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El triángulo de las Bermudas de Renfe: las rutas con más problemas según los usuarios
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Se les fue el tren

El triángulo de las Bermudas de Renfe: las rutas con más problemas según los usuarios

El gran reto del nuevo ministro de Transportes, Óscar Puente, son las constantes incidencias en la compañía pública de trenes. Viajes de ida y vuelta imposibles de realizar en un día para una misma provincia, averías, retrasos... ¿Hay solución?

Foto: Renfe ha reabierto la línea de AVE Madrid-Barcelona después de incendiarse la locomotora del Tren Hotel que recorría el trayecto Barcelona-Vigo. (EFE)
Renfe ha reabierto la línea de AVE Madrid-Barcelona después de incendiarse la locomotora del Tren Hotel que recorría el trayecto Barcelona-Vigo. (EFE)

Verano de 2014. Adrián cogió un tren desde Ferrol hasta A Coruña, en la misma provincia y a apenas 50 kilómetros de distancia. Era y es una de las 14 líneas regionales que Renfe, la empresa pública ferroviaria, tiene desplegadas en toda España. A mitad del trayecto, el vehículo paró. Se había producido una avería y el viaje se retrasó una hora y media más de lo previsto. Además, no pudieron hacerlo en ferrocarril: la incidencia hizo que los empleados pidieran taxis para todos los pasajeros, con gasto a cargo de la compañía. Ese año, Renfe recibió más de 620 mil euros del erario público en materia de subvenciones, según su propio informe de cuentas. Pero una década después, las quejas a su servicio aún son frecuentes.

Amainar las mil tormentas que acechan a la compañía será uno de los retos que en adelante habrá de asumir Óscar Puente, recién nombrado Ministro de Transportes tras Raquel Sánchez. Y es que, aunque la historia de Adrián y cómo llegó tarde a su destino tiene tiempo, no es algo pasado. Si hoy vuelve a probar el mismo tren, nadie garantiza que no ocurra lo mismo. Esta ruta es una de las que más aborrecen los clientes, según la Asociación de Usuarios de Renfe-FEVE, que engloba a casi 4.000 miembros en todo el país que montan en los regionales. La organización denuncia que es imposible ir y volver en el día pese a la cercanía entre ambas ciudades, además del hecho de estar en la misma provincia.

Foto: Viajeros de Cercanías bloqueados en Atocha por una avería en el servicio. (EFE/Sebastián Mariscal Martínez)

Lo mismo ocurre, prosiguen, con las líneas que van desde Bilbao a León y la de Oviedo-Santander. En este último caso, las zonas son distintas pero no llega a 200 kilómetros los que separan ambas localidades. Este trayecto lo eligen muchos viajeros que han de moverse con frecuente entre la capital asturiana y la cántabra. Para la asociación de usuarios, este sería el tríangulo de las Bermudas de Renfe, tres "caminos imposibles" por la acumulación, asimismo, de averías y retrasos que se producen.

Hay quienes ponen alternativas sobre la mesa. Recientemente se anunció que el traspaso de Rodalies (Cercanías en Cataluña) al Gobierno de la Generalitat estaba en el acuerdo entre PSOE y Junts. Es la única región junto con País Vasco que quiere hacer autonómicas estas competencias estatales. El resto lo desestiman por el desembolso que supone arreglar su precaria estructura o sostener la red, así que no les vale como solución a las constantes averías. Ante este dilema, la pregunta que muchos se hacen está clara. ¿Hay otra solución?

Para Renfe, no hay ni problema

Renfe da pocas respuestas. La compañía ferroviaria es escueta en sus declaraciones a El Confidencial, y no aclara por ejemplo cuántos maquinistas o revisores tiene en plantilla a fecha de 2023 –uno de los principales problemas que denuncian los usuarios es la falta de personal, tanto de maquinaria como revisores, y las complicaciones que produce a la hora de contabilizar los viajes gratuitos con el nuevo bono estatal– ni sopesan adelantar o atrasar horarios de salida y llegada para dejar más margen en las provincias, con idea de que siempre sea posible ir y volver en el día cuando se trate de una misma zona. "Trabajamos para ofrecer un servicio adaptado a la demanda", se limitan a decir.

Otra de las rutas que más preocupan es la que conecta Bilbao con Santander, en País Vasco y Cantabria, respectivamente. En ella se concentran averías periódicas, según la denuncia que hacen los usuarios consultados, aunque Renfe objeta que es normal, a juicio de la empresa, que haya "incidencias puntuales" en el servicio. Y apunta a que estas no son "solo achacables a la compañía", sino también al sistema de infraestructuras (es decir, Adif) o a otras cuestiones "ajenas al operador" (entre las que mencionan arrollamientos, las malas condiciones climatológicas, la retirada de vehículos por vandalismo o grafitis, etc.). Sí que lanzan algunas promesas.

placeholder Un tren de Renfe circula en Galicia. (EFE/Xoan Rey)
Un tren de Renfe circula en Galicia. (EFE/Xoan Rey)

Renfe aún debe a Ourense, en Galicia, hasta cuatro servicios regionales que quedaron paralizados con la pandemia y, aún a día de hoy, siguen sin funcionar. En la comarca de Valdeorras y Ponferrada, publicaba el diario local La Región, todavía no se han recuperado estas rutas suspendidas a raíz del coronavirus, que obligó a cerrar las conexiones ante la emergencia sanitaria. No es la única complicación que recuerdan en la localidad. Los trenes del Avant, el servicio de media distancia, que circulan entre Ourense y Santiago de Compostela, la capital gallega, están al borde del colapso por las dificultades para hacerse con un billete.

Al habilitarse bonos escolares o gratuitos como medida anticrisis, tras el estallido del conflicto en Ucrania, las reservan deben hacerse con semanas de antelación. Si no, será imposible conseguir un ticket. Sobre esta cuestión en concreto, Renfe garantiza que está entre sus previsiones más próximas el "recuperar las frecuencias en los ferrocarriles regionales que faltan", este entre ellos. Además, aseguran en la empresa que los servicios del Avant entre Ourense y A Coruña, por poner otro ejemplo, se prestan actualmente "al 126% respecto a 2020", pues se han incorporado algunas de las frecuencias inhabilitadas por la pandemia.

Foto: Arranca la segunda semana de confinamiento por la epidemia de coronavirus (covid-19)

Para muchos, no es suficiente. El administrador de los usuarios asociados, Carlos Fernández Mayo, reconoce en declaraciones a este periódico que hay "problemas en toda España" y no solo en las vía estrecha del ancho métrico, que es la que corresponde a trenes regionales. Sin embargo, señalan que "hay más inversión para la alta velocidad" cuando con esa "no vas a trabajar, ni a estudiar, ni al médico o hacer compras...". En definitiva, creen que se priorizan viajes menos "urgentes" para el día a día del viajero, por lo general, que otras conexiones más rutinarias. Así que lanzan una réplica al Estado: "Tanto que se habla de la España vaciada o de los pueblos y a la hora de la verdad, son ellos mismos quienes nos aíslan".

No son los únicos que tienen quejas. El Sindicato Español de Maquinistas Ferroviarios (SEMAF) alerta de que también hay trenes de alta velocidad y larga distancia que no se han recuperado. Y este problema se extiende, según fuentes del órgano sindical, a "todas las provincias". Por ejemplo, "faltan ferrocarrilles que conecten Barcelona o Andalucía con Madrid", lo mismo que ocurre con "diferentes ciudades de Castilla y León". El motivo al que apuntan era, primero, la escasez en la platilla y, luego, pasó a ser también la falta de vehículos disponibles. "Seguimos a la espera de nuevos trenes que se han retrasado más de un año".

Foto: Uno de los actuales trenes FEVE en Cantabria, que van más despacio que el atleta jamaicano.

Aunque la Asociación de Usuarios de Renfe-FEVE afirma haber enviado sus propuestas de mejora a la compañía, entre ellas el cambio de horario en algunos trenes para dar cabida a más viajes de ida y vuelta, la compañía asegura que ninguna de estas ha llegado a sus gerencias de Galicia ni de Asturias. En el primer caso, por las reclamaciones ante los problemas que advierten los viajeros en ciertos trenes gallegos. En el segundo, por las denuncias por "falta de vehículos, personal y de mantenimiento", así como "una gestión nefasta" en los trenes desde Llanes, un concejo asturiano desde el que tampoco puedes ir y volver de Oviedo en una única jornada.

Este mismo año, la empresa ferroviaria vivió uno de sus escarnios públicos más dramáticos. Fue tras el fiasco de los nuevos trenes en Cantabria y, precisamente, Asturias, que fueron diseñados con errores en sus dimensiones y quedaron inutilizables al no poder pasar por los túneles que conectan con los destinos de llegada. Este episodio llevó a la dimisión del ya expresidente de Renfe, Isaías Taboas –que fue sustituido por Raül Blanco– y la entonces secretaria de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Isabel Pardo de Vera, la número dos de la ya ex ministra Raquel Sánchez.

Sin embargo, meses después no cesan las quejas por trenes paralizados, problemas para administrar los nuevos bonos gratuitos, o la falta de personal, maquinaria y revisiones. Ahora, será Óscar Puente quien deba hacerse la gran pregunta: ¿Es esta la única alternativa?

Verano de 2014. Adrián cogió un tren desde Ferrol hasta A Coruña, en la misma provincia y a apenas 50 kilómetros de distancia. Era y es una de las 14 líneas regionales que Renfe, la empresa pública ferroviaria, tiene desplegadas en toda España. A mitad del trayecto, el vehículo paró. Se había producido una avería y el viaje se retrasó una hora y media más de lo previsto. Además, no pudieron hacerlo en ferrocarril: la incidencia hizo que los empleados pidieran taxis para todos los pasajeros, con gasto a cargo de la compañía. Ese año, Renfe recibió más de 620 mil euros del erario público en materia de subvenciones, según su propio informe de cuentas. Pero una década después, las quejas a su servicio aún son frecuentes.

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