La venganza de los cochistas: cómo acabar con el carril bici se convirtió en prioridad política

Las elecciones municipales en España las carga el diablo. Después de unas elecciones, en 1931, se proclamó la II República. En 2023, se eliminaron los carriles bici. Así se escribe la Historia.

La eliminación de infraestructuras ciclistas ha sido la primera medida de los nuevos consistorios de derecha en Gijón, Elche, Valladolid o Palma de Mallorca. ¿Por qué se ha convertido en prioridad política para partidos como Vox?

¿Montar en bici es de izquierdas? ¿Tener coche es de derechas? La respuesta es NO

La movilidad sostenible se ha convertido en brecha cultural entre progresistas y conservadores y conductores y ciclistas. ¿Montar en bici es de izquierdas? ¿Tener coche es de derechas? La respuesta a ambas preguntas es NO, son prácticas transversales, pero el cambio climático y las nuevas tendencias en movilidad sostenible han convertido el asunto en un avispero.

El nuevo reparto

Una de las claves del reparto de poder municipal y autonómico entre el PP y Vox, podría resumirse así: el PP se queda con los grandes presupuestos, y deja a Vox la batalla cultural. No verán ustedes a Vox llevando muchas concejalías de urbanismo, pero sí en igualdad (una de sus grandes batallas ideológicas), festejos, cultura o movilidad.

"Dudo mucho del rendimiento político a medio plazo de unas medidas que van contra toda la tendencia internacional urbana"

En Elche, el nuevo Ejecutivo PP/Vox ha anunciado la eliminación de zonas de "bajas emisiones" y carriles bicis por "atentar contra la libre circulación de coches". La ciudad estaba en proceso de obtener 2,4 millones de euros en ayudas europeas para carriles bici y bajas emisiones. La primera (y temprana) manifestación contra el consistorio ha sido una "bicifestación por la defensa de los carriles bici y la seguridad vial en bicicleta". El nuevo alcalde, Pablo Ruz (PP), defiende que los carriles bici eliminados estaban "mal hechos".

Según denuncia la oposición, Elche estaba en proceso de obtener 2,4 millones de euros en ayudas europeas para carriles bici y bajas emisiones. En Valladolid, donde se anunció el fin de la ordenanza de movilidad y la supresión de varias vías ciclistas, el PSOE ha denunciado el riesgo de perder ayudas Next Generation.

En Gijón, con un nuevo tripartito formado por Foro, PP y Vox, las dos primeras medidas anunciadas han sido la vuelta de las corridas de toros y el nuevo plan de movilidad para la avenida principal, con más coches y menos bicis y medidas medioambientales. El antiguo plan había generado una enorme batalla política y judicial que acabó dividiendo a la izquierda institucional. "Los vehículos tendrán a partir de ahora absoluta libertad de circulación", anunció la nueva alcaldesa, Carmen Moriyón (Foro).

Habla Fernando García, activista por la movilidad urbana. "Desgraciadamente, no me han sorprendido estas contramedidas, aunque sí me ha parecido muy exagerado que sean las primeras medidas de la legislatura, es decir, que se haga gran bandera política de ello".

"Más allá de cumplir con promesas hechas en caliente en la oposición, dudo mucho del rendimiento político a medio plazo de unas medidas que van contra toda la tendencia internacional urbana a diseñar ciudades menos contaminantes, con más movilidad sostenible y espacio para los ciudadanos. En países como Holanda o Suecia todo el espacio parlamentario, de la extrema izquierda a la extrema derecha, rema hacia esa dirección en movilidad", añade García.

El pasado acecha

¿Estamos ante nuevas tendencias de la derecha urbana, meras concesiones coyunturales a Vox o un poco de todo ello? Digamos que la cosas no fueron siempre así.

En 1992, pocos hablaban de ecologismo o cambio climático en España. Ese año, Gabino de Lorenzo, alcalde de Oviedo del PP, poco amigo del postureo progresista, lanzó un plan radical de peatonalización de Oviedo que echó a los coches del centro de la ciudad. Con los años, 160 calles, un sexto de las calles de Oviedo se harían peatonales. Comerciantes y cochistas recibieron mal el plan. ¿Por qué ya no se podía ir hasta la Catedral en coche? ¿Acabarían arruinados los comercios del centro?, se preguntaban.

Como las modas urbanas eran muy diferentes a las de ahora, parte de la izquierda asturiana se tomó el plan de De Lorenzo como el enésimo aburguesamiento de la muy burguesa ciudad de La Regenta. Pero el plan ovetense sería imitado luego por otras capitales de provincia como Pontevedra. Es difícil encontrar ahora una sola persona en Oviedo que lo critique.

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Héctor García Barnés Mapa: Ana Ruiz

En 2023, es la izquierda la que presume de movilidad sostenible: del Madrid Central de Manuela Carmena, a la ciudad de los 15 minutos de Más Madrid, pasando por el ambicioso plan del antiguo consistorio de Rivas para eliminar carriles para coches... en el que hay que detenerse: más allá de las guerras culturales, la gestión barroca de los carriles bici genera a veces malestares urbanos reales surfeados por la derecha.

En Rivas (25 kilómetros al sureste de Madrid) lleva gobernando Izquierda Unida desde 1991. La ciudad ha tenido un crecimiento explosivo: de 6000 (1986) a 100.000 habitantes. Buena parte de sus vecinos trabajan fuera y se trasladan en coche a sus lugares de trabajo. La pasada legislatura, varias avenidas de cuatro carriles para coches pasaron a tener dos en favor de las bicicletas, activándose inmediatamente el ciclo del malestar urbano: atascos mañaneros, cabreos y movilización.

En las pasadas elecciones municipales, se produjo un resultado inaudito en Rivas: el PP fue el partido más votado en el bastión rojo, aunque la izquierda seguirá gobernando. ¿Qué papel jugaron los carriles bici en el sorprendente subidón (de dos a nueve concejales) del PP?

"Creo que el carril bici ha sido un factor electoral muy importante", cuenta Pablo Martín, portavoz de la Plataforma por la Movilidad en Rivas, en el centro de la protesta la pasada legislatura.

Martín cree que la batalla contra los nuevos carriles no ha sido ideológica ("Rivas es un lugar tradicionalmente de izquierdas"), sino de gestión

"Los tres sectores de la ciudad en los que ha ganado IU, son justo los tres no afectados por la disminución de carriles para coches; en el resto de sectores, los de los carriles bici, ha ganado el PP", afirma Martín con el mapa en la mano.

Martín cree que la batalla contra los nuevos carriles no ha sido ideológica ("Rivas es un lugar tradicionalmente de izquierdas"), sino de gestión: el modelo "se ha implantado mal", "perjudicando también al transporte público, con autobuses atrapados en los atascos en una ciudad muy dependiente del vehículo privado".

​Quitar el sitio

"En general creo que la batalla contra el carril bici es más ideológica que otra cosa. Si fuera un problema de gestión, no se eliminarían los carriles, se reformarían", asegura García.

"La bici se convirtió en batalla cultural cuando empezó a quitarle sitio al coche en las ciudades, porque de eso va esta nueva ola: de recuperar espacio para los coches", zanja.

En resumen, en la era de la politización de las costumbres, y con el coche aún en el centro de la vida en las ciudades, implantar nuevos hábitos urbanos no es tarea sencilla.