Conmoción en el Barrio de Salamanca tras el ataque a Vidal Quadras: "Vi el disparo y salí corriendo detrás de él"

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"Un hombre con un casco de moto negro bajó por la calle Núñez de Balboa, disparó a la altura del número 40. Lo vi desde la furgoneta y salí corriendo detrás de él". Quien habla es Samuel, un testigo que presenció el disparo al exlíder del PP catalán, Alejo Vidal-Quadras. "Ahora lo pienso y digo: '¿Pero dónde iba yo?", relata a este periódico. Al llegar a la esquina con la calle Hermosilla, una joven le dijo que el agresor había huido en una moto.

Tras el disparo en la mandíbula, Antonio Rodrigo relata que la víctima se apoyó en un contenedor. Iba vestido de chándal y con una gorra. Otro voluntario anónimo se acercó para taponarle la herida de la mandíbula que le había alcanzado la bala. En el momento del suceso, ambos testigos estaban dentro de una furgoneta en el número 42, justo enfrente de donde se produjo el disparo. Estaban en esta ubicación porque estaban trabajando en una obra. Rodrigo asegura que Vidal-Quadras pronunció unas palabras tras el ataque: "A ver si va a volver". Sobre el agresor, los testigos presenciales aseguran que era una persona de poca estatura y complexión delgada.

Por su parte, Carolina López caminaba hacia La Desayunería a la 13:30. Había quedado para tomar un brunch con su amiga en este negocio de la calle Ayala. Iba de espaldas, pero escuchó un fuerte ruido. "Lo confundí con un petardo", relata a este diario. No le dio mayor importancia. Minutos después, se percató de la noticia cuando empezaron a llegarle notificaciones al teléfono. Dentro del local, explican los trabajadores, no se dieron cuenta de nada.

La fecha del suceso coincide con el Día de la Almudena, festivo en la capital. Esto implica que el trasiego de vehículos y de personas es menor al de un día laborable regular. Donde sí abundan las personas es dentro de los locales de restauración. El disparo fue justo a la hora de comer. "Nosotras estábamos en el restaurante y nos llamó un familiar para preguntarnos si estábamos bien", relata una mujer acompañada de su hija. "No entendíamos nada, fue él quien nos dijo lo que había pasado". La familia continúa paseando por las inmediaciones con la sensación de "preocupación" por este "ambiente rancio".

A escasos metros del número 40, las trabajadoras de una panadería escucharon el estruendo. "Mi jefa y yo salimos, pero ya no vimos nada. Luego una clienta nos dijo que había visto a unos en una moto. Es todo lo que sé", relatan a El Confidencial.

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Agentes de la Policía Nacional acordonaron la zona desde la calle Don Ramón de la Cruz hasta Hermosilla y desde Velázquez hasta Castelló para continuar con las investigaciones. Sobre las cuatro de la tarde, se rehabilitó el paso.