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El PSOE empuja a Podemos a otro abismo en la ley de animales: o cede o caerá
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Los perros de caza quedan fuera

El PSOE empuja a Podemos a otro abismo en la ley de animales: o cede o caerá

Con el Gobierno tensionado por el 'sí es sí', el Congreso vota este jueves la norma impulsada por Belarra y enmendada por los socialistas. Tampoco aquí hay acuerdo

Foto: Félix Bolaños y Ione Belarra. (EFE/Mariscal)
Félix Bolaños y Ione Belarra. (EFE/Mariscal)

El Gobierno de coalición vive sumido en una de las etapas de mayor tensión de sus más de tres años de andadura. A la crisis del solo sí es sí, que mantiene a los socios negociando in extremis una salida pactada que este finde semana no se ha logrado, se añade el frente de la ley de bienestar animal, que este jueves llega al punto de no retorno en su tramitación. La norma impulsada por Ione Belarra, avalada por el Consejo de Ministros y después enmendada por los socialistas aterriza en el pleno del Congreso este jueves, empujando a Unidas Podemos hacia una situación límite.

Aunque la consigna en el socio minoritario es seguir negociando y presionar al PSOE para que rectifique, fuentes moradas asumen que el escenario más plausible es que tengan que asumir los cambios efectuados por el Partido Socialista. Seguirán ejerciendo presión, pero sus socios les han dejado ver que no están dispuestos a moverse. La enmienda de la polémica, incorporada en respuesta a la presión de los barones en pleno año de elecciones autonómicas y municipales, básicamente expulsa del paraguas de protección de esta norma a los perros de caza, pero también a otros animales empleados en actividades profesionales, como policía o rescate, o a los dedicados a tareas específicas como la ganadería o la cetrería.

Foto: Félix Bolaños y Ione Belarra. (EFE/Mariscal)

Si la norma fracasa, Unidas Podemos habrá visto descarrilar uno de los proyectos del ministerio de Belarra que es claramente identificable con su sello, que sí es una prioridad para este espacio (y, en particular, para Derechos Sociales, de quien depende la Dirección General de Bienestar Animal), y no tanto para el PSOE. Si finalmente logra los apoyos necesarios, la lectura será, como mínimo, agridulce, ya que tendrán que digerir que sus socios se salgan con la suya tras enmendar una norma ya pactada. La correlación de fuerzas es de 120 diputados (PSOE) frente a 33 escaños disponibles (UP), como recuerdan a menudo desde el PSOE, mientras desde Unidas Podemos expresan su impotencia.

La lectura de las distintas fuerzas parlamentarias consultadas es que, en este caso, los morados acabarán asumiendo esta derrota parcial, dando luz verde a la ley. Eso si cuenta con los votos necesarios, algo que hoy no se antoja un problema: necesita más síes que noes, y tanto el Gobierno como sus aliados ya concentran buena parte de su potencia de fuego en las negociaciones de la ley de vivienda y la derogación de la ley mordaza. Hasta el momento, nada hace pensar que puedan abrir un nuevo frente a cuenta de esta norma. Habitualmente, el Gobierno tiene que sudar la camiseta para conseguir apoyos parlamentarios, pero, cuando las normas enfilan la rampa, listas para aterrizar en el hemiciclo, el sentido de voto de los socios de la coalición no deja lugar a las dudas.

Foto: Lilith Vestrynge. (EFE/Ana Tuñas)

Hay algunas similitudes entre este caso y las circunstancias que rodearon la tramitación de la ley trans, agónica en su etapa final en comisión; aunque también fue el PSOE quien enmendó una norma aprobada por el Consejo de Ministros —UP lo hizo con la ley de vivienda—, en este caso, el grupo minoritario y los socios parlamentarios lograron torcerle el brazo, para acabar dejando sus enmiendas fuera de la ley. Una vez aprobado el dictamen y excluidos estos cambios, se impuso cierta sensación de calma, aunque en UP no respiraron tranquilos hasta la votación en pleno. El PSOE asumió entonces esa derrota, consciente de que les permitía esquivar un escenario de guerra sin cuartel con Igualdad.

En este caso, y mientras los morados sostienen que siguen buscando una salida, los socialistas aseguran que mantendrán posiciones, y trasladan el foco sobre Unidas Podemos, que lleva tiempo presionándoles, sin éxito. Hasta 40 ciudades han acogido durante el fin de semana concentraciones respaldadas por Unidas Podemos para pedir la inclusión de los perros de caza en la norma, y Belarra ha llegado a situar al PSOE "del lado de los maltratadores de animales". La Real Federación Española de Caza (RFEC) reclama el cese de la ministra de Derechos Sociales por estos "ataques de odio" al sector.

Foto: Manifestación para proteger a los galgos. (EFE/Juan Carlos Cárdenas)

Ni los últimos acontecimientos juegan a favor del socio minoritario —la secretaria de Estado para la Agenda 2030, Lilith Verstrynge, compartió y después borró en redes sociales un vídeo elaborado por colectivos animalistas en el que el rostro de Pedro Sánchez se convertía en el de Santiago Abascal, provocando la ira de sus socios—, ni la norma en disputa cuenta con el foco mediático o el peso político con el que contaba la ley trans. Tampoco el que tiene la ley mordaza —ahora mismo en el alambre, con los partidos repartiéndose las culpas de un posible fracaso—; o la ley de vivienda, sobre la que ambas partes afirman estar cerca del entendimiento.

Su tramitación, además, ha estado marcada por la polémica; vista la presión de los barones, pero también del lobby de la caza, Unidas Podemos planteó una enmienda alternativa al PSOE para buscar un acuerdo sobre los animales de caza; su socio aceptó, para recular horas después. Si esto incendió a los morados, que los socialistas sacaran adelante su enmienda con el respaldo de PP y Vox —para después tachar la firma del partido de Santiago Abascal— soliviantó al socio minoritario.

Foto: Pedro Sánchez, Ione Belarra e Irene Montero. (EFE/Emilio Naranjo)

El precedente, con todo, puede tener efecto —o réplica— en normas en tramitación como la ley de eficiencia procesal, que previsiblemente incorporará la enmienda antiokupación propuesta por el PSOE, y que también supuso un sapo difícil de tragar para los morados. Cuando menos, enrarecerá el ambiente en una Cámara en la que todos los grupos asumen que las dinámicas electorales cada vez van a tener mayor influencia en la actividad del Congreso.

El PSOE registrará este lunes en Congreso la propuesta de reforma de la ley del sí es sí en solitario. La proposición de ley, que se prevé presente a media mañana el portavoz del grupo parlamentario del PSOE, Patxi López, no contará con la firma de Unidas Podemos al no haber prosperado las negociaciones de este fin de semana entre los dos socios del Gobierno. Vista la envergadura de los frentes abiertos en la Cámara Baja,, a ninguna de las partes le interesa dar un golpe sobre la mesa. Es en este último marco donde Unidas Podemos asegura haber cedido "por encima de sus posibilidades", y donde los socialistas responden que, hasta ahora, son ellos quienes se han mostrado abiertos a aceptar cambios. Esta voluntad negociadora no tendrá réplica en el caso de la ley de animales.

El Gobierno de coalición vive sumido en una de las etapas de mayor tensión de sus más de tres años de andadura. A la crisis del solo sí es sí, que mantiene a los socios negociando in extremis una salida pactada que este finde semana no se ha logrado, se añade el frente de la ley de bienestar animal, que este jueves llega al punto de no retorno en su tramitación. La norma impulsada por Ione Belarra, avalada por el Consejo de Ministros y después enmendada por los socialistas aterriza en el pleno del Congreso este jueves, empujando a Unidas Podemos hacia una situación límite.

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