Alejo Vidal-Quadras: "Irán es una máquina de matar, tiene el récord de ejecuciones per cápita"

Para acceder a la casa de Alejo Vidal-Quadras (Barcelona, 1954) es necesario acreditarse en un control de seguridad antes de subir al ascensor del edificio. Se aprecia con facilidad que el exlíder del PP en Cataluña y cofundador de Vox es una de las personas más vigiladas de España desde que intentasen matarle hace cuatro meses en Madrid. Le dispararon en la cara y el caso se investiga como terrorismo bajo secreto de sumario en la Audiencia Nacional. Ocurrió a apenas unos metros de distancia de su hogar, una casa llena de libros antiguos.

Atiende a El Confidencial sentado en un sofá orejero junto a la ventana. Explica que luce buen aspecto gracias a que le reconstruyeron todo el maxilar, pero que tiene muchos nervios de la zona todavía dormidos que le impiden hablar con normalidad. Casi no se notan las secuelas del disparo, salvo porque interrumpe la entrevista para humedecer su boca con un spray específico que le han recetado. No tiene ninguna duda de que Irán ordenó matarle por sus vínculos con la oposición a los ayatolás. Asegura que, tras hablarlo con su familia, no va a adoptar un perfil bajo ni va a dejar de señalar al régimen de Teherán.

PREGUNTA. ¿Se siente usted seguro actualmente cuando sale a la calle? ¿Teme que quien fuera quien buscase su muerte quiera terminar el trabajo?

RESPUESTA. Sí, me siento seguro porque tengo una protección muy adecuada. El Ministerio del Interior, al ver que era una persona expuesta a un riesgo muy alto, ha puesto un dispositivo de seguridad muy completo.

P. ¿Cómo lleva volver a vivir con escolta en una España que parecía haber dejado atrás esa realidad?

R. No me siento incómodo porque estos profesionales de la Policía que me protegen hacen todo lo posible porque yo pueda hacer una vida normal. He retomado mis actividades, he ido a actos públicos, el otro día hablé en la Cibeles ante una multitud. No he notado ningún impedimento, son personas con tacto y profesionalidad y procuran que mi vida se desarrolle normalmente.

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P. ¿En qué le ha cambiado el atentado?

R. En el terreno psicológico adquieres la conciencia de tu vulnerabilidad, pero también les pasa a las personas que han tenido una enfermedad muy grave. Adquieres esa certeza de que eres vulnerable. Después del atentado, cuando volví a casa, tuve una etapa de lo que llaman shock postraumático con ansiedad, angustia y depresión. Pero con el tratamiento médico adecuado lo superas y ahora estoy bastante bien, prácticamente he recuperado mi vida anterior.

P. ¿Está recibiendo ayuda psicológica?

R. Sí, tanto de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) como del Ministerio del Interior, que tiene un servicio para víctimas, tengo doble asistencia.

P. ¿Lee usted las informaciones en prensa de su atentado?

R. Sí, las leo. Cuando sale algo que afecta a mi caso, mi mujer y yo lo leemos.

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P. ¿La Policía Nacional le mantiene informado de sus pesquisas?

R. No. Yo con la Policía que lleva el caso he tenido una conversación en la que ellos me han preguntado a mí, sobre cosas del atentado vividas por mí, pero ellos a mí no me informan sobre el sumario.

P. Es decir, que su declaración policial ya se ha producido.

R. Sí. Y también he estado con el médico forense que evalúa los daños físicos y anímicos que sufre una víctima del terrorismo. Con quien no he estado todavía es con el juez.

P. ¿Por qué pensó tan rápido en Irán? Más allá de los precedentes de otros atentados contra occidentales afines a la oposición iraní, ¿tuvo usted algún tipo de amenaza reciente o hizo alguna gestión que le pusiera en el punto de mira?

R. Ellos tienen un largo historial de asesinatos fuera de Irán, de disidentes. Primero, en la década de los ochenta o noventa, lo hacían ellos mismos, sus agentes, normalmente con cobertura diplomática. Ahora los atentados los cometen mafias profesionales que ellos contratan, contratando un sicario como el que me disparó a mí, que es un asesino profesional franco tunecino conocido por la policía española y francesa. En el año 2017 mataron a un disidente árabe iraní en Países Bajos a través de una mafia. En Estados Unidos neutralizaron una operación para matar a John Bolton, el que fuera Consejero de Seguridad Nacional de Trump. Yo me salvé porque hice un movimiento de cabeza que hizo que la bala destrozara el maxilar, pero no fuera al cuello.

P. ¿Él cómo era físicamente?

R. Yo no lo vi. Él me habló. Escuché una voz que me decía: 'Hola, señor'. Ahí es cuando yo me giré, pero no le vi porque el tiro… entré en shock. A la persona que me ayudó, que se quitó la chaqueta para tapar la hemorragia, no la recuerdo. Luego he hablado con él y me ha dicho que yo le miraba, pero notaba que no le veía.

R. Su intento de asesinato ha servido para que mucha gente conozca la larga lista de atentados atribuidos a Irán en todo el mundo.

R. Hay un dato que ya me hizo tener la certeza y es que hace aproximadamente un año el régimen de Irán publicó una lista negra de personas y entidades. De las personas, yo estaba el primero. Había otros dos eurodiputados españoles en activo, dos personas que apoyan a la resistencia. Yo tenía el honor de estar el primero y después había entidades como un Comité Internacional que yo presido, integrado por exministros, exparlamentarios, exalcaldes que apoyan la resistencia.

Entonces, yo creo que desde su punto de vista criminal, matar al número uno de la lista, aparte de quitar de en medio a una persona que les es muy incómoda, el objetivo era amedrentar al resto de personas occidentales que apoyan a la resistencia. Es un régimen de una brutalidad represora terrible. Para que te hagas una idea, en 2023 ejecutaron a 800 personas. Es una máquina de matar, de todos los regímenes autocráticos del mundo, Cuba, Nicaragua, Venezuela, la Rusia de Putin, Corea del Norte… Irán es lo peor de lo peor. El grado de brutalidad es superior, de hecho tienen el récord de ejecuciones per cápita.

P. Se han dicho muchas cosas sobre el momento en el que usted introduce la clave iraní poco después del disparo. ¿Fue en la ambulancia, en el hospital, lo escribió en un papel?

R. En la ambulancia. Se lo dije a la enfermera.

P. ¿Sus amigos del Consejo Nacional de Resistencia de Irán la han aportado algún dato verosímil que abunde en la participación de Irán?

R. Ellos saben lo mismo que yo, que es lo que hemos leído en los medios.

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P. ¿Qué le ha dicho su familia? ¿Ha pensado usted cesar o rebajar sus apoyos a la oposición iraní?

R. Ya cuando estaba más recuperado, hablé con mi mujer. Le dije que si quería me convertía en un jubilado pacífico. Y mi mujer me dijo: 'Yo te conozco, sé que tú quieres continuar y nosotros te daremos todo el apoyo'. Y entonces, reconfortado por este apoyo familiar, he continuado a tope. He estado hace poco en París, donde la resistencia tiene un cuartel general.

P. Hay quien duda de la autoría de Irán porque creen que no hubiese fallado.

R. Bueno, pues esta vez han fallado (ríe). Sí que fallan, como fue el caso de Bolton, que les pillaron antes.

P. ¿Se sintió usted vigilado los días previos, notó algo raro? En El Confidencial hemos publicado que los autores del ataque colocaron dispositivos de vigilancia en torno a su domicilio.

R. Nada.

P. El 9 de noviembre, cuando a usted le dispararon, se anunciaba en Bruselas el acuerdo entre Puigdemont y el PSOE para la investidura de Sánchez a cambio de la ley de amnistía. Esos días había concentraciones en la sede de Ferraz, algunas de ellas muy beligerantes. En algunos foros trazaron comparaciones con el asesinato de Calvo Sotelo en el 36.

R. Sí, pero no tiene nada que ver, ni con el independentismo, ni con la situación política de España. Vivimos una etapa política muy difícil, pero no nos matamos entre nosotros. Los únicos que mataron fueron los etarras que mataron a casi 900 personas, luego estuvo el Grapo, el GAL… pero somos un país democrático occidental de la Unión Europea.

P. ¿Cree que el Gobierno debería hacer más por esclarecer los posibles vínculos de Irán en su intento de asesinato, algo como llamar a consultas al embajador?

R. El Gobierno verá lo que hace, yo ya he explicado lo que ha pasado. El Gobierno no tiene acceso al sumario. A mí el ministro del Interior no me ha llamado, el de Exteriores tampoco. Tuve una llamada de la jefe de gabinete del ministro Grande-Marlaska que se interesó. No sé si el Gobierno ha hecho alguna gestión discreta, no tengo noticia.