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Sánchez y Feijóo se enrocan e imposibilitan su reunión antes de que acabe el año
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Dos posibles fechas en 2023

Sánchez y Feijóo se enrocan e imposibilitan su reunión antes de que acabe el año

El Gobierno y Génova acumulan una semana de reproches. Los populares insisten en que sin orden del día no hay encuentro y los socialistas recuerdan que los temas son conocidos y que solo buscan "excusas"

Foto: Pedro Sánchez saluda a su grupo parlamentario tras su reelección, con Alberto Núñez Feijóo en primer plano. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
Pedro Sánchez saluda a su grupo parlamentario tras su reelección, con Alberto Núñez Feijóo en primer plano. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Las relaciones entre el PP y el PSOE en la última semana se asemejan un poco al frente occidental de la I Guerra Mundial. La bronca por la reunión entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo va camino de convertirse en una batalla de trincheras, sin apenas avances, como aquellos soldados franceses y alemanes que quedaron atrapados en el mismo punto. El presidente del Gobierno deslizó el 6 de diciembre que pretendía verse con el líder de la oposición y entonces empezó una lucha dialéctica que está bloqueada en un orden del día. En Génova, aseguran que no acudirán a la llamada si no saben, por escrito, qué temas se abordarán en el encuentro en la Moncloa, mientras que los socialistas insisten en que ya es público.

En esa zanja están ambas formaciones y el intercambio no hace más que escalar. El portavoz del PP, Borja Sémper, habla de "navajeo político", y el número tres del PSOE critica la "sobreactuación" de los populares en una constatación de que la distancia entre los dos grandes partidos sistémicos es enorme. Casi irreconciliable. Este lunes, fue el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, quien les echó la reprimenda desde Bilbao. "Son dos auténticos muros, uno enfrente del otro", lamentó el dirigente jeltzale, acostumbrado a negociar a un lado y a otro por más que la alianza de PP y Vox haya impedido a los nacionalistas vascos retomar sus relaciones históricas con los conservadores.

El cruce de reproches ha ido a más con el paso de los días. La desconfianza entre ambas partes no solo sitúa la anunciada reunión en un punto muerto, sino que tensa aún más la relación entre los dos grandes partidos y reduce al mínimo la consecución de grandes acuerdos, con la espina clavada de la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) o la reforma del artículo 49. En el PP, insisten en que la pelota está en el tejado de Sánchez. Y achacan los inconvenientes a fijar una fecha con el jefe del Ejecutivo a un problema de forma, aunque el fondo tiene también mucho que ver.

Génova recuerda que el primer paso antes de mirar el calendario debe ser el envío por parte de la Moncloa del citado escrito con el orden del día que Sánchez desea tratar en el cónclave, a lo que Génova respondería con una propuesta ampliada con los asuntos que ellos desean resolver con el jefe del Ejecutivo. La dirección del PP elude informar sobre los temas a los que Feijóo da prioridad, más allá de la reforma del Poder Judicial o la eliminación del término disminuido de la Carta Magna. E insisten en que no les vale con que Sánchez haya informado públicamente sobre las prioridades programáticas del encuentro. Lo quieren por escrito. "Con luz y taquígrafos". El objetivo no es otro que protegerse ante el temor de que el PSOE utilice la reunión únicamente como elemento para confrontar con el PP.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su escaño, mientras Alberto Núñez Feijóo se dirige a la bancada del PP. (Europa Press/Eduardo Parra)

Pese a los inconvenientes, Feijóo mantiene en pie su intención de regresar a la Moncloa. Pero en su entorno dan prácticamente por imposible que esa cita se produzca en diciembre, como quería el Gobierno. El PP quiere alejarse lo máximo posible del acuerdo entre el PSN y EH Bildu, que ha entregado a los abertzales radicales la alcaldía de Pamplona. Y en la dirección del partido achacan las prisas de Sánchez al intento de "blanquear" esa fotografía con los de Otegi estrechando la mano del líder de la oposición.

Distintos barones del PP y dirigentes de alto y medio rango vienen advirtiendo desde hace días a Feijóo de que, como poco, debe posponer la cita con Sánchez. "No es el contexto político más adecuado", insistían. En el partido se alerta del riesgo de caer en incoherencias de cara a los electores si el líder del PP accede a reunirse un día con Sánchez y, al siguiente, saca la artillería pesada contra la ley de amnistía, los "pactos ocultos" con Bildu, las comisiones para investigar el supuesto lawfare en el procés o contra la posible cita entre el jefe del Ejecutivo y Carles Puigdemont anunciada por Junts. La opinión mayoritaria es que Feijóo debe medir bien sus pasos para no regalarle la partida a su rival político. No negar la reunión, pero al menos imponer su calendario y su agenda.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), saluda al presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. (Europa Press/Pool/E. Parra) Opinión

En cualquier caso, la posibilidad de acuerdo es mínima, por no decir imposible. El propio Feijóo enfrió hace días ese escenario, una vez conocido el pacto en la capital navarra. La desconfianza es máxima. El PP advierte de que solo renovará el CGPJ con una ley para cambiar el sistema de elección ya registrada en el Congreso, extremo al que el PSOE se opone. En la reforma del artículo 49 hay consenso, pero Génova quiere garantías de que los socios de Sánchez no aprovecharán la oportunidad para introducir reivindicaciones secesionistas. Y en la cuestión de la financiación autonómica, apuntan a que el foro no es la Moncloa, sino una Conferencia de Presidentes o, en su defecto, el Consejo de Política Fiscal y Financiera.

El PSOE ve "excusas"

"El orden del día lo conoce toda España", espetan en el PSOE cuestionados sobre si acabarán enviando a Génova el escrito que Feijóo pide para desbloquear el conflicto. Los socialistas insisten en que el propio Sánchez desgranó su propuesta en una entrevista en Telecinco y que el PP solo busca "excusas" para no acudir al encuentro en un momento complicado para ellos. La ofensiva del Gobierno y del PSOE llega por tierra, mar y aire, y solo el lunes dos ministros (Ángel Víctor Torres y José Manuel Albares) lanzaron dardos a Génova por su insistencia en poner como condición el envío del orden del día.

En Ferraz, consideran que la actitud de Núñez Feijóo es una muestra de que "no asume su rol como jefe de oposición". Y miran a figuras como la de José María Aznar para explicar algunas decisiones del presidente del PP. "Le ha hecho la dirección del grupo parlamentario", critican los socialistas en relación con la elección de Cayetana Álvarez de Toledo como portavoz adjunta en el Congreso. La dirigente popular, rehabilitada para la primera línea después de varios años, ya se ha enfrentado con Félix Bolaños en las sesiones de control al Gobierno en la Cámara Baja.

Foto: Óscar Puente y Carlos Mazón firman un acuerdo para la ampliación del Puerto de Valencia (Europa Press/Rober Solsona)

"Hasta los barones de su partido quieren hablar de financiación autonómica mientras él evita reunirse con el presidente para ello", abundan desde el PSOE en un intento de erosionar la posición de Feijóo. Esta tarea ha quedado en manos de María Jesús Montero, que como ministra de Hacienda y Función Pública tiene en sus manos la negociación con las regiones. Y a algunos barones populares, como Juanma Moreno o Carlos Mazón, les será difícil rechazar una mejora de la financiación que les llega del Estado o la quita de deuda que el PSOE pactó con ERC y que contempla extender al resto de regiones.

Las relaciones entre el PP y el PSOE en la última semana se asemejan un poco al frente occidental de la I Guerra Mundial. La bronca por la reunión entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo va camino de convertirse en una batalla de trincheras, sin apenas avances, como aquellos soldados franceses y alemanes que quedaron atrapados en el mismo punto. El presidente del Gobierno deslizó el 6 de diciembre que pretendía verse con el líder de la oposición y entonces empezó una lucha dialéctica que está bloqueada en un orden del día. En Génova, aseguran que no acudirán a la llamada si no saben, por escrito, qué temas se abordarán en el encuentro en la Moncloa, mientras que los socialistas insisten en que ya es público.

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