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Falta de inversión y de mantenimiento: el cóctel tras el desastre de los cercanías de Madrid
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LA DESESPERACIÓN DE LOS VIAJEROS CRECE

Falta de inversión y de mantenimiento: el cóctel tras el desastre de los cercanías de Madrid

No hay semana que el servicio no registre retrasos considerables. Los sindicatos aseguran que las obras en el túnel de Sol son una excusa y advierten de que el problema "no es coyuntural, es estructural"

Foto: Varios viajeros esperan su Cercanías en Madrid. (EFE/Sergio Pérez)
Varios viajeros esperan su Cercanías en Madrid. (EFE/Sergio Pérez)

"Estábamos en la estación con las puertas abiertas, pero nadie decía nada", recuerda Pablo. Ocurrió en febrero de este mismo año, hace apenas un mes. El tren que iba a coger desde Pirámides pasada la hora punta se retrasó más de 30 minutos. Nadie sabía por qué. "Tampoco se nos informó", asegura este usuario, que acabó llegando tarde a Las Matas, su destino final. No le extraña, dice que no es algo ocasional y lo resume así: "Desde hace algún tiempo tienden a acumularse trenes que van en la misma dirección, de forma que para ir a Alcalá, por ejemplo, han dejado de salir cada 12 minutos y ahora pueden llevarse media hora sin venir". Pero luego hay más problemas: "La gente se acumula y cuando llegan, no hay forma de subir", y añade que esto "crea un bucle que se desborda a ciertas horas". No hay semana en Madrid que el servicio de Cercanías no tenga problemas para desesperación de los usuarios. El cierre del túnel de Sol por obras, la falta de inversión en mantenimiento y el haber quedado el servicio relegado ante el AVE son algunas de las causas que explican los retrasos constantes, según los sindicatos, que alertan: "No es coyuntural, es estructural".

En Renfe, la empresa pública de transporte que gestiona las líneas de Cercanías, se defienden. "Pedimos comprensión a los viajeros", sostienen preguntados por este periódico sobre los retrasos de las últimas semanas y el caos que vive la red madrileña. En la compañía son conscientes del descontento por los problemas en el servicio, pero los atribuyen precisamente a que hay proyectos en desarrollo para su ampliación y mejora: "Todas las actuaciones nuevas requieren de una fase de adecuación de viajeros y servicios a la nueva operativa, pudiéndose registrar incidencias puntuales", se escudan. Renfe no suele hacer públicos los datos sobre fallos o retrasos en los trayectos. Cuando se les solicita esta información, explican que los datos que manejan son sólo para uso interno. Aunque las críticas al servicio son ya habituales, e incluso proceden del propio PSOE —el Gobierno central es el que tiene las competencias en el servicio—.

placeholder El candidato socialista a la presidencia de Madrid, Juan Lobato. (EFE/Fernando Villar)
El candidato socialista a la presidencia de Madrid, Juan Lobato. (EFE/Fernando Villar)

El candidato del PSOE a la Comunidad de Madrid, Juan Lobato, se sumó este jueves a la oleada de señalamientos tras otro polémico episodio de demoras y retenciones entre Atocha y Chamartín, las dos principales estaciones de la capital. El socialista habló de "desastre" para referirse a la situación que afrontan los viajeros, tratando de alejarse de un conflicto que pude terminar salpicándole ante la cita electoral del próximo 28 de mayo.

Y se reafirma en las críticas. Así explica a El Confidencial sus razones: "Como en toda obra de mejora se generan molestias, pero reclamamos al Gobierno que se minimicen y se controlen al máximo". El miércoles pasado estuvo en Fuenlabrada con el alcalde, el también socialista Javier Ayala, para presentar su propuesta de una Red Exprés Interurbana de autobuses, con la que prevén reducir los tiempos de espera en hasta una hora. Allí lanzó algunas exigencias públicamente a sus colegas de Ferraz: "Pedí al Gobierno que sea absolutamente diligente al ejecutar las obras de Cercanías, y que presente toda la información y soluciones alternativas para no generar dificultades a los vecinos y familias".

Foto: Foto: EFE/Fernando Villar.

El principio del fin

El 4 de febrero se iniciaron las obras en la estación de Chamartín-Clara Campoamor. Desde entonces quedó interrumpida la conexión con Nuevos Ministerios por el túnel de Sol en cinco líneas de Cercanías, así que los viajeros tienen que buscar otras alternativas. Como mínimo seguirá así hasta diciembre, cuando está previsto que terminen. Estos trabajos forman parte de un plan más amplio para desarrollar las conexiones ferroviarias en la Comunidad de Madrid. Pero no han pasado ni dos meses y ya son varias las voces que, como Pablo, han lanzado un grito al cielo.

El Plan de Cercanías de Madrid supondrá un desemboloso 6.500 millones de euros para mejorar las infraestructuras y el servicio hasta 2025. De toda esta inversión, Renfe pone 2.800. Con más de 450 millones ya ejecutados principalmente en mantenimiento, otra de las promesas a la vista es la adquisición de más de 200 trenes para incorporarlos a la red en todo el país y con algunos en la capital. Los fondos europeos sustentan esta apuesta, que de momento recibe más voces críticas que aplausos por estos problemas de gestión. El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso también ha usado esta baza para marcarse un tanto frente a Pedro Sánchez a casi dos meses de los comicios. Su consejero de Transportes, David Pérez, insistía en reunirse cuanto antes con representantes del Ejecutivo central para ver cómo solucionarlo: “No puede ser que montar en Cercanías sea una lotería”, censuró.

placeholder Viajeros gestionan la compra de sus abonos en máquinas expendedoras de billetes en una estación de Cercanías de Madrid. (EFE/Mariscal)
Viajeros gestionan la compra de sus abonos en máquinas expendedoras de billetes en una estación de Cercanías de Madrid. (EFE/Mariscal)

"No es sólo un problema de la capital: pasa en Asturias, Valencia, Andalucía y sobre todo en Cataluña", apunta el portavoz del sindicato ferroviario de Madrid, Rafael Escudero. Para el representante sindical, que hoy pongamos el foco en lo que ocurre en los Cercanías madrileños o en los catalanes, por ser las dos grandes urbes del país, sólo se explica porque hay más tránsito interurbano y, por lo tanto, es más fácil percibir los fallos en el día a día. "Pero si les preguntan a los compañeros valencianos, por poner un ejemplo, te dirán lo mismo", afirma. Y lo mismo es, básicamente, que "se está apostando más por las conexiones entre comunidades [AVE y AVLO, principalmente] que por mejorar las redes interurbanas".

Aquí hay un componente político. A eso apunta Escudero, que señala cómo el "fanatismo" de los representantes les lleva en muchos casos a presionar desde sus territorios por "dar un gran anuncio" como es el hacer llegar la alta velocidad a su tierra. Más en periodo electoral. "Quieren llevarse la medalla, pero detrás de sus deseos hay una inversión tremenda porque muchas veces requiere levantar infraestructuras totalmente nuevas", denuncia su portavoz, para añadir que "mientras tanto, dentro de las ciudades seguimos abandonados".

Foto: Andenes desbordados y usuarios golpeando a los trenes (Twitter)

Las competencias son del Ministerio

Esta es una situación por la que responsabiliza, y quiere que quede constancia de ello, "única y exclusivamente a Renfe, Adif y al Gobierno central". El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Miteco) tiene las competencias en esta materia. También dentro de las redes urbanas que a través de Cercanías conectan las ciudades. Luego estas se bifurcan en dos empresas públicas, Renfe y Adif.

Mientras que Renfe es la propietaria de los ferrocarriles, y vela por su correcta circulación, Adif controla las infraestructuras que presta a todos los operadores que lo soliciten y logren los permisos para funcionar en España. La primera peca de una gestión "nefasta" en lo que afecta a la reparación y el mantenimiento de vehículos de Cercanías en Madrid, según lo que denuncia el sindicato ferroviario. No es lo único por lo que protestan. También hablan de una importante falta de personal. Sus estimaciones apuntan a que harían falta entre 400 y 500 trabajadores más para asumir de manera eficiente toda la carga de trabajo actual, entre trenes y usuarios.

Foto: Cercanías en la estación de Atocha. (EFE/Victor Lerena)

En la empresa ferroviaria cuentan una media de 700.000 usuarios diarios del interurbano madrileño y 1.246 trenes, 1.436 desde que comenzaron las obras en el túnel de Sol. "Que no nos engañen, no es un problema coyuntural: es algo estructural", sostiene otro órgano sindical, esta vez CCOO Madrid: "Estamos viendo a muchas administraciones locales, autonómicas y estatales repartiéndose la culpa de un funcionamiento deplorable en Cercanías".

Coinciden con el anterior portavoz sindical en que la apuesta por las conexiones de alta velocidad desplegada en los últimos años ha acabado eclipsando al ferrocarril convencional, "el que usamos todos y todas". En cambio, los trenes son medios "útiles y sostenibles" para conectar regiones, pero si se comparan con los de Cercanías se percibe que "están al servicio de minorías". Los dos sindicatos consultados concuerdan, en líneas generales, en que hay un déficit de inversión y una ejecución muy vaga de los planes de mejora.

Pero en Comisiones Obreras lanzan además un recordatorio a la ciudadanía: "Esta situación exasperante no es culpa ni del taquillero, ni del interventor, ni del vigilante o el maquinista", advierten, en respuesta a "las escenas de tensión y de violencia injustificables" que se han visto en los últimos días. "Comprendemos y animamos a la queja y la reivindicación ciudadana, pero nunca desde la violencia hacia los trabajadores que hacen lo que pueden para dar el mejor servicio posible con una inversión deficiente", zanjan.

"Estábamos en la estación con las puertas abiertas, pero nadie decía nada", recuerda Pablo. Ocurrió en febrero de este mismo año, hace apenas un mes. El tren que iba a coger desde Pirámides pasada la hora punta se retrasó más de 30 minutos. Nadie sabía por qué. "Tampoco se nos informó", asegura este usuario, que acabó llegando tarde a Las Matas, su destino final. No le extraña, dice que no es algo ocasional y lo resume así: "Desde hace algún tiempo tienden a acumularse trenes que van en la misma dirección, de forma que para ir a Alcalá, por ejemplo, han dejado de salir cada 12 minutos y ahora pueden llevarse media hora sin venir". Pero luego hay más problemas: "La gente se acumula y cuando llegan, no hay forma de subir", y añade que esto "crea un bucle que se desborda a ciertas horas". No hay semana en Madrid que el servicio de Cercanías no tenga problemas para desesperación de los usuarios. El cierre del túnel de Sol por obras, la falta de inversión en mantenimiento y el haber quedado el servicio relegado ante el AVE son algunas de las causas que explican los retrasos constantes, según los sindicatos, que alertan: "No es coyuntural, es estructural".

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