¿Sale caro el animalismo? Valencia se gastará 2,7 M en un refugio vip para gatos y perros

¿Cuánto cuesta el animalismo? ¿Es legítimo que una Administración pública se haga cargo de forma permanente del bienestar de las mascotas abandonadas o perdidas en la calle? ¿A qué precio? Son preguntas que inevitablemente surgen tras conocer el proyecto que el Consistorio que dirige Joan Ribó (Compromís) tiene previsto poner en marcha en una parcela de titularidad pública de algo más de 2.000 metros cuadrados en la calle Tavernes Blanques. La delegada de Bienestar Animal, responsable a su vez de Recursos Culturales, Gloria Tello, también de Compromís, ha empujado la puesta en marcha de un Centro Municipal de Recogida de Animales que contará con un presupuesto de construcción de 2,72 millones de euros (IVA incluido), al que habrá que sumar los costes de mantenimiento cuando comience a funcionar.

La Junta de Gobierno Local ha aprobado recientemente el proyecto básico y de ejecución de la obra, adjudicado al despacho de arquitectura Vetges Tu i Mediterrànea, un estudio emblemático en Valencia que ha participado en conocidos proyectos ya considerados clásicos como el ajardinamiento de uno de los tramos del Jardín del Turia, la rehabilitación de la Finca Roja, el centro de producción de televisión en Burjassot que alberga la sede de A Punt o la conversión del antiguo mercado de Abastos de Valencia en polideportivo e institutos de secundaria.

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Formalmente, no deja de ser un refugio para mascotas abandonadas, pero algunas de sus características, como el hecho de contar con un sistema de calefacción por infrarrojos a demanda de los animales, la orientación de algunos de sus habitáculos con vistas al exterior, rodeado de parcelas de huerta, sus bocas de agua antiincendios o la instalación anexa de placas solares para garantizar su consumo eléctrico, han hecho que en los medios locales de Valencia tenga la consideración casi de hotel de lujo para animales. El complejo se compone de una planta baja con 40 cheniles, para una población estimada de entre 80-100 perros, y de una primera planta con habitáculos para entre 72 y 88 gatos.

De trasfondo en el proyecto están las discrepancias que Gloria Tello mantiene desde hace varios ejercicios con los actuales gestores del centro de recogida de la protectora de animales Modepran. La concejala de Bienestar Animal ha tratado de rescatar la gestión directa del servicio municipal, pero la falta de personal la ha llevado a prorrogar finalmente el contrato con la mercantil Europea de Tratamientos Sanitarios, según publicó Levante-EMV. Sin embargo, ello no ha impedido que Tello haya avanzado en la tramitación administrativa de la nueva instalación, de la que todavía se desconoce si será de gestión directa, en un contexto de bloqueo administrativo de licencias de proyectos hoteleros o de alojamientos turísticos en el Ayuntamiento de Valencia, si bien es cierto que la iniciativa se arrastra desde la pasada legislatura y ni siquiera se han adjudicado las obras de construcción.

"Una sociedad también se mide por el trato que da a sus animales", dice Gloria Tello

Preguntada por el coste de la nueva infraestructura y su conveniencia, la concejala argumenta la necesidad: "El actual centro de Benimamet es insuficiente en espacio, porque fue un centro que se concibió cuando los animales eran sacrificados en 15 días. Afortunadamente, ya no se sacrifican animales. Por otra parte, creo que una sociedad también se mide por el trato que de a sus animales, y en este caso hablamos de animales que ya han tenido bastante desgracia de ser abandonados. No se trata de ningún hotel, es un centro de acogida de perros y gatos abandonados", señala.

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Gloria Tello insiste en que decir que destinar 2,7 millones al nuevo centro es mucho dinero para animales cuando hay personas que padecen "me parece inasumible porque hay que trabajar para que ningún ser vivo padezca y todos vivan en condiciones dignas", asegura preguntada por El Confidencial. "Hay quien se preocupa por las personas, hay quien se preocupa por los animales, hay quien se preocupa por personas y animales, y hay quien no se preocupa por nadie. A mi entender lo único intolerable son estos últimos".

El movimiento animalista, o la defensa en público del bienestar animal, es un fenómeno en aumento. Los colectivos animalistas han empujado a la aprobación por parte del Gobierno de la Ley de Bienestar Animal, no sin discrepancias entre Unidas Podemos, su promotora, y el PSOE a la hora de fijar su articulado y alcance. En Valencia, proliferan las solicitudes para hacer santuarios o espacios seguros para gatos en los barrios cuando se pregunta en la fase participativa de elaboración de presupuestos locales.

Opinión

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Sobre el coste del refugio valenciano, la regidora de Compromís asegura que, puesto en perspectiva, gastarse 2,7 millones en un edificio nuevo "no es caro", y compara con el coste de las obras de reforma del Palau de la Música, que sufrió un derrumbe de su cubierta, un proyecto que también depende de sus competencias y que ha estado varios años en tramitación hasta que finalmente han arrancado las obras.

La iniciativa ha pasado por la Junta de Gobierno local, que comparten Compromís y el PSPV-PSOE, al superar los 300.000 euros de presupuesto, según marca la ley de contrato para los municipios considerados de gran población. Cuenta con informe de supervisión favorable del Servicio de Arquitectura y Servicios Centrales Técnicos del Ayuntamiento y queda la duda de saber si finalmente verá la luz en la actual legislatura. Del lado de los socialistas encabezados por la vicealcaldesa Sandra Gómez, socios de gobierno, muestran sus dudas sobre la prioridad de la inversión. Pero no han expresado críticas en público o una posición contraria en la Junta de Gobierno por respeto a las competencias de Tello, según señalan.