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"Recibo 4 o 5 amenazas por partido": así es el oscuro mundo de las apuestas en el tenis
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EL OTRO LADO DEL DEPORTE

"Recibo 4 o 5 amenazas por partido": así es el oscuro mundo de las apuestas en el tenis

Daniel Mérida, tenista madrileño de tan solo 17 años, lleva recibiendo este tipo de mensajes desde hace tiempo. Su denuncia pretende ser el primer paso para erradicar un grave problema

Foto: Las apuestas han llegado al deporte no profesional. (EFE/EPA/Julien de Rosa)
Las apuestas han llegado al deporte no profesional. (EFE/EPA/Julien de Rosa)

"Te voy a calentar la cara, pedazo de hijo de puta. Como te pille… ¡Verás! Le rompes el saque en el primer juego y luego le regalas tu saque. Y eso no es todo. Luego te comes un 40 a cero. Te pillaré. Estamos en el mismo país y te calentaré la cara, hijo de puta. Aquí no estás jugando solo, cabrón". Esta es la última 'perlita' que recibió a través de las redes sociales Daniel Mérida, tenista español de 17 años de edad. No es algo novedoso. El deportista madrileño denunció a través de su cuenta de Twitter los insultos que recibe después de cada partido por parte de usuarios anónimos que apuestan en sus partidos. Su grito de socorro incluyó a las cuentas oficiales de la ATP (Asociación de Tenistas Profesionales) e ITF (Federación Internacional de Tenis). No hubo respuesta.

Estos desagradables mensajes que recibe Daniel responden a una consecuencia de la ludopatía, un problema que a cada vez afecta a más personas en España, sobre todo entre los jóvenes. Un estudio del Gobierno en el 2020 reveló que el 63,6% de la población de 15 a 64 años jugó con dinero durante ese año y el anterior, haciéndolo mayoritariamente a través de juegos de lotería convencional e instantánea. El deporte no profesional ha acabado en la diana tras el aumento del juego online, debido a que los protagonistas son mucho más accesibles que las grandes estrellas: "Ganando o perdiendo, siempre te mandan este tipo de mensajes. Da igual en el torneo que sea, nos pasa a todos".

Según relata el protagonista a este periódico, no se trata de un caso aislado, ni mucho menos. Más bien es una acción demasiado repetida en el tiempo. "Después de cada partido me envían cuatro o cinco mensajes de ese estilo. Los voy borrando y no llevo la cuenta, pero, si no, tendría miles y miles", cuenta Daniel Mérida. Actualmente, el español tiene 17 años, pero confirma que lleva recibiendo amenazas desde hace, por lo menos, dos años. Y al igual que él, esta práctica se repite en otros compañeros y en cualquier circunstancia.

A Dani no le afecta, tal y como relata él mismo. Sus padres y su entrenador le prepararon desde pequeño para esta circunstancia, conocedores de que algún día le podría ocurrir a él. "Mis padres siempre lo han sabido, desde el primer día. Siempre he estado rodeado de gente que me decía que pasaba. Mi entrenador me avisó en su día, compañeros en el mundo del tenis, mi padre… Pero un chaval de 16 años que no tenga este entorno es posible que le pueda afectar mucho".

La adicción a apostar sigue creciendo en España. Figuras como la del ‘tipster’ deportivo, el cual crea adeptos a través de foros o comunidades online, fomentan la situación. "Las consecuencias de la adicción al deporte pueden ser físicas o psicológicas. Se pierde el bienestar. Los pensamientos y atención están centrados en las apuestas, seguir en directo los partidos, ver las estadísticas y hablar con otras personas sobre apuestas. La impulsividad es un rasgo frecuente en las personas adictas. Apostar se convierte en una forma de afrontar su malestar", explica Claudia Zafrilla, psicóloga experta en adicciones.

Foto: Nadal aún tiene varios retos en este 2022. (EFE/EPA/Kieran Galvin)

La organización no ayuda

El método de los apostadores ha evolucionado. Ya no se opta por grandes acontecimientos, sino por torneos de menor tamaño. Suelen ser campeonatos de poco foco mediático en los que el seguimiento y acceso es más fácil. "La mayoría de apostadores van presencialmente a nuestros torneos expresamente para apostar en directo. Chavales de 16 y 17 años que, solo con su móvil, están apostando en la grada mientras yo juego. Ocurre prácticamente en todos los torneos 'futures' (torneos organizados por la ITF para menores de edad)", cuenta Mérida a este medio.

La adicción llega hasta tal punto que se organizan para desplazarse geográficamente, siguiendo así los torneos locales para intentar sacar beneficio estando en el lugar. "Ha habido casos que he jugado, en la misma semana, un torneo en Madrid, otro en Barcelona y me he encontrado al mismo grupo de chavales en la grada apostando a mi partido. Algunos apuestan desde dentro del club y otros desde la calle, mirando el partido por algún hueco que no quede tapado porque hay clubes que no permiten estar con el móvil durante el partido".

Daniel Mérida achaca el problema a las dos partes: el fácil acceso a las apuestas y la poca reacción de la organización del circuito. "Hay muchas cosas que se están haciendo mal. Se podría prohibir apostar en partidos donde juegan menores de edad, por ejemplo. Pero no se hace nada. La ATP y la ITF deberían darse cuenta y dar un paso al frente. Nos tienen como torneos secundarios. Muchos jugadores lo dicen, pero hasta que no se den cuenta los que se tienen que dar cuenta, no cambiará nada", añade el tenista español, quien no oculta su frustración por la situación.

¿Existe una solución?

El fácil acceso al mundo de las apuestas es un factor clave. La ley no permite apostar a los menores de 18 años, pero el mercado en internet es otra película. Muchas plataformas en línea no tienen herramientas suficientes para verificar qué persona es la que está al otro lado de la pantalla, permitiendo que casi cualquiera pueda jugar con su dinero. "Cada vez está más presente entre los jóvenes, ya que es sencillo acceder a ellas. Para menores está prohibido legalmente, pero sólo necesitan una tarjeta de crédito y el DNI de un adulto. Para frenar la enfermedad es importante pedir ayuda, sobre todo a profesionales. Uno de los tratamientos con mayor eficacia es la terapia cognitivo-conductual", concluye la psicóloga Claudia Zafrilla. Mientras tanto, jóvenes como Daniel Mérida, cuya preocupación deberían ser sus estudios y su rendimiento sobre la pista, sufren los daños colaterales.

"Te voy a calentar la cara, pedazo de hijo de puta. Como te pille… ¡Verás! Le rompes el saque en el primer juego y luego le regalas tu saque. Y eso no es todo. Luego te comes un 40 a cero. Te pillaré. Estamos en el mismo país y te calentaré la cara, hijo de puta. Aquí no estás jugando solo, cabrón". Esta es la última 'perlita' que recibió a través de las redes sociales Daniel Mérida, tenista español de 17 años de edad. No es algo novedoso. El deportista madrileño denunció a través de su cuenta de Twitter los insultos que recibe después de cada partido por parte de usuarios anónimos que apuestan en sus partidos. Su grito de socorro incluyó a las cuentas oficiales de la ATP (Asociación de Tenistas Profesionales) e ITF (Federación Internacional de Tenis). No hubo respuesta.

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