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Un topo en Luckia, señal de TV pinchada y ping-pong: caen los reyes de las apuestas en España
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Un topo en Luckia, señal de TV pinchada y ping-pong: caen los reyes de las apuestas en España

La Audiencia Nacional investiga a una organización criminal dedicada al amaño de apuestas deportivas, la que formaría parte el 'tipster' mallorquín Juan Gayá, con 220.000 seguidores en Telegram y otros 83.500 en X

Foto: El búlgaro Yavor Ivanov Andreev (izq.), el español Juan Gayá Salom (c.) y el rumano Bogdan Ionut Vorovenci.
El búlgaro Yavor Ivanov Andreev (izq.), el español Juan Gayá Salom (c.) y el rumano Bogdan Ionut Vorovenci.
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Juan Gayá Salom es uno de los principales tipster o pronosticadores de apuestas deportivas de Europa. Tiene 220.000 seguidores en Telegram y otros 83.500 en X (antiguo Twitter), aunque para recibir predicciones concretas de este mallorquín de 40 años o participar directamente en sus apuestas es necesario pagarle una cuota.

La especialidad de Gayá es el fútbol, sobre todo, la Primera, Segunda y Tercera RFEF. En julio de 2021 se compró un chalé con piscina y campo de fútbol privado en Santa Eugenia (Mallorca) y poco después anunció en Instagram que había adquirido un Lamborghini valorado en 250.000 euros.

Foto: Felipe Heredia, a la izquierda, dando instrucciones en un encuentro de su equipo, el CD Huracán Melilla.

El programa Equipo de investigación de La Sexta lo entrevistó en febrero de 2023. La periodista le preguntó por ese coche y por otras publicaciones en redes sociales en las que hacía ostentación de su riqueza. "Si ganas el dinero de forma honrada y digna, ¿por qué no puedo enseñar lo que he conseguido con mi esfuerzo?", respondió Gayá.

Semanas después, la Policía Nacional lo detuvo en su chalé en el marco de la operación Mursal, un dispositivo coordinado por la Audiencia Nacional que toma el nombre de una planta búlgara afrodisíaca en peligro de extinción. El sumario, que ha permanecido en secreto hasta ahora, atribuye a Gayá presuntos delitos de blanqueo de capitales y pertenencia a una organización criminal especializada en las estafas y los amaños deportivos. Hay otros 22 detenidos.

El nombre de Gayá fue uno de los últimos en aparecer en las diligencias. Las averiguaciones, que han estado lideradas por efectivos del Centro Nacional Policial por la Integridad en el Deporte y las Apuestas (Cenpida) de la Policía Nacional, arrancaron con un partido amistoso de tenis de mesa disputado en Brasil en 2020, en pleno confinamiento mundial por la pandemia.

Durante aquellos meses en los que apenas se disputaron competiciones deportivas, el tenis de mesa se convirtió en un oasis de las apuestas. Comenzaron a brotar torneos aparentemente profesionales. Se disputaban en pequeños espacios cerrados, sin público y en localizaciones desconocidas. Ni siquiera era fácil identificar a los jugadores, muchos de ellos visiblemente fuera de forma, pasados de peso o con serios problemas para golpear la pelota. Pero, pese a todo, los duelos se emitían en directo por internet y entraban en las casas de apuestas.

Foto: Las apuestas han llegado al deporte no profesional. (EFE/EPA/Julien de Rosa)

Investigaciones posteriores han revelado que esos torneos de tenis de mesa habían sido organizados por mafias dedicadas al amaño de apuestas deportivas. Los supuestos jugadores profesionales eran, en realidad, simples aficionados al ping-pong que habían recibido dinero por ejecutar resultados pactados de antemano. Uno de esos partidos se jugó en Brasil y generó movimientos tan escandalosos en las casas de apuestas que se emitió una alerta mundial.

Las primeras pistas situaron en la Costa del Sol al presunto responsable de aquel fraude. Se llamaba Yavor Ivanov Andreev y había nacido en Bulgaria en 1992. Hasta 2017 fue jugador profesional de tenis de mesa, aunque solo cosechó éxitos modestos. Después decidió dedicarse al mucho más lucrativo negocio de los amaños, según el sumario de la operación Mursal que dirige el Juzgado Central de Instrucción Número 3 de la Audiencia Nacional.

Foto: Dos policías en una imagen de archivo. (EFE/Rodrigo Jiménez)

El Cenpida comenzó a rastrear el patrimonio, los movimientos y los contactos de Yavor. A las pesquisas se sumaron agentes de la Unidad de la Policía Nacional adscrita a la Fiscalía Anticorrupción, así como de Europol e Interpol y de Vigilancia Aduanera. La actividad de este individuo condujo rápidamente a los investigadores a un segundo extranjero afincado en España. Ambos se habrían asociado para actuar como un cartel de apuestas.

Este segundo implicado era un rumano llamado Bogdan Ionut Vorovenci. Vivía desde hacía años en un chalé de la pequeña localidad de Cabanillas del Campo, en Guadalajara. Los fines de semana se desplazaba a Madrid para disfrutar de un palco privado en el estadio Metropolitano del Atlético de Madrid.

Hay equipos enteros de la tercera división del fútbol rumano que han pasado por delante de un juez para declarar por este escándalo

Según las diligencias, Yavor y Bogdan compartían contactos, información e infraestructura para efectuar las apuestas y lavar los beneficios que obtenían. Yavor se especializó en partidos de tenis y tenis de mesa. El segundo en partidos de fútbol en Rumanía y también en tenis. Los agentes sospechan que corrompían a deportistas para manipular sus tanteadores. Hay equipos enteros de la tercera división del fútbol rumano que han pasado por delante de un juez para declarar por su implicación en este escándalo. Otros deportes como el baloncesto también están bajo la lupa de los investigadores. Sus tentáculos llegaban incluso a competiciones de África.

El registro de la casa de Bogdan en Cabanillas del Campo arrojó otro hallazgo. La Policía encontró más de 60 teléfonos móviles encendidos. Indagaciones posteriores revelaron que la organización había sustraído centenares de identidades para realizar enormes cantidades de apuestas como si los pronósticos pertenecieran a pequeños usuarios anónimos sin relación entre sí, una práctica habitual de las mafias para dividir los enormes volúmenes de dinero que manejan en pequeñas cantidades y saltarse los vetos que pesan sobre los infractores.

Foto: Atlético Sanluqueño contra el Villareal, en diciembre de 2021. (EFE/Román Ríos)

Para cerciorarse de que un boleto dudoso pertenece a una persona real, los operadores suelen llamar a los supuestos clientes y los someten a un cuestionario de seguridad. Bogdan también había encontrado el modo de burlar esos controles. Cada uno de los 60 teléfonos tenía una pegatina con un nombre y apellidos distintos. Si algún operador llamaba para comprobar si existía alguno de los falsos usuarios, Bogdan descolgaba el móvil y se hacía pasar exactamente por esa persona.

Los agentes de Policía se encontraron otra sorpresa en el exterior de la casa. El investigado tenía dos parabólicas de un tamaño fuera de lo común. Descubrieron que, con la ayuda de un sofisticado programa informático, Bogdan podía interceptar la señal de televisión (feed, en inglés) de cualquier retransmisión deportiva, aunque se estuvieran celebrando en la otra punta del mundo.

Foto: Lance del CD Utrera-Córdoba B investigado.

Su propósito no era disfrutar del deporte. El sistema le permitía ver las imágenes mucho antes de que fueran distribuidas por las cadenas de televisión y llegaran a los hogares. Esa ventaja le permitía apostar en partidos que se estaban disputando en directo como si hubiera viajado al futuro y conociera ya el resultado. Sabía si el árbitro había pitado penalti o un equipo había metido gol con decenas de segundos de antelación. Ganó grandes sumas de dinero en con partidos de la UEFA Nations League, la Bundesliga, ligas asiáticas y sudamericanas y torneos de tenis ATP e ITF.

Bogdan dio una vuelta de tuerca a ese truco infalible. Según han confirmado a El Confidencial fuentes próximas al caso, el pasado diciembre envió a dos colaboradores a Qatar para que le retransmitieran en directo los partidos del Mundial desde el interior de los estadios. Para comunicarse empleaban simples teléfonos móviles. La señal de los terminales llegaba a España antes que las imágenes de televisión. Tuvo información precisa sobre acontecimientos clave de los encuentros mucho antes de que las casas de apuestas tuvieran tiempo de bloquear esas opciones.

Foto: El presidente de LaLiga, Javier Tebas. (EFE/Javier Lizón)

El apostador rumano y su colega búlgaro amasaron millones de euros, aunque los investigadores aún no han podido hacer un cálculo preciso. Utilizaban cuentas de bancos de todo el mundo, billeteras de criptomonedas y pasarelas de pago.

Movían tantos fondos que, según las pesquisas, decidieron presuntamente pedir ayuda Juan Gayá, el tipster que más apuestas y dinero gestiona en España. Por su condición de cliente vip, los operadores permiten al pronosticador mallorquín realizar más predicciones e importes más elevados que al resto de clientes.

Foto: El centrocampista Edu Oriol. (EFE/Nacho Gallego)

Las comunicaciones intervenidas revelan que Bogdan le pidió que hiciera apuestas en su nombre. Primero, remitía fondos a Gayá, luego este efectuaba las apuestas y, finalmente, las ganancias obtenidas eran transferidas de vuelta a Cabanillas del Campo, ya presuntamente blanqueadas.

De la investigación también se desprende que Gayá era consciente de que Bogdan usaba información de amaños y accedía fraudulentamente a la señal de las retransmisiones deportivas. El tipster habría usado incluso esos datos para ganar dinero con sus propias apuestas y mejorar su ratio de acierto.

Foto: Imagen de recurso. (EFE/Juan Ignacio Roncorini)

Bogdan llegó a montar su propio operador, Starbet.es, pero la investigación frustró el negocio. Por su parte, Yavor logró escaparse de España antes de la operación. La Policía siguió su rastro por Alemania, Malasia y Dubái. Finalmente, fue capturado en este último país. El Emirato lo entregó a España hace una semana y ya ha pasado por la Audiencia Nacional.

Además de Gayá, hay otros españoles detenidos. Destaca una mujer llamada Marta que trabajaba en Luckia y que presuntamente cobraba del grupo por hacer la vista gorda con boletos que en otras circunstancias habrían hecho saltar las alarmas. El resto de nacionales implicados proporcionaron presuntamente identidades para hacer apuestas y abrir cuentas para lavar dinero.

Juan Gayá Salom es uno de los principales tipster o pronosticadores de apuestas deportivas de Europa. Tiene 220.000 seguidores en Telegram y otros 83.500 en X (antiguo Twitter), aunque para recibir predicciones concretas de este mallorquín de 40 años o participar directamente en sus apuestas es necesario pagarle una cuota.

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