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Cazar jabalíes en un parque nacional: la letra pequeña que deja en fuera de juego a Ribera
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POLÉMICA GUARDIOLA-MINISTERIO

Cazar jabalíes en un parque nacional: la letra pequeña que deja en fuera de juego a Ribera

La nueva presidenta de Extremadura ha asegurado que desde octubre se podrán abatir estos animales en el Parque Nacional de Monfragüe. Lo justifica como una forma de controlar su población y dar respuestas a las necesidades de los cazadores

Foto: Un zorro captura una presa en el Parque Nacional de Monfragüe, en Cáceres. (Andoni Canela)
Un zorro captura una presa en el Parque Nacional de Monfragüe, en Cáceres. (Andoni Canela)

Sin perros, sin fines lucrativos o deportivos y en consonancia con el plan que actualmente rige el Parque Nacional de Monfragüe (Cáceres). La presidenta de Extremadura, María Guardiola, desató cierta polémica con su último anuncio. Desde octubre, si todo va según lo previsto, permitirá la caza de ciervos y jabalíes en buena parte del espacio protegido. Será en las áreas de dominio público, que abarcan la mitad del enclave, y no en los cotos privados. La Junta extremeña explica la decisión como una forma de afrontar el "exceso de población" de estas especies y cumplir con los cazadores, que hace tiempo reclamaban traer de vuelta su actividad a Monfragüe. Sin embargo, la propia ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, cuestionó tajantemente el propósito de Guardiola.

"La ley prohíbe la actividad cinegética en parques nacionales", se pronunció la titular del ramo en su cuenta de X, la red social antes conocida como Twitter. Recordó que fue una norma aprobada en tiempos de Mariano Rajoy –en concreto, del año 2014– la que estipula que al declararse estos espacios habrá que "retirar cualquier señalización" que antes lo catalogara como zona de caza. Este marco estatal es la piedra angular, pero se ramifica en otras legislaciones sectoriales o autonómicas. En el caso de Monfragüe, como en el resto, hay un plan rector propio y no es tan sencillo de modificar. Cualquier cambio ha de ser "compatible con la ley", prosiguió Ribera, y contar con el visto bueno de otras administraciones y entidades vinculadas al parque.

Poco después, el secretario de Estado de Medio Ambiente y segundo de a bordo de la ministra, Hugo Morán, admitió que en esto hay letra pequeña. Y que, en realidad, la ley sí permite a Extremadura ejecutar sus planes sin el aval de Transición Ecológica: que la caza sea única y exclusivamente para control poblacional. En estos casos, la norma estatal que regula los parques nacionales sí permite las batidas en espacios protegidos, e incluso autoriza a las asociaciones locales de cazadores en apoyo a la Administración. Esto ocurre cuando una de las especies del parque se ha reproducido en exceso –cosa que deben determinar criterios científicos y técnicos del área– y su crecimiento está, además, perjudicando la conservación del ecosistema. Es decir: no basta con que haya demasiados animales. Debe constatarse que esto afecta negativamente a Monfragüe.

Otra cosa sería si la actividad se realizara con fines lucrativos, deportivos o con perros de caza sin el visto bueno del resto de las partes. Entonces sí que se incurriría en una ilegalidad. La Junta de Extremadura, en respuesta a preguntas de El Confidencial, asegura que "en ningún caso" habrá beneficios económicos o recreativos por las batidas, que irán dirigidas exclusivamente a poblaciones de jabalíes y ciervos. Las piezas capturadas, apuntan, irán a parar al banco de alimentos u organizaciones sin ánimo de lucro, aunque no especifican a cuáles. No obstante, el Gobierno regional no descarta "incluir la caza con perros" en un futuro. No sería la primera vez que esto ocurre.

El precedente de Cabañeros

En el rifirrafe por redes entre Guardiola y Ribera, la primera insistió en que su propuesta era viable y "compatible" con la normativa porque no habla de caza comercial o deportiva. Y en realidad, ya existe un precedente en Castilla-La Mancha, donde gobierna el PSOE. Cabañeros, otro parque nacional en pleno monte toledano, aprobó en abril una medida similar a la que ahora anuncia Guardiola. Se trata de un plan de gestión de ungulados –ciervos, jabalíes, muflones y gamos, animales silvestres más relacionados con daños al ganado o enfermedades como la tuberculosis– que pusieron en marcha en abril de este año. Oficialmente, no es lo mismo hablar de caza que de control poblacional.

Lo primero implica un beneficio económico o recreativo para el cazador. En el segundo caso, el fin nunca puede ser lucrativo y las batidas deben ser de especies acreditadamente superpobladas. Aunque para los ecologistas, la diferencia es ínfima o prácticamente nula. "Lo que va a pasar en Monfragüe lo conocemos bien: dicen que no es caza, pero permiten que usen escopetas y sean cazadores quienes lo hagan. Venga, hombre", contrasta Miguel Ángel Hernández, portavoz del área de Naturaleza de Ecologistas en Acción y representante de los medioambientalistas en el Patronato de Cabañeros.

Foto: La ministra Teresa Ribera visita el Parque de Cabañeros. (EFE)

Estos son los principales órganos de participación ciudadana que existen en la red de parques nacionales, y del que forman parte tanto el Ministerio y el Gobierno autonómico de turno, como organizaciones ecologistas o de cazadores vinculados a los cotos privados dentro del espacio. En el caso de Cabañeros, Ecologistas en Acción ya presentó un recurso de alzada ante la Consejería de Desarrollo Sostenible de Castilla-La Mancha y siguen a la espera de una resolución. Argumentan que, para justificar que había sobrepoblación de ungulados, la Junta castellanomanchega presentó un informe al Estado con datos que proporcionaban los propietarios de los cotos de caza, según Hernández.

Además de defender que hay métodos alternativos a las armas de fuego para ajustar la población de ungulados, como la captura en vivo –es decir, las trampas con jaulas o cepos– o soltar depredadores naturales en el parque, como los lobos, el representante ecologista pide "más control en los criterios técnicos" para justificar que haya que acabar con ciervos, jabalíes u otros animales de caza. "No sé si también será el caso de Monfragüe, pero me consta que aquí los informes están repletos de datos inexactos", asegura.

Los cazadores extremeños: "Esta es la forma de control poblacional más ética que hay"

De vuelta a Monfragüe, los cazadores tienen una visión radicalmente distinta. "La caza es la forma más ética para equilibrar un ecosistema", sentencia el presidente de la Federación Extremeña de Caza, José María Gallardo, que aúna a más de 35.000 cazadores de la región. La actual presidenta Guardiola se comprometió con ellos, cuando aún era candidata, a recuperar la actividad cinegética en el parque. Ahora, no solo se muestran contentos y satisfechos, sino que además defienden la medida como una forma de "preservar el ecosistema", en contraposición a las tesis de los ecologistas.

"La caza es la forma más ética para hacer frente a la sobrepoblación de especies", sostiene Gallardo. Con este método, argumenta que el animal "siempre tiene escapatoria" y se le otorga una última oportunidad. Cosa que "no ocurre con las jaulas o los cepos, que a veces les generan más sufrimiento". Por el momento, reconoce que el Gobierno extremeño no se ha puesto en contacto con la federación para determinar si sus cazadores serán los encargados de colaborar con la Junta en las batidas de ciervos y jabalíes.

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Los ciervos están amenazados por los permisos de caza y el argumento de los gestores medioambientales de que es un animal peligroso para la población. (EFE/Pilar Devesa)

Hasta la fecha, los controles se han limitado a capturas en cercas de manejo, cajas-trampa y también algún rececho. Según datos oficiales a los que ha tenido acceso este periódico, en los últimos dos años se capturaron 356 ciervos y 712 jabalíes a través de estos métodos, lejos de la previsión del plan de acción que contempla la normativa propia de Monfragüe: en el primer caso, solo cumplieron con el 36% de los aprisionamientos previstos (quería llegarse a los 980) y, en el segundo, casi el 67% (con idea de llegar a 1.065).

De momento, desde el Ministerio de Transición Ecológica asumen que el plan de Guardiola para reactivar la actividad cinegética es factible en los términos en los que se plantea. Pero lanzan una advertencia: "Todavía tienen que demostrar que esa superpoblación de la que hablan está causando problemas para la estabilidad del parque".

Sin perros, sin fines lucrativos o deportivos y en consonancia con el plan que actualmente rige el Parque Nacional de Monfragüe (Cáceres). La presidenta de Extremadura, María Guardiola, desató cierta polémica con su último anuncio. Desde octubre, si todo va según lo previsto, permitirá la caza de ciervos y jabalíes en buena parte del espacio protegido. Será en las áreas de dominio público, que abarcan la mitad del enclave, y no en los cotos privados. La Junta extremeña explica la decisión como una forma de afrontar el "exceso de población" de estas especies y cumplir con los cazadores, que hace tiempo reclamaban traer de vuelta su actividad a Monfragüe. Sin embargo, la propia ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, cuestionó tajantemente el propósito de Guardiola.

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