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Vox ultima ya su macroevento político e irá a la guerra total con el PP antes de las europeas
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Vox ultima ya su macroevento político e irá a la guerra total con el PP antes de las europeas

La dirección quiere que el VIVA se celebre durante el primer trimestre de 2024 para coger un nuevo impulso. El partido ya ha situado a los populares en la diana y Génova marca distancias con su propuesta contra el independentismo

Foto: Santiago Abascal durante la última edición del VIVA, en octubre de 2022. (EFE/Víctor Lerena)
Santiago Abascal durante la última edición del VIVA, en octubre de 2022. (EFE/Víctor Lerena)
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Vox arranca el año con una estrategia y un objetivo: rearmarse política e ideológicamente para afrontar el próximo ciclo electoral y competir de nuevo con el PP, especialmente de cara a las elecciones europeas, entendidas como un plebiscito nacional. Antes tendrán que enfrentar la apertura de urnas en Galicia y País Vasco. Aunque prometen dar la batalla, su influencia en estos territorios siempre ha sido testimonial. El auténtico termómetro llegará con los comicios comunitarios, previstos para el próximo 9 de junio. Y la formación ultraconservadora prepara ya su puesta a punto. Fuentes cercanas a la dirección nacional explican que quieren celebrar su macroevento político de cada año en el primer trimestre de 2024, un acto con el que pretenden coger impulso tras el fiasco del 23-J.

Los de Santiago Abascal retomarán así su estrategia y agenda con afiliados y simpatizantes, tras aplazar en septiembre el VIVA 23 por la inestabilidad y las dudas que había entonces sobre la formación de Gobierno, según justificaron entonces. El contenido del macroevento, que otros años tuvo una parte festiva y de ocio, no ha trascendido aún. Pero a nadie se le escapa el contexto nacional y las necesidades de la formación ultraconservadora. Vox ha abierto una guerra total contra el PP, ávidos de ampliar su espacio en la derecha y recuperar el terreno perdido. Los de Abascal tratarán de exprimir el acercamiento de Alberto Núñez Feijóo a Pedro Sánchez en la negociación del CGPJ o los contactos secretos con Junts para capitalizar la oposición al Gobierno.

Las fuentes consultadas detallan que el formato del macroevento será similar al de ediciones anteriores, con una clara vocación nacional y otra internacional. Eso servirá para poner el ojo en las elecciones europeas, donde el partido tiene depositadas grandes esperanzas para reponerse del mazazo de las generales. Los de Abascal miran a los comicios del 9-J con buenas expectativas, como una oportunidad de oro para recuperar las sensaciones perdidas y ganar peso en el grupo de conservadores y reformistas europeos, donde comparten bancada con formaciones como Fratelli d'Italia, liderada por Giorgia Meloni.

Algunas encuestas avanzan una ligera mejoría de Vox respecto a su resultado de 2019 —lograron tres eurodiputados—, pero contrasta con la previsible subida del PP, que podría doblar los resultados de hace cuatro años. El objetivo del partido ultraconservador pasa por restar ventaja a sus socios en cinco gobiernos autonómicos y atraer al electorado que rechaza la connivencia, aunque sea puntual, con el Ejecutivo.

El camino a las europeas está marcado en rojo. Vox aspira a ampliar su representación en el Parlamento comunitario y reforzar su mensaje contra el "globalismo" de Bruselas, un discurso fundamental para el partido en los últimos años. Las alianzas, de hecho, han desempeñado un papel importantísimo en su estrategia y las dos ediciones del VIVA han sido el mejor ejemplo. La cita de 2022 fue una exhibición de fuerza junto a la derecha dura de todo el mundo, con la participación de líderes como Donald Trump, Giorgia Meloni, Viktor Orbán o Mateusz Morawiecki. También Javier Milei, antes de su triunfo. La dirección siempre ha presumido de su buena posición internacional, especialmente en los últimos tiempos, frente a la debilidad de Feijóo en ese ámbito.

Como en el caso de Galicia o Euskadi, se desconoce aún quién será el candidato. Jorge Buxadé ha liderado hasta la fecha la comitiva continental, pero en los últimos meses ha pasado a ser una de las principales figuras en la nueva estrategia. Tanto que algunos sectores internos le culpan personalmente de la "deriva ideológica" de la formación, escorada a postulados más ultras y conservadores. Hermann Tertsch, también eurodiputado, tiene un papel muy activo en los viajes a través de la Fundación Disenso, pero todo está por decidir.

Foto: El portavoz del PP, Borja Sémper, durante una rueda de prensa en Génova. (Europa Press/Fernando Sánchez)

La cúpula de Vox lleva meses tratando de encajar en el calendario su fiesta anual en Madrid. Salvo cambio inesperado, será al inicio del año, aunque todavía no hay una fecha cerrada. El evento se presenta como una oportunidad para hacer borrón y cuenta nueva ante los nuevos objetivos, tras los resultados dispares en las diferentes elecciones. Si el 28 de mayo fue un salto de gigante en su cuota de poder, el 23 de julio fue todo lo contrario, con un desplome total de las expectativas. Esta derrota, unida a la crisis interna que sacude al partido desde hace tiempo, se interpretó como uno de los motivos del aplazamiento del VIVA por temor a la desmovilización, aunque la cúpula de la formación lo achacó oficialmente a la inestabilidad política.

Vox recrudece sus ataques a Feijóo

El 2023 finalizó con una ruptura verbal entre los líderes de la derecha que, a priori, no afectará a sus alianzas territoriales. Pero Vox ha recrudecido la guerra contra Génova y avanza un año de marcaje total al PP. El año apenas cuenta cinco días y la lista de agravios y reproches ya es larga. Abascal se erige como única alternativa a la derecha frente al acercamiento de Feijóo a Sánchez. Y cree que la fotografía con el jefe del Ejecutivo no solo pasará factura a los populares en las próximas citas electorales, sino que también aumentará sus posibilidades de ganar fuelle, sobre todo en las europeas.

"El PP ha pactado con Sánchez la Mesa del Congreso, las comisiones parlamentarias, el CGPJ con mediadores extranjero, y ahora esto, que no es otra cosa que abrir la puerta a ideologías extremistas disfrazadas de sensibilidad hacia las personas con discapacidad", escribió Abascal en X —antes Twitter—. Con el último punto se refería al acuerdo entre PSOE y PP para reformar el artículo 49 de la Constitución, al que Vox también se opondrá, según avanzan fuentes parlamentarias. El líder de la formación ha usado las redes sociales para abrir fuego contra Génova, a cuya dirección acusa de "confundir a su electorado" al "pactar con golpistas" y alimentar, de paso, "la demonización de Vox".

"Si el Partido Popular dirigiera hacia el PSOE la mitad del ensañamiento que utiliza con Vox, Sánchez ni siquiera habría llegado a la Moncloa", reiteraba. El confuso calendario de encuentros del PP con Junts se ha convertido también en un reclamo electoral para los ultraconservadores. Génova trata de equilibrar la balanza y cerrar el paso a sus rivales en la derecha con propuestas duras como la disolución de los partidos que declaren la independencia o promuevan consultas ilegales, una iniciativa que, con matices, siempre ha llevado Vox en su programa electoral. "Mienten a sus electores diciendo que los querrían ilegalizar. Y digo mienten, porque votaron siempre en contra de nuestras propuestas para hacerlo", insistía Abascal.

Foto: El portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado (Eduardo Parra/Europa Press)

La ruptura es total. Y el aliño definitivo ha sido la reprobación de Javier Ortega Smith en el Ayuntamiento de Madrid por su ataque al concejal Eduardo Fernández Rubiño, que ha salido adelante con los votos del PP y la izquierda. La decisión de José Luis Martínez-Almeida ahonda, según Vox, en esa estrategia de "demonización". "Nuestro partido ha sido muy claro diciendo que no podemos aceptar ningún tipo de relación, consenso, acuerdo o apoyo con un partido que está empeñado en llegar a puntos de encuentro con este golpista de Sánchez", reiteró Ortega Smith en los pasillos de Cibeles. El alcalde de Madrid fue, además, una de las dianas de los insultos de Ferraz durante la protesta de Nochevieja, en la que se apaleó también una piñata con la cara del presidente del Gobierno.

Aunque sus posibilidades son ínfimas, Vox jugará fuerte contra el PP tanto en las gallegas como en las vascas, que siguen sin fecha. En Galicia las urnas se abrirán el próximo 18 de febrero y el partido carece de estructura territorial, de implantación y de candidato. La dirección prevé hacer pública su apuesta la próxima semana y confía en lograr representación por primera vez e incluso condicionar el Gobierno de Alfonso Rueda, cuya victoria se da por hecha, aunque no tanto la quinta mayoría absoluta. El partido prevé celebrar en los próximos días un Comité Ejecutivo para perfilar la estrategia ante el inminente ciclo electoral.

Vox arranca el año con una estrategia y un objetivo: rearmarse política e ideológicamente para afrontar el próximo ciclo electoral y competir de nuevo con el PP, especialmente de cara a las elecciones europeas, entendidas como un plebiscito nacional. Antes tendrán que enfrentar la apertura de urnas en Galicia y País Vasco. Aunque prometen dar la batalla, su influencia en estos territorios siempre ha sido testimonial. El auténtico termómetro llegará con los comicios comunitarios, previstos para el próximo 9 de junio. Y la formación ultraconservadora prepara ya su puesta a punto. Fuentes cercanas a la dirección nacional explican que quieren celebrar su macroevento político de cada año en el primer trimestre de 2024, un acto con el que pretenden coger impulso tras el fiasco del 23-J.

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