisiva, le suma el desempeño familiar. "Estoy mejor que hace diez años", ha dicho ella misma en una aparición en el programa de Mamen Mendizábal que se emitió el pasado jueves, en el que habló de ser madre con 40 y 45 años, la edad con la que Díaz tuvo a sus dos hijos, que tienen ahora seis y dos años.

Lo lógico, explican desde la actual dirección del PSOE, es que Díaz pueda seguir en el Senado en la legislatura que se abre después de las elecciones del 19 de junio. Antes será difícil verla en el estrado de un mitin, pero en su entorno explican que "si la llaman, no se va a negar". No parece que en la cúpula del socialismo andaluz estén por la labor de hacerlo, ya que están centrados en que la candidatura de Juan Espadas tome vuelo en su estreno en las urnas autonómicas. No es tarea sencilla y las encuestas están en contra, pero existe la creencia de que la presencia de Díaz, que ganó los comicios de 2018 con el peor resultado de la historia del PSOE andaluz, no va a sumar en esa tarea.

placeholder José Antonio Griñán y Manuel Chaves, durante el juicio de los ERE. (EFE)
José Antonio Griñán y Manuel Chaves, durante el juicio de los ERE. (EFE)

Un fenómeno que ya ocurrió con Chaves y Griñán

Se trata de una nueva muestra de esa dificultad que hay en el PSOE para sacar a pasear a sus viejos referentes. En el caso de Díaz, por lo reciente de su gobierno. No es fácil hacer oposición a Juanma Moreno si el líder popular saca a relucir los problemas de gestión que contribuyeron al desgaste de los socialistas. En el caso de los expresidentes Chaves y Griñán, por el recuerdo del caso de los ERE, que sigue vivo en innumerables piezas separadas en la Audiencia de Sevilla. Y no hay que olvidar que, hace poco más de dos semanas, hubo una vista en el Tribunal Supremo para abordar los recursos de los ex altos cargos que fueron condenados en la pieza política en primera instancia. Está previsto que el desenlace judicial de Chaves y Griñán se conozca después del verano.

La paradoja es que Díaz, que ya tuvo que enfrentarse a la complicada gestión de este pasado, es ahora víctima del mismo fenómeno. Griñán y Chaves se dieron de baja en el PSOE en 2016, cuando fueron procesados, pero antes tuvieron que dejar sus actas como senador y diputado porque la expresidenta dio la orden de que "todos" los implicados en los ERE debían abandonar sus cargos públicos. "Todos es todos", dijo la entonces presidenta en una visita a un hospital sevillano. "Pepe, Susana nos ha matado, es como si nos hubiera clavado un cuchillo", dijo entonces Manuel Chaves a José Antonio Griñán, según cuenta el periodista Manuel Pérez Alcázar en su libro 'Delfines y tiburones'.

Foto: Manuel Chaves y José Antonio Griñán, en una de las sesiones del juicio de los ERE. (EFE)

Esta suerte de amnesia se deja ver en el programa del PSOE para estas elecciones, aunque de forma parcial. En el libro de 188 páginas que presentó Espadas el pasado miércoles en Sevilla, hay menciones a las políticas impulsadas por los distintos gobiernos socialistas de la Junta desde el inicio de la autonomía. Pero, al mismo tiempo, el único nombre que aparece es el de Rafael Escuredo. El primer presidente electo de la Junta es el único mencionado en el plan de los socialistas para estos comicios y, de hecho, este sábado ha participado en un acto en Antequera con Espadas en recuerdo de la primera victoria de los socialistas en unas autonómicas. Entonces el PSOE alcanzó su mayor victoria en Andalucía, con 66 de los 109 escaños en disputa el 23 de mayo de 1982. Cuarenta años después, el grupo parlamentario socialista tiene exactamente la mitad de componentes.

placeholder Juan Espadas, con Manuel Pezzi, presidente del PSOE andaluz, en un acto en Antequera.
Juan Espadas, con Manuel Pezzi, presidente del PSOE andaluz, en un acto en Antequera.

"Juan Espadas tiene que recuperar el testigo, porque la extrema derecha viene a robarnos la autonomía que nos ganamos dignamente el pueblo andaluz", defendió Escuredo, que en su intervención —en vídeo— hizo un recorrido por el proceso autonomista y reivindicó a Blas Infante "como único padre de la patria andaluza", según figura en el Estatuto de Autonomía de 2007. El candidato socialista, durante su discurso, llegó a comparar la movilización del 28 de febrero de 1980, cuando se celebró el referéndum de autonomía, con las elecciones del 19-J y volvió a animar a la movilización en ese convencimiento de los socialistas de que una alta participación de sus afines les permitirá ganar los comicios. "Si votamos, ganamos", ha repetido Espadas, aireando ese lema que el PSOE andaluz se ha grabado a fuego para conjurar a los suyos.

El primer presidente de la Junta alertó también contra los "intentos por reescribir" la historia de la comunidad, en un ejemplo de esa pugna que mantienen los partidos andaluces por llevar más alta la bandera del andalucismo. La figura de Escuredo, sin mácula pública, es la única que el PSOE andaluz ensalza sin complejos, incluso en actos como el celebrado el sábado en Antequera, que contó con la presencia de históricos como los expresidentes del Parlamento Manuel Gracia y Javier Tores Vela o exdirigentes como Pepe Caballos, Cándido Méndez y el actual presidente del PSOE andaluz, Manuel Pezzi. Algunos de los pocos jarrones chinos —parafraseando a Felipe González— que el PSOE andaluz sí sabe dónde colocar.

El PSOE andaluz afronta una nueva campaña electoral, la primera en la oposición, con el reto de reconciliarse con su pasado. Incluido el más reciente. Es un problema enquistado desde hace ya casi una década, cuando la sombra de la corrupción se instaló sobre los socialistas con Manuel Chaves y José Antonio Griñán y su implicación en el caso de los ERE fraudulentos. En este 2022, la lista se ha engrosado, aunque por motivos distintos, con el nombre de la última expresidenta de la Junta con el carné del puño y la rosa, Susana Díaz. La trianera perdió las primarias ante Juan Espadas hace casi un año y no tendrá un papel protagónico en los actos públicos diseñados por el PSOE en su camino al 19 de junio, aunque todas las fuentes consultadas niegan hostilidad alguna entre la exlíder socialista y la actual dirección.

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