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EMBALSES AL 26% DE CAPACIDAD

Andalucía activa el botón rojo de sequía para 4,3 millones de habitantes

La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir garantiza dos años de agua urbana, pero pide al Gobierno un decreto-ley para gestionar el riego de los agricultores, que reclaman ayudas

Foto: El presidente de la CHG, Joaquín Páez, bebiendo agua. (J. L. Losa)
El presidente de la CHG, Joaquín Páez, bebiendo agua. (J. L. Losa)

No hace falta acudir a la cumbre del clima que reúne estos días en Glasgow a jefes de Estado y de Gobierno de 120 países del mundo para comprobar que el calentamiento global afecta ya de manera directa a nuestras vidas. En Andalucía, la media de las precipitaciones ha ido cayendo paulatinamente en los últimos 25 años y solo uno de los últimos ocho, 2017-18, ha sido normal, es decir, se ha aproximado a la media de precipitaciones. El resto se han caracterizado como secos o con tendencia a un periodo seco.

El último año hidrológico en la cuenca del Guadalquivir, 2020-21 (que terminó el 30 de septiembre), se registró un 17% menos de precipitaciones que la media de los últimos 25 años, un 57% menos de aportaciones a los embalses y hasta un 20% menos de volumen medio de ese periodo.

Las previsiones mantienen esta tendencia, y la posibilidad de tener un año normal es solo del 33%. Hasta el momento, la precipitación acumulada en octubre, a pesar de las lluvias del pasado puente, se sitúa en 42 litros por metro cuadrado, muy por debajo de la media histórica para este mes, que alcanza los 71 l/m².

Con todo ello, los embalses de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) se sitúan hoy en día al 26,2% de su capacidad total.

Debido a esta circunstancia, hace dos meses que este organismo declaró la situación de emergencia y, este mismo martes, el presidente de CHG, Joaquín Páez, declaró la situación excepcional por sequía extraordinaria en el Sistema de Regulación General y en las otras unidades territoriales de escasez (UTE): Guadiamar, Hoya de Guadix, Dañador, Sierra Boyera, Rumblar, Guadalentín, Guardal, Guadalmellato, Bembézar-Retortillo y el subsistema de las Vegas Altas de Granada, Cubillas-Colomera.

Esta situación excepcional afecta a 10 UTE y un subsistema, de las 23 UTE de las que se compone la cuenca, lo que supone el 80% de la reserva total de la cuenca. Entre ellas, destaca el Sistema de Regulación General, cuyos 17 embalses pueden albergar hasta 5.721 h/m³, el 70% de la capacidad de embalsado del Guadalquivir. En total, estas demarcaciones afectan a cuatro provincias: Sevilla, Córdoba, Granada y Jaén.

“Nuestra obligación es gestionar la realidad de la cuenca, en la que existen 4,3 millones de personas, de 554 municipios, y 890.000 hectáreas de regadío”, explicó este martes Paéz.

El presidente de la CHG recordó que con las reservas actuales al 26,2%, el abastecimiento humano está garantizado para unos dos años en toda la cuenca, salvo en determinadas poblaciones que se abastezcan de aguas subterráneas o manantiales y que podrían sufrir problemas puntuales.

De hecho, la declaración aprobada supone la puesta en marcha de las medidas planificadas en el Plan Especial de Sequía para la situación de emergencia, entre las que destacan la reserva de 400 hectómetros cúbicos para el abastecimiento humano.

Peor parados salen los agricultores, que ya llevan varios años sufriendo restricciones al regadío, del 10%, del 20% y del 50% respectivamente, y no se prevé una mejoría. Más si cabe, los números que manejamos para el año hidrológico 2021-22 son de un 70% de probabilidad de que se dé regadío de supervivencia, es decir, que solo se garantizaría el riego de la arboleda.

En concreto, con la declaración aprobada se ponen en marcha restricciones al agua para uso industrial (supone un 3% del total del agua de la CHG), y solo la reserva de 100 hectómetros cúbicos para situaciones de emergencia en cultivos vulnerables como el olivar (cuyo crecimiento es mucho más largo que otros cultivos como los cereales o el algodón, entre otros).

Foto: La sequía se está cronificando en España. (EFE)

Además, entre las medidas tácticas a ejecutar de inmediato, se ha informado de que los desembalses que se produzcan serán solo y exclusivamente para el mantenimiento de los caudales ecológicos mientras se mantenga esta situación y ante la ausencia de precipitaciones. En la misma línea, se ha anunciado el incremento de la vigilancia y el control de la Comisaría de Aguas y del Servicio de Explotación para evitar detracciones de caudal para riegos.

La demarcación de la cuenca del Guadalquivir cuenta con 895.000 hectáreas de regadíos, 500.000 de olivar, 31.000 de arroz y 25.000 de frutos rojos (fresas, arándanos, etc.).

Tras la declaración de este martes, en apenas 10 días se constituirá la Comisión Permanente de Sequía, órgano que estará participado por los representantes de las distintas administraciones públicas y que, desde su creación, pasará a asumir el control del cumplimiento de las disposiciones del Plan Especial de Sequía en la zona afectada.

Foto: El cambio climático puede provocar acontecimientos catastróficos como las sequías. Foto: Unsplash

Además, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir solicitará al Gobierno central a través del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miterd) un real decreto-ley para paliar los efectos producidos por la sequía.

Las organizaciones agrarias y de regantes están de acuerdo en la aprobación de esta declaración de sequía, pero piden “altura de miras” y ayudas del Gobierno y la Junta para poder sobrellevar este sacrificio, que va a poner en serios aprietos a buena parte del campo andaluz.

El presidente de la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua), José Manuel Cepeda, ha demandado la condonación de los cánones y tarifas de riego para todos los regantes del Guadalquivir, así como otras medidas fiscales y económicas compensatorias para paliar los efectos socioeconómicos de la sequía.

No hace falta acudir a la cumbre del clima que reúne estos días en Glasgow a jefes de Estado y de Gobierno de 120 países del mundo para comprobar que el calentamiento global afecta ya de manera directa a nuestras vidas. En Andalucía, la media de las precipitaciones ha ido cayendo paulatinamente en los últimos 25 años y solo uno de los últimos ocho, 2017-18, ha sido normal, es decir, se ha aproximado a la media de precipitaciones. El resto se han caracterizado como secos o con tendencia a un periodo seco.

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