Feijóo acepta reunirse el viernes con Sánchez y se verán en el Congreso

Alberto Núñez Feijóo ha enviado este miércoles un orden del día "ampliado" al gabinete del presidente del Gobierno para desatascar la reunión con Pedro Sánchez y celebrarla este mismo viernes 22 de diciembre, una de las fechas que había propuesto el Ejecutivo inicialmente. Eso sí, el líder de la oposición ha exigido que dicho encuentro se celebre en el Congreso de los Diputados y no en la Moncloa, una condición a la que ha accedido el jefe del Ejecutivo. "Para usted la perra gorda", ironizó Sánchez en sede parlamentaria para confirmar su disposición de verse con el jefe de los populares en la carrera de San Jerónimo. La cita será a las 10:30 de la mañana en un lugar todavía por determinar dentro del complejo de la Cámara baja.

El desenlace del culebrón, que acumula ya dos semanas, se ha producido en el mismo lugar donde empezó. Sánchez dijo el 6 de diciembre que ofrecería una reunión a Feijóo en las conversaciones informales tras la celebración del Día de la Constitución. Y justo dos semanas después se confirma que habrá reunión en un cara a cara entre los dos principales líderes a cuenta de la comparecencia prevista por Sánchez para desgranar su etapa al frente de la Presidencia rotatoria del Consejo de la UE, que concluye el 31 de diciembre.

Hasta el momento, Génova había dejado en el aire la cita por la negativa del Ejecutivo a remitir por escrito la lista de temas a tratar. "Sin orden del día, no hay reunión", repetían una y otra vez en el equipo del presidente popular. Pero, tras esperar "un tiempo prudencial", la dirección del PP ha maniobrado para acelerar el cónclave y accede incluso a acudir a la cita en el calendario propuesto por el dirigente socialista, en la víspera de las festividades navideñas. "Nos reunimos como quiera, donde quiera, cuando quiera y sobre lo que quiera", ha espetado Sánchez en una intervención que ha servido para que Feijóo lanzase el órdago de trasladar el encuentro de la Moncloa al Congreso.

"Diálogo y no berrinche", ha dicho Sánchez en su intervención inicial, en la que ha celebrado que Feijóo haya rectificado "en su empeño por tratar de darme plantón". El presidente se ha mostrado convencido de que "nadie podría entender que el jefe de la oposición se negara" a reunirse con el presidente del Gobierno. En su segunda intervención, el jefe del Ejecutivo ha empleado un tono más socarrón con varios dardos a Feijóo, al que ve "avinagrado". "No puede ser que suba a la tribuna sofocado, con la expresión de cabreo que tiene desde el 23 de julio, a intercambiar mandobles", ha criticado el presidente del Gobierno, que considera que esta posición "no aporta nada a la vida de nuestros compatriotas".

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El orden del día del PP va más allá de la agenda inicial marcada por Sánchez, cuyas prioridades pasaban por el desbloqueo del CGPJ, la reforma de la financiación o el pacto constitucional para reformar el artículo 49 de la carta magna. "No queremos una reunión superficial y frívola. Si quiere hablar, hablemos de todo", añaden. Génova ha remitido 10 puntos. Mantiene el debate de "medidas para garantizar la independencia judicial" y la "modificación urgente" de la Constitución para eliminar el término disminuido del texto. Pero no incluye la cuestión de la financiación autonómica, al entender que es un asunto que debe discutirse con las comunidades autónomas en los foros adecuados, y no en una reunión bilateral entre los dos líderes.

Los populares añaden, además, un debate sobre la "igualdad de los españoles y respeto al Estado de derecho", título sobre el que incluyen la ley de amnistía; el deterioro institucional por la "colonización" del Consejo de Estado y la Fiscalía; la búsqueda de avances en la "despolitización" de los medios de comunicación públicos, con RTVE y EFE como ejemplos; el "posicionamiento acerca de la prevaricación judicial" y la defensa de los jueces frente al "acoso" de ERC o Junts; el requerimiento de información sobre las negociaciones entre el PSOE y Puigdemont; información sobre las subidas de impuestos pactadas con Sumar; la defensa del principio de solidaridad tras la condonación de parte de la deuda catalana, y la polémica de la moción de censura en Pamplona pactada con Bildu, así como la proposición de ley que pretende despenalizar el enaltecimiento del terrorismo.

En el partido, reiteran que el jefe de la oposición nunca ha declinado reunirse con Sánchez, y que lo que buscaban era pactar un orden del día de forma previa para evitar que se repitiese el episodio de la primera reunión entre Sánchez y Feijóo, en la que "nos enteramos del contenido de la reunión por un artículo en El País esa misma mañana". Esa "descortesía", insisten, ha marcado la "desconfianza" con la que se ha tratado la última propuesta del jefe del Ejecutivo. Sánchez verbalizó por primera vez su intención de entrevistarse con Feijóo el Día de la Constitución, durante una conversación informal con periodistas. El líder del PP se enteró minutos después.

"Esta reunión no es una charla informal. Exigimos una cierta institucionalidad", insisten en Génova. En primera instancia, la Moncloa ofreció tres posibles fechas a Génova: el 18, el 22 y el 29 de diciembre. Vencida la primera fecha, solo quedaba este viernes o el próximo, y la dirección del PP ha optado por pisar el acelerador y tapar una fotografía incómoda con la Lotería de Navidad. Desde el Ejecutivo, censuran desde hace días las "excusas" de Feijóo y le responsabilizan de perder la oportunidad de abordar asuntos clave para los que se necesitan grandes consensos entre los principales partidos. Ahora, la situación podría encauzarse.

La decisión de Génova se produce en un contexto político delicado. De hecho, algunos sectores del PP venían exigiendo a Feijóo que, como mínimo, pospusiese la cita con Sánchez para no caer en la "trampa" de "blanquear" sus acuerdos con el independentismo. Este mismo martes, Sánchez avanzó que se reunirá en varias ocasiones tanto con Carles Puigdemont como con Oriol Junqueras. Y, en la recién estrenada legislatura, el PSOE ha accedido a tramitar la ley de amnistía, la creación de comisiones parlamentarias para investigar el supuesto lawfare o la despenalización del enaltecimiento del terrorismo o las injurias a la Corona.

Opinión

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La gota que ha colmado especialmente la paciencia del PP fue el acuerdo con Bildu en Pamplona para entregar al partido de Otegi la alcaldía de la capital navarra. Todos estos ingredientes no hacían más que enterrar metro a metro la posibilidad de un cónclave Sánchez-Feijóo. Pero el líder popular pretende dar la vuelta a la situación y presentarse en la Moncloa precisamente para "poder decirle a la cara lo que piensa". "Está claro que Sánchez quiere la foto para blanquear sus acuerdos. Pero nuestra intención es llevarle a debates en los que Sánchez va a sentirse incómodo", sintetizan.

Con todo, la posibilidad de acuerdo es mínima. El propio Feijóo la congeló hace unos días. "Mientras continúe por el camino elegido y con estos acompañantes, quizá sea imposible", verbalizó. Para desbloquear el CGPJ, el PP exige una reforma paralela del sistema de elección de los jueces a la que el Gobierno se niega. Defiende también que lo relativo a la financiación autonómica debe tratarse con las comunidades, de forma conjunta y con "luz y taquígrafos, y no en una reunión bilateral en la Moncloa".

En lo que sí hay consenso es en la reforma del artículo 49 de la Constitución, para la que ya se firmó un preacuerdo antes de las elecciones generales. El PP exige "garantías" a Sánchez para blindar el texto de sus socios, que pueden aprovechar la apertura del melón constitucional para avanzar en su agenda secesionista. Feijóo tenderá la mano al jefe del Ejecutivo, aunque desde la desconfianza. Barones y dirigentes del PP exigen a su jefe de filas actuar con pies de plomo y advierten del "peligro" de negociar con Sánchez. "No podemos correr riesgos", advertían en los últimos días.