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La emergencia cinegética se extiende por España: "Los parques nacionales están infestados"
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La población de jabalíes roza los 2 M

La emergencia cinegética se extiende por España: "Los parques nacionales están infestados"

En las últimas décadas, la fauna silvestre se ha multiplicado en nuestro país y también los problemas relacionados con estas especies. Las autoridades empiezan a actuar, pero sin datos oficiales ni planes claros

Foto: El cuerpo de un jabalí sin vida, en el arcén de una carretera. (EFE/Cabalar)
El cuerpo de un jabalí sin vida, en el arcén de una carretera. (EFE/Cabalar)

Hace unos días, el nuevo Gobierno de Extremadura estrenaba choque legislativo con el Ejecutivo nacional en funciones. La presidenta de la región, María Guardiola, anunciaba a bombo y platillo que, tras años de prohibición, se volvería a permitir cazar en el Parque Nacional de Monfragüe. Lo hacía con la negativa de Teresa Ribera, pero a los pocos días de que en Galicia se aprobara una medida que permite cazar jabalíes sin límite en el 80% de la región hasta febrero de 2024 y solo unos meses después de que un grupo de ganaderos asaltara la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León en Salamanca. ¿Qué tienen en común todos estos sucesos? Un concepto que empieza a extenderse por todo el país y parte de Europa: la emergencia cinegética.

Sin datos oficiales que avalen lo que ocurre, ni una estrategia común de acción que ponga el foco sobre este asunto, en el campo español llevan varios años mirando, cada vez con mayor preocupación, a unas especies salvajes con las que conviven, pero de las que no se sabe ni cuántos ejemplares hay. Solo se conoce que su número y su crecimiento se han convertido en un problema general. Han traído más enfermedades a las explotaciones ganaderas, los accidentes de tráfico con estos animales se multiplican y los agricultores piden reparaciones por los daños en sus cultivos. Ahora, algunas administraciones han empezado a hablar del fenómeno y a poner medidas bajo el concepto de la emergencia cinegética, pero ni está claro lo que eso significa, ni las acciones convencen a todos los expertos.

Foto: Foto: EFE.

"La sobrepoblación es una realidad palpable. No hay datos cerrados de las poblaciones de cada especie, pero sí se puede ver el problema con los accidentes o con las enfermedades que se han ido encontrando en el ganado. Cada vez hay más, y fenómenos como la sequía hacen que se junten más con especies domésticas, favoreciendo la transmisión de enfermedades", comentan veterinarios consultados por El Confidencial. Es algo que también constata Gustavo del Real, científico titular del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria del CSIC (INIA-CSIC). Él, junto a un grupo de investigadores, acaba de publicar un estudio en el que encuentran por primera vez rastro de SARS-CoV-2 en cérvidos fuera de Norteamérica. Dieron con este rastro en animales de los alrededores de Madrid. "Hay muchos y es un ejemplo de cómo cada vez interactúan más con las personas", comenta.

Desde inicios de siglo, animales como los jabalíes, los corzos o los ciervos han ido ganando terreno por territorio patrio, al igual que lo han hecho en otros países como Polonia o Italia, sin que nadie parezca tener una solución para su crecimiento. Con unas zonas rurales cada vez más abandonadas, cultivos más apetecibles y un cambio climático que favorece su proliferación, sus números se multiplican sin cesar. La reducción de depredadores naturales como el lobo ha completado el cóctel que ha hecho que grandes especies cinegéticas encuentren una sola barrera a su crecimiento. Sin embargo, hasta los últimos años las administraciones no han tomado muy en serio el problema y las estrategias para el control de las poblaciones escasean. Más allá de ciertos llamamientos a los cazadores y ampliaciones de periodos hábiles de caza.

En 2022, incluso el Gobierno central aprobó (con las quejas de los ecologistas) una Estrategia Nacional de Gestión Cinegética con el objetivo de coordinar la actividad de la caza, que depende totalmente de las comunidades autónomas. Pero el choque entre el Ejecutivo de Pedro Sánchez y el de María Guardiola muestra que sigue habiendo grandes diferencias a la hora de afrontar estos problemas. Mientras tanto, en menos de un año ya se han declarado diferentes emergencias cinegéticas en comunidades como Galicia, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña o Andalucía. La mayoría por jabalíes, pero también las hay por conejos. ¿Qué significan esas declaraciones? Se articulan por normativas regionales y la mayoría se centran en flexibilizar las reglas sobre la caza. Apenas hay medidas que vayan más allá.

Guerra de cifras

La falta de datos oficiales y medidas coordinadas ha hecho que la declaración de emergencia cinegética acabe en choque entre ecologistas y cazadores. Tras la DGT, que hace balance anual de los accidentes con animales sufridos en España cada año, son los propios cazadores los que están llevando los recuentos más detallados sobre la situación, aunque cuentan con las dudas por parte de los colectivos ecologistas. Los únicos datos firmados por un ministerio son del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y hablan de la cantidad de animales capturados en los cotos, por lo que, según los ecologistas, podrían ser datos retocados por el propio sector de la caza.

Esas cifras muestran que entre 2011 y 2021 (último informe disponible) la caza de jabalí se ha doblado, pasando de 209.000 animales capturados a más de 434.000. También han vivido un crecimiento similar el rebeco y el corzo, pasando este último de 31.000 a 78.000. En estos años, toda la caza mayor, salvo el caso del lobo, se ha disparado, pasando de un total de 427.000 capturas al año a más de 744.000. Los números chocan con los de caza menor, tanto de mamíferos como de aves. En esos apartados, los números se han reducido, con especial bajón en liebres y tórtolas capturadas.

Lo más curioso de estas estadísticas es que, pese a que las licencias de caza no paran de bajar, la caza mayor crece como nunca y, según confiesan miembros del sector como Luis Fernando Villanueva, director de la Fundación Artemisan, no dan abasto. "Hay zonas en las que los cazadores te dicen que no dan abasto, que no pueden cazar más, pero las poblaciones no bajan. Los parques nacionales están infestados de ungulados", comenta. Sin embargo, hay un dato que esgrimen los ecologistas. Pese a que dicen estar al límite, las mismas estadísticas dicen que en 2021 se soltaron en España 119 jabalíes y 735 ciervos. No dan información sobre el lugar de la suelta, pero choca con los mensajes lanzados.

De momento, la fundación que lidera Villanueva es clara a la hora de pedir más implicación por parte de las administraciones. Asegura que al ser una gestión descentralizada, cada región va por su lado. "Los animales no entienden de fronteras. Y luego está el tema de la sensibilidad que la sociedad tiene con los animales, es difícil tomar medidas duras, pero se ha visto que debe hacerse si se quiere controlar lo que ocurre. No decimos que la caza sea la única medida ni mucho menos, pero debe tomarse en serio el problema, si no, acabaremos con dos millones de jabalíes para 2028, según nuestros cálculos", menciona Villanueva.

placeholder Vista de dos ciervos en el Parque Nacional de Cabañeros. (EFE)
Vista de dos ciervos en el Parque Nacional de Cabañeros. (EFE)

Según los cálculos de su organización, cada 10 años se incrementa la población de jabalí por dos. En 2018 se capturaron unos 400.000 y se establecía una población de en torno a un millón de jabalíes. Es previsible que en 2028 en España la población se encuentre en torno a los dos millones de jabalíes. La población de ciervos y corzos desde 2020 se ha multiplicado por cinco y por 10 respectivamente. "Es un problema tremendo y en los parques nacionales como el de Cabañeros hemos visto cómo se ha perdido muchísima biodiversidad por no controlar las poblaciones de cérvidos", añade el director. Incluso su organización habla de problemas con la cabra montés en zonas como Guadarrama, donde se reintrodujeron y ahora no paran de aumentar.

¿Qué hacer?

Para Del Real, la aparición de más enfermedades y grandes riesgos incluso para el ser humano es motivo más que suficiente para tomarnos mucho más en serio el control de las poblaciones de fauna silvestre. Y hacer planes generales que lleven a que todo tipo de técnicos y expertos participen en las estrategias. "Hay que ir desde el diseño de las instalaciones ganaderas hasta el control de los espacios por los que se mueven ciertas especies. Sin tener más información y conocer mejor la situación, es imposible tomar medidas efectivas. Obviamente, hay recursos dedicados a este asunto, pero quizás haga falta dedicar más, igual que se ha hecho en ocasiones concretas con alertas de distintas enfermedades", añade.

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Foto: EFE.

Para los veterinarios, la sequía ha sido la puntilla para mostrar el riesgo que esta sobrepoblación puede suponer para el mundo rural y para sectores como la ganadería. La falta de agua ha hecho que los animales se junten más con especies domésticas y se transmitan muchas más enfermedades. Se ha visto con la sarna, la tuberculosis o la enfermedad hemorrágica epizoótica. "Aunque no se trata de una zoonosis que pueda contagiar al ser humano hasta ahora, la expansión de la EHE durante las últimas semanas por varias provincias del país con cabaña de vacuno en régimen extensivo tiene su origen en el elevado número de animales silvestres, como ciervos, que en época de verano, por la escasez de alimento, presentan un sistema inmunitario debilitado y propenso, por ende, a contraer enfermedades", rezaba un comunicado de la Organización Colegial Veterinaria.

Sobre posibles medidas, Villanueva hace una última reflexión. "Quizá para atajar esto necesitemos más lobos, pero ¿cuántos más? No sé si estamos preparados para aceptar que tengamos una población de unos 50.000 lobos, con lo que eso supone para la ganadería. Todo eso se debe debatir y ser claros".

Hace unos días, el nuevo Gobierno de Extremadura estrenaba choque legislativo con el Ejecutivo nacional en funciones. La presidenta de la región, María Guardiola, anunciaba a bombo y platillo que, tras años de prohibición, se volvería a permitir cazar en el Parque Nacional de Monfragüe. Lo hacía con la negativa de Teresa Ribera, pero a los pocos días de que en Galicia se aprobara una medida que permite cazar jabalíes sin límite en el 80% de la región hasta febrero de 2024 y solo unos meses después de que un grupo de ganaderos asaltara la Delegación Territorial de la Junta de Castilla y León en Salamanca. ¿Qué tienen en común todos estos sucesos? Un concepto que empieza a extenderse por todo el país y parte de Europa: la emergencia cinegética.

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