Un AVE a 300 km/h y una villa romana: el proyecto de la discordia en el Poniente de Granada

El día de la inauguración del tramo del AVE entre Granada y Madrid, el coche paró en seco a la altura de Loja y la velocidad se redujo a 30 kilómetros por hora. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, extrañado al ver cómo un carromato podría adelantar al flamante tren, preguntó por la razón del frenazo. Después se giró hacia al por entonces ministro de Fomento, José Luis Ábalos, y le dijo: “Esto hay que arreglarlo”. Era el 25 de junio de 2019. Desde entonces, la conocida como variante de Loja se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para los gestores ferroviarios. El proyecto, la alternativa planteada para esquivar una vía del siglo XIX, la causa de la reduccion drástica de velocidad, se presentó en torno a 2010, cuando se desconocía la descomunal dimensión del yacimiento romano de Salar, cuyo entorno se protegió como Bien de Interés Cultural en 2021, y en cuyo perímetro entraría ahora el AVE a 300 kilómetros por hora.

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El alcalde de Salar, Armando Moya, ve con desazón este proyecto porque afectaría al que debe ser uno de los grandes motores económicos del Poniente granadino y cuyas dependencias excavadas se identifican con una pequeña parte, el 10%, aproximadamente, de lo que sería la villa en su conjunto. “Este trazado estaba descartado por el tema de su afección a los acuíferos, pero es que además pasa por los terrenos protegidos de la villa, de la que aún no sabemos exactamente su dimensión”, señala Moya

Los ayuntamientos afectados por la variante, Loja (PP), Huétor Tájar (PSOE) y Salar (IU) tienen una reunión el próximo 4 de julio en Madrid con la presidenta de Adif, María Luisa Domínguez, para presentar un proyecto alternativo redactado por las cooperativas de Loja para que antes de llegar al polígono industrial se aproveche el tramo de vía ya construido, “lo que no es tan lesivo para la economía de la comarca y ahorraría costes”. Además, “sería compatible con las obras que se están ejecutando en la actualidad”.

El alcalde de Salar señala que en el terreno afectado pueden surgir nuevos descubrimientos arqueológicos y que la villa romana es el emblema para atraer visitantes a la zona. “En la provincia no hay ningún otro yacimiento de estas características, es un enclave vivo que se excava todos los años con mucho esfuerzo, este año la campaña vuelve a comenzar el 1 de agosto hasta finales de mes, hay que seguir avanzando para conocer la dimensión real de la villa, se ha pasado un georradar y estamos centrados en la pars urbana, pero hay que estudiar en profundidad la pars rustica”, avanza.

Así que, mientras la variante de Loja se ha convertido en el arma que se arrojan unos partidos a otros, además se ser percibida como el emblema del agravio ferroviario que sufre la provincia, los alcaldes de la zona por la que pasaría el trazado casi prefieren que las cosas se queden como están antes de que se lleve a cabo el proyecto tal y como está ahora concebido. “No nos negamos a que pase el AVE, pero debe ir de la mano de un proyecto de trenes de cercanías porque la estación se está planteando en la Venta del Rayo, totalmente alejada de los núcleos de población. Un AVE a 300 por hora no va a tener paradas en la comarca y para ahorrar diez minutos de viaje no nos vamos a cargar un polígono, afectar a los regantes y entrar en los terrenos protegidos de la villa romana”, concluye el alcalde de Salar.

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Por su parte, el arqueólogo Julio Román, director de las excavaciones, confirma que el actual proyecto de variante afecta parcialmente el perímetro de seguridad del yacimiento. “Es una zona periférica de la villa, pero siempre puede haber restos soterrados en la zona por la que pasaría el AVE, en esa zona no se espera que haya restos aunque no se descarta, por eso se marca este espacio de protección, para tener una cautela de vigilancia arqueológica en caso de que se llevaran a cabo las obras”, afirma.

En definitiva, el arqueólogo no se opondría a que se ejecutaran las actuaciones para la construcción de la variante de Loja, siempre “cumpliendo la legalidad” y con el informe preceptivo de Cultura, además de “plantear medidas correctoras para reducir el posible impacto visual en el yacimiento”.

La villa romana, estrella veraniega

La villa romana de Salar se sitúa junto a la carretera Loja-Alhama y cerca del río Genil. Se encuentra rodeada por otros yacimientos como Tajo Carcamal, con ocupación hasta la Edad del Cobre; El Peseto, con estructuras neolíticas en silos; y el excepcional de Cerro Gabino, que cuenta también con un recinto fortificado de planta cuadrangular conocido como Torre de Gabino.

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El yacimiento fue inscrito en mayo de 2021 en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural al ser "una de las más importantes y singulares villas documentadas hasta el momento, por su arquitectura y por su decoración monumental, que se pueden observar en sus mosaicos, pinturas murales, columnas y esculturas femeninas”, según se recoge en el BOJA, donde se destaca que es “uno de los máximos exponentes para el estudio de la arquitectura doméstica de ámbito rural hispano”.

La villa romana se ha convertido en los últimos años en una de las estrellas informativas veraniegas, una vez que es en la época estival cuando se ejecutan las excavaciones. El hallazgo de 2019 fue especialmente notorio. Se desenterró parte del gran mosaico de cacería donde, por fin, apareció el rostro del dueño de la villa, el dominus, descabalgado y con una lanza apuntando a un jabalí y acompañado de un perro.

En esta villa romana destaca la ostentación en la decoración que se plasma en los mosaicos y en las Venus, esculturas de gran belleza que sorprenden por su estado de conservación. Quien la habitó en su máximo esplendor de los siglos III al V d.C. quiso dejar muy claro su nivel aristocrático y para ello construyó una Villa de Peristilo, es decir, una vivienda señorial de carácter agropecuario. Y en este entorno se quiere construir un centro de interpretación que, con los planes actuales, tendría a apenas unos metros un AVE a toda pastilla.

Variante De Loja

La variante de Loja consta de 18 kilómetros de recorrido, de los cuales 5,5 discurren entre viaductos y puentes, uno de ellos de cerca de un kilómetro entre los municipios de Salar y Huétor Tájar, sobre el valle del Genil. Son cuatro túneles y tres puentes que atraviesan la Sierra de Loja, las tierras de cultivo cercanas a Salar y pasan por encima de dos polígonos industriales. El trazado discurre casi en su totalidad en paralelo a la A-92 para evitar así los casi 30 kilómetros de un trazado del siglo XIX adaptado a los trenes de alta velocidad.

Desde que se comenzó a hablar del proyecto hace más de una década, los municipios por los que pasa el trazado han mostrado su preocupación por la afección que se puede producir en las captaciones de agua, dada la cercanía de la obra al acuífero de la Sierra de Loja. El alcalde de Loja, Joaquín Camacho, asegura, como su homólogo de Salar, que no buscan la confrontación política y que pretenden llegar a un punto de acuerdo para "enriquecer" un proyecto "que se tiene que hacer para que mejore el desarrollo del territorio". En este sentido, y da cara a la reunión del 4 de julio, Camacho pide "una posición unitaria y el máximo celo y respeto por parte de los responsables que ejecutan la variante de Loja" y brindar así una oportunidad de desarrollo para el Poniente granadino.