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La madriguera por la que se escapan los votos de la izquierda: qué pasa con los animalistas
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La madriguera por la que se escapan los votos de la izquierda: qué pasa con los animalistas

El 28-M volvió a demostrar la incapacidad de la izquierda de aglutinar los apoyos de uno de los movimientos que más crecen en nuestro país en las últimas décadas. Ni con una ley afín a ellos lo han conseguido

Foto: Manifestación animalista. (EFE/Biel Aliño)
Manifestación animalista. (EFE/Biel Aliño)
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El pasado mes de febrero, se aprobaba en el Congreso la ley de bienestar animal. Una de las normas que más debate han generado en los últimos años conseguía pasar el último obstáculo, el del Senado, por un solo voto. El partido que la había liderado, Unidas Podemos, no tardó en lanzarse a celebrar el éxito. Era, según ellos, el mayor avance para los derechos de los animales en la historia de la democracia. Para conseguirlo, habían tenido en frente a todos los amantes de la caza y de la tauromaquia, pero la norma, con cambios, había salido adelante. Lo que no esperaban es que su apuesta acabaría cabreando a una parte del movimiento en el que se apoyaba la ley: el animalismo.

El 28-M, a la vez que se vivía el descalabro del partido morado, el partido animalista más conocido, Pacma, volvía a festejar un resultado. Con un nuevo nombre (ahora son el Partido Animalista Con el Medio Ambiente) y un cambio de imagen más verde, este grupo extraparlamentario vio cómo sus apoyos crecían en cerca del 80% de los lugares donde se presentaban y conseguían registros récord en ciudades como Córdoba, Barcelona y Santa Cruz de Tenerife. Su éxito llegaba después de sus pobres resultados en 2019 y tras posicionarse totalmente en contra de la ley de Podemos. Aunque no transformaron los votos en concejales, lo ocurrido resucitó un debate de cara al 23-J: ¿qué le pasa a la izquierda con el voto animalista?

Foto: Protesta convocada por el partido PACMA contra las becerradas. (J.P. Gandul / EFE)
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"Es un voto muy activo y concienciado, por eso es normal que los partidos intenten captarlo, a base de promesas y gestos, pero también es un movimiento con muchos matices y que reacciona si no consigue lo que busca", explica Juan Ignacio Codina, activista animalista, periodista, historiador y cuya tesis doctoral versa sobre la historia del pensamiento antitaurino en España. "También hay que tener claro que el animalismo es una corriente con una estructura mucho más reciente que otras como el ecologismo, y eso cuenta. No está en el mismo punto de madurez y eso provoca que no se puedan equiparar", añade.

En un momento en que todo el foco se ha puesto en la unión de fuerzas y en aglutinar votos para conseguir la mayor representación posible y con la guerra entre Sumar y Podemos en auge, muchos activistas y votantes animalistas hablan sobre si sería posible unir formaciones como Pacma al bloque de la izquierda. Y si esto ayudaría a dar un plus de apoyos. Los resultados ayudan a encender el debate. En la Comunidad de Madrid, si todos los votos de Pacma hubiesen ido a Podemos, la candidatura de Alejandra Jacinto habría conseguido rebasar el límite del 5%, quitando la mayoría absoluta a Isabel Díaz Ayuso. En concreto, el Pacma registró 23.216 votos en la Comunidad de Madrid, 8.000 más que en los comicios anteriores, y un 0,69% del total. Solo con haber recibido la mitad de esos votos, Podemos habría entrado en el Parlamento regional.

Su impacto también habría tenido efectos en otra región fuerte para el partido antitaurino, como son las Islas Canarias. Además, queda el recuerdo de los últimos comicios nacionales. En las generales de 2019, la formación animalista volvió a quedarse como la primera fuerza extraparlamentaria del país: 225.436 votos sin representación el 10-N, llegando a ser más de 346.000 en los comicios previos del 28-A.

Una de las activistas que han hablado sobre ello es Aïda Gascón, una de las voces más seguidas de este movimiento animalista en la red y que decidió lanzar la pregunta a sus seguidores en su cuenta de Twitter. El resultado fue que el 66% de los que votaron pedían que Pacma fuera con Sumar de cara al 23-J. "Yo entiendo que haya gente desencantada con el Gobierno y con la ley, pero no hay que olvidar que se ha creado una Dirección General de Protección Animal por primera vez en nuestra historia y que por fin contamos con una ley nacional de bienestar. Se han hecho avances muy importantes y si no gana el bloque progresista hay un gran riesgo de que se pierdan", cuenta Gascón en conversación con El Confidencial. ¿Por qué entonces tantos animalistas se decantaron por dar su apoyo a otra formación? "Creo que es un tema de gestión de expectativas".

Su postura es similar a la de Codina. Para ambos, el animalismo es un movimiento progresista, por lo que se enmarca mucho más cerca de partidos como Podemos o Sumar que de otros como el Partido Popular o Vox. Sin embargo, los últimos movimientos del bloque en relación con los derechos de los animales han hecho que el apoyo se resquebraje. "Con la nueva ley, ha habido demasiado ruido e incluso se han movido bulos interesados que han impactado entre los votantes. Sin embargo, desde mi punto de vista, hay que mirar más allá, porque hay algo básico. Si viene un Gobierno de derechas, la protección de los animales empeorará, y hay que aunar fuerzas para que esto no ocurra", comenta Codina.

Voto rural, voto animal

La mayor parte de las críticas por parte de Pacma y otros miembros del movimiento al Gobierno parten de un supuesto cambio en el Código Penal que, según ellos, despenalizó la zoofilia y por las concesiones dadas por los legisladores a cazadores y fans de la tauromaquia en la ley de bienestar animal. Según Javier Luna, presidente de Pacma, "el Gobierno ha demostrado que al final todos se acaban plegando a las presiones de ciertos grupos como los cazadores y se deja la protección animal en último lugar". En sus explicaciones a El Confidencial, va más allá y asegura que este Gobierno ha llevado a cabo "el mayor retroceso en derecho animal de la historia de la democracia, cuando prometían conseguir todo lo contrario".

Este debate, asegura Luna, se enmarca en uno mucho mayor y que ayuda a entender la "necesaria" existencia de Pacma. Según el político, que se presentaba por el partido en la ciudad de Córdoba, los partidos de izquierda han vuelto a dejar de lado los derechos de los animales para intentar recuperar el voto rural. Y al final han perdido todos los apoyos. "Obviamente, nuestro movimiento es progresista, porque nos centramos en defender los derechos humanos y los de los animales. Pero la política actual en realidad está vacía de ideología y esta legislatura se ha vuelto a demostrar. Creemos que se necesita de nuestra presencia en las cámaras para poder condicionar de verdad las normativas", detalla Luna.

placeholder Foto: EFE/Raquel Manzanares.
Foto: EFE/Raquel Manzanares.

Darse una vuelta por las redes de Sergio Torres, el director general de Protección Animal colocado por Podemos y activista desde hace décadas, sirve para darse cuenta de la situación. En los comentarios, le atacan desde animalistas convencidos a gente afín a la caza o los toros. "Me gusta decir que los que atacan las políticas del Gobierno son pocos pero ruidosos. Obviamente, el desencanto existe y es una realidad. La gestión de expectativas creo que no ha sido buena, pero hay que entender el contexto de un país donde cambios de tanto calado deben ir poco a poco. Quizá se pensó que la realidad se podría cambiar a marchas forzadas, cuando no es así", opina Gascón.

Lo cierto es que, más allá de haber perdido apoyos dentro del movimiento animalista, la izquierda española tiene un problema más profundo con el voto rural. Lo que habría ocurrido en Madrid de haber aglutinado el apoyo animalista no se repite en otros lugares como Aragón o Castilla-La Mancha, donde Pacma también se presentó y en algunos casos logró buenos resultados, pero no suficientes para haber conseguido recuperar la caída del partido morado. "Las encuestas dicen que la mayoría de la población española está a favor de acabar con la tauromaquia o rechaza la caza, pero el Gobierno sigue teniendo miedo a perder el apoyo de estos lobbies. El voto que nos dan es al final una muestra de protesta contra las políticas tibias en este sentido que no siguen la realidad del país", comenta Luna.

Codina, que incluso ha escrito un artículo pidiendo el voto útil en el movimiento animalista, también recuerda un aspecto clave: no todos los animalistas son de izquierdas. "Hay cierto desconocimiento en eso. Obviamente, la mayoría miran hacia una ideología progresista, pero dentro del movimiento también hay diferencias. En el entorno de los llamados defensores de perros y gatos, que dejan de lado el resto de las especies, hay también bastante voto conservador que creo que Pacma puede tener miedo a perder si se posiciona claramente".

Dónde queda la lucha

De momento, el partido animalista deja de lado cualquier idea de aunar fuerzas con movimientos como Sumar y se ha lanzado a recabar apoyos para poder presentarse en las próximas generales. Lo justifican diciendo que su presencia es clave para que se escuche al movimiento y poniendo un ejemplo de un caso que, según ellos, demuestra el peligro de las integraciones. "Solo hay que ver el caso del ecologismo. Los partidos verdes se integraron en las plataformas de izquierdas y ahora casi han desaparecido. Se les ha dejado en último lugar y se han aprovechado de sus apoyos. No queremos que eso nos pase a nosotros", comenta Luna.

Su sueño es aumentar su número de votantes y por fin llegar al Congreso. Dicen que es difícil en la situación actual, pero no imposible. Además, creen que su presencia sería clave para que se tome en serio a los animales. Desde su punto de vista, ahora nadie les presta atención. "Las pocas medidas que se han llevado a cabo es porque estamos nosotros y cada vez que hay comicios se ve que somos una fuerza fuerte y activa. Los partidos, que están todo el rato buscando graneros de votos, hacen propuestas a favor de los animales para intentar recabar nuestros apoyos. Pero no es tan sencillo", termina Luna.

El pasado mes de febrero, se aprobaba en el Congreso la ley de bienestar animal. Una de las normas que más debate han generado en los últimos años conseguía pasar el último obstáculo, el del Senado, por un solo voto. El partido que la había liderado, Unidas Podemos, no tardó en lanzarse a celebrar el éxito. Era, según ellos, el mayor avance para los derechos de los animales en la historia de la democracia. Para conseguirlo, habían tenido en frente a todos los amantes de la caza y de la tauromaquia, pero la norma, con cambios, había salido adelante. Lo que no esperaban es que su apuesta acabaría cabreando a una parte del movimiento en el que se apoyaba la ley: el animalismo.

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