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Un nuevo retraso resucita la vieja polémica del AVE gallego
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Un nuevo retraso resucita la vieja polémica del AVE gallego

Rueda lamenta su impacto en el Xacobeo y el PSdeG urge su apertura, después de que Talgo anunciara que aplaza la entrega de trenes Avril

Foto: Viaje inaugural del primer AVE con destino Galicia. (EFE/Brais Lorenzo)
Viaje inaugural del primer AVE con destino Galicia. (EFE/Brais Lorenzo)
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El AVE se resiste a abandonar su papel de objeto de confrontación favorito en Galicia. Tras dos décadas de polémicas a costa de sus plazos, solo debilitadas cuando los gobiernos central y autonómico han sido del mismo color, el estreno por el rey Felipe de la línea Madrid-Ourense el pasado 20 de diciembre parecía poner fin a una época. No ha sido así. La vieja protagonista de la política gallega vuelve con fuerza, al conocerse el retraso de Talgo en la entrega de material rodante que impedirá cumplir un compromiso del Gobierno, el de extender la auténtica alta velocidad por más ciudades gallegas este verano. El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, culpa al Ministerio de Transportes y hasta los socialistas gallegos urgen la llegada de los nuevos trenes: "Necesitamos que entren en funcionamiento cuanto antes".

Esos nuevos trenes son los denominados Avril, 30 unidades de muy alta velocidad de los que la mitad es de ancho variable. La red gallega, incluido el eje atlántico A Coruña-Vigo, se desarrolló en ancho ibérico, distinto al resto del trazado del AVE. Los vehículos podrán circular a velocidades máximas de 300 kilómetros, y los adaptables lo harán por cualquier tipo de vía, mejorando las prestaciones de los Alvia actuales. La diferencia será especialmente notable al oeste de Ourense, pero no será una cuestión únicamente de velocidad. Además de una reducción de tiempos de viaje de hasta 20 minutos, según los destinos, su entrada en funcionamiento supondrá una nueva oferta comercial con más frecuencias directas o mediante enlace.

Foto: AVE en estación, foto de archivo. (EFE/ José Manuel Vidal)

El Gobierno gallego daba especial relevancia al plazo del verano por la consideración de este 2022 como Año Xacobeo y por sus efectos sobre el turismo. De ahí que el horizonte del verano comprometido por el Gobierno de Pedro Sánchez le resultara demasiado vago. Y la falta de noticias sobre la puesta en marcha del servicio tensaba a la Xunta y al PP. "El Gobierno está aislando nuestra comunidad", acusaba hace apenas dos semanas la secretaria general de los populares gallegos, Paula Prado. Rueda, mientras, se dirigía por carta a la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, para exigirle información sobre las previsiones de los trenes Avril a Galicia.

No hay un nuevo plazo, sino un anuncio de Talgo, ya oficial. En un comunicado remitido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y firmado por su consejero delegado, Gonzalo Urquijo, la empresa vasca justifica el retraso por la pandemia y otros "eventos geopolíticos", que interfirieron en la cadena de suministros y en el ritmo de fabricación, así como por otras causas "exógenas" en los procesos de pruebas y de homologación.

Tras conocer que Renfe responsabiliza a Talgo, que será penalizada por incumplimiento de contrato, Rueda culpó a su vez al ministerio, al que acusa de "buscar culpables" sin aportar "certezas" sobre la nueva fecha. El presidente de la Xunta atribuye el retraso a "un tema interno" del departamento de Raquel Sánchez, que "no soluciona a Galicia ni a los gallegos lo fundamental". El enfado de la Xunta crece en la medida en que la ministra había sido preguntada en reiteradas ocasiones, incluso por escrito, sobre los plazos previstos. En las consultas "extraoficiales", asegura Rueda, el ministerio sostenía que se mantenían los plazos.

Foto: Foto: EFE/Ana Escobar.

Aunque en distinta medida, la oposición comparte el malestar de Rueda. La portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, también lamentó "la constante de los retrasos" en Galicia en cuestiones relacionadas con el ferrocarril y urgió la llegada de los nuevos Avril de muy alta velocidad. Los nacionalistas, eso sí, centran el debate no en los trenes, sino en la modernización de toda la red ferroviaria en Galicia.

Incluso el secretario general del PSdeG, Valentín González Formoso, apremia la entrega de los nuevos trenes. "Necesitamos que entren en funcionamiento cuanto antes", declaró tras conocer el retraso. Formoso matiza, no obstante, que tras muchos años de espera, "la alta velocidad ferroviaria es por fin una realidad en Galicia, y los nuevos Avril ya han sido comprados por Renfe con una inversión de 768 millones de euros". Pero sin ellos, avisó, no se completan las conexiones con algunas de las principales ciudades gallegas. "El retraso en la entrega de los Avril por parte de la compañía Talgo supone un perjuicio para Galicia y para el propio sistema de alta velocidad ferroviaria en toda España", señaló.

Foto: La estación Santa Apolonia en Lisboa, Portugal. (EFE/Manuel De Almeida)

En efecto, Galicia es la comunidad autónoma más afectada por la demora en la entrega de las 30 unidades comprometidas —la mitad de ellas, adaptada al ancho variable—, pero no la única. Renfe se verá así obligada a atender una red creciente (con Madrid-Orihuela y Madrid-Ourense como nuevas líneas) sin los trenes prometidos, lo que afectará a las frecuencias entre Madrid y Sevilla, Málaga, Valencia, Alicante, Zaragoza-Barcelona y León. Los Avril son más rentables, ya que permiten transportar hasta 600 pasajeros por convoy con una distribución de 3+2 plazas y reducen el consumo energético en un 30%.

El AVE a Galicia ha ido contraviniendo los sucesivos plazos de 2010, 2012, 2015, 2018, 2019 y principios de 2021, que se comprometieron cada vez que se admitía un nuevo retraso. Finalmente, el Gobierno de Pedro Sánchez cumplió por solo 11 días su última palabra, la de ponerlo en servicio antes de que finalizase 2021. Comenzó entonces la polémica por la puesta en funcionamiento de los Avril, inicialmente menos intensa, pero que creció a medida que se entró en el verano, y que tuvo su punto culminante el 30 de junio, solo una semana antes de que Talgo confirmara el retraso en la entrega. Ese día, una delegación de dirigentes del PP, entre ellos su vicesecretario general de Organización, Miguel Tellado, convocaba a la prensa para realizar el viaje entre Ourense y Santiago para denunciar el "agravio". "Como los gallegos no votan socialismo, abandonan a la comunidad", acusó Tellado.

El AVE se resiste a abandonar su papel de objeto de confrontación favorito en Galicia. Tras dos décadas de polémicas a costa de sus plazos, solo debilitadas cuando los gobiernos central y autonómico han sido del mismo color, el estreno por el rey Felipe de la línea Madrid-Ourense el pasado 20 de diciembre parecía poner fin a una época. No ha sido así. La vieja protagonista de la política gallega vuelve con fuerza, al conocerse el retraso de Talgo en la entrega de material rodante que impedirá cumplir un compromiso del Gobierno, el de extender la auténtica alta velocidad por más ciudades gallegas este verano. El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, culpa al Ministerio de Transportes y hasta los socialistas gallegos urgen la llegada de los nuevos trenes: "Necesitamos que entren en funcionamiento cuanto antes".

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