Sánchez intenta sofocar el incendio con ERC para salir 'vivo' del debate de estado de la nación
Bolaños se reúne este viernes con su homóloga catalana, y el Govern espera que cierren la fecha del próximo encuentro entre Sánchez y Aragonès. Los desplantes de ERC han llevado al Gobierno a dar más peso a Bildu
Pedro Sánchez subirá el martes a la tribuna del Congreso de los Diputados después de afrontar varios incendios en las relaciones con su socio de Gobierno, pero también con sus aliados parlamentarios. Sofocar las llamas con ERC, su principal aliado en la Cámara durante buena parte de la legislatura, serviría como balón de oxígeno para salir 'vivo' del debate sobre el estado de la nación, que la oposición ya le anticipa complicado. También para superar las próximas votaciones en una Cámara en la que el Ejecutivo siempre va a requerir de apoyos externos, y en la que los desplantes de ERC, como ocurrió con su rechazo a la reforma laboral, le han hecho pasar serios apuros, y le han llevado a arrojarse en brazos de otras fuerzas, en especial de EH Bildu.
Este viernes, el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, y la 'consellera' de Presidència de la Generalitat catalana, Laura Vilagrà, volverán a reunirse en Barcelona, en un nuevo intento por encauzar las relaciones entre el Gobierno y la Generalitat, malheridas por el espionaje a líderes independentistas mediante el 'software' Pegasus en abril.
Será su tercer encuentro desde que estalló el escándalo que llevó al Ejecutivo de coalición que preside ERC a "aparcar" la mesa de diálogo con el Gobierno central, y la idea es que sirva para reparar definitivamente estos puentes. A su vez, el resultado de la reunión servirá como una suerte de termómetro para calcular qué esperar de ERC, en fondo y forma (más allá de su previsible exigencia de una batería de medidas sociales), en el debate de los días 12, 13 y 14 de julio.
Fuentes del Govern reclaman que esta cita sirva "como preparatoria" de la próxima reunión entre Sánchez y el presidente catalán, Pere Aragonès, que prevén celebrar "en los próximos días". Piden, también, que les sirva para abordar "las nuevas condiciones y garantías necesarias" para reanudar las relaciones entre ambos Ejecutivos. Por su parte, desde la Moncloa rechazan aventurar resultados concretos, e insisten en que están buscando "cuadrar agendas" para convocar la mesa de diálogo, mientras mantienen abiertos los canales para que "siga el diálogo y la relación de distensión".
Tampoco hay que olvidar que, en clave catalana, ERC está al frente de un Gobierno de coalición con importantes frentes abiertos con su socio (Junts per Catalunya), mientras que desde la óptica estatal ostenta 13 escaños que resultan fundamentales para el Gobierno.
Baste el ejemplo de la votación en pleno de la reforma laboral, que logró el aval de la Cámara por el error al votar del diputado del PP Alberto Casero. El portazo de ERC con su no a la ley estuvo a punto de volar por los aires una de las medidas estrella del Ejecutivo.
El Govern da por hecho que la cita servirá "como preparatoria" de la próxima mesa de diálogo
Lo mismo ocurrió con el decreto para afrontar las consecuencias de la guerra de Ucrania (con medidas como la rebaja de 20 céntimos por litro de carburante), que ERC podría haber hecho descarrilar. De nuevo, Sánchez salvó los muebles por la mínima, con 176 votos a favor frente a 172 en contra. Y, de nuevo, Bildu resultó fundamental para evitar la que habría sido una dura derrota.
Precisamente, son los cinco diputados de Bildu los que le han permitido asegurarse la aprobación de la Ley de Memoria Democrática, que se votará en el pleno del 14 de julio, justo después del examen de Sánchez ante la Cámara.
Esos cinco parlamentarios, sumados a otros aliados como Más País o Compromís, serán fundamentales para sacar adelante la prórroga del decreto anticris. En este caso, a cambio de su voto, Bildu ha arrancado al Gobierno el compromiso de aumentar un 15% las pensiones no contributivas al menos hasta el mes de diciembre.
De momento, ERC no ha querido desvelar públicamente el sentido de su voto ante la prórroga del decreto que ya rechazó en abril. Fuentes del grupo parlamentario sí han dejado caer que apoyarán la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial para renovar el Tribunal Constitucional. En el Gobierno, además, dan por hecho que Esquerra no bloqueará la aprobación de la ley de memoria en el mismo pleno.
En mitad de una nueva crisis con sus socios de Unidas Podemos, y tras varias advertencias de sus aliados parlamentarios para que varíe el rumbo, Sánchez sabe que reconducir las relaciones con ERC le ahorraría varios golpes en un debate que, 'per se', ya se le antoja complicado.
La escenificación de la paz que pide UP
Por otro lado, el jefe del Ejecutivo aún tiene pendiente dar respuesta a la exigencia de la vicepresidenta segunda y líder de Unidas Podemos en el Gobierno, Yolanda Díaz, de reunir a la Comisión Permanente de Seguimiento del Acuerdo de Coalición, el espacio diseñado para recalibrar las relaciones cuando los decibelios entre ambas fuerzas superan de largo los umbrales de lo deseable.
PSOE y Unidas Podemos tienen claro que hoy por hoy no hay alternativa al actual Gobierno, y, por tanto, la ruptura no está sobre la mesa. Lo que hay, por parte del socio minoritario, es la necesidad de escenificar la vuelta de las aguas a su cauce, después de varios días de intercambio de declaraciones subidas de tono. El miércoles comenzaron a suavizar las formas, pero aún requieren de un gesto por parte del Partido Socialista que ayude a pacificar el Ejecutivo antes de una semana en la que quieren proyectar la imagen de un Gobierno unido. Sánchez, apuntan, es el principal interesado en lograrlo.
Pedro Sánchez subirá el martes a la tribuna del Congreso de los Diputados después de afrontar varios incendios en las relaciones con su socio de Gobierno, pero también con sus aliados parlamentarios. Sofocar las llamas con ERC, su principal aliado en la Cámara durante buena parte de la legislatura, serviría como balón de oxígeno para salir 'vivo' del debate sobre el estado de la nación, que la oposición ya le anticipa complicado. También para superar las próximas votaciones en una Cámara en la que el Ejecutivo siempre va a requerir de apoyos externos, y en la que los desplantes de ERC, como ocurrió con su rechazo a la reforma laboral, le han hecho pasar serios apuros, y le han llevado a arrojarse en brazos de otras fuerzas, en especial de EH Bildu.
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