Las razones de Sánchez para el adelanto: escudo contra la rebelión interna y absorción de Podemos

Elecciones generales anticipadas el 23 de julio. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha reaccionado de forma inmediata a la debacle del PSOE en las urnas en las elecciones municipales y autonómicas de este domingo. La respuesta de Sánchez ante la pérdida de la mayoría del poder territorial de los socialistas y el cambio de ciclo esconde diferentes razones. En clave interna, principalmente, pero también externa. El adelanto supone un escudo frente a la posibilidad de una rebelión interna que pondría en riesgo hasta su candidatura para los próximos comicios. Sánchez se blinda ante la petición de asunción de responsabilidades por parte de las diferentes federaciones. De quienes ya reprocharon que asumieran una campaña en clave nacional, cayendo en la dinámica plebiscitaria impuesta desde Génova.

Los que tendrán que hacer las maletas tras perder alcaldías o presidencias autonómicas, más o menos sanchistas, y los que se quedan, con el crítico Emiliano García-Page al frente. El barón castellano-manchego, siempre enfrentado a Sánchez por sus alianzas con Unidas Podemos y, sobre todo, las formaciones independentistas en el Congreso, se sitúa ahora como el principal barón del partido al resistir con su mayoría absoluta al vendaval de la derecha. Todo ello sin olvidar a los históricos dirigentes.

TE PUEDE INTERESAR

La debacle electoral convierte el PSOE en una bomba de relojería

Iván Gil Gráficos: Unidad de Datos EC Diseño

La vieja guardia socialista que se ha ido quedando en una segunda fila crítica con el denominado sanchismo. En línea con los lamentos del expresidente Felipe González, quien llegó a declararse "huérfano de representación política". En los próximos días, se esperaban pronunciamientos de estos sectores. Este mismo jueves, el ex secretario general del PSE-PSOE, Nicolás Redondo; el exeuroparlamentario Pedro Boffil, y el ex secretario general del PSOE, Cándido Méndez, tenían previsto congregar un acto para analizar los resultados del 28-M, con unas tesis poco amables con los actuales mandatarios de Ferraz, para congregar a todos los sectores críticos con el actual secretario general.

Presiones internas y externas por un cambio de ciclo difícilmente asumible durante los seis meses que restaban para las generales. Sánchez blinda su candidatura a las generales, se apresura a enterrar el ruido pidiendo su dimisión y hasta las maniobras internas para anticipar un asalto a Ferraz. "No soportaría que le volvieran a defenestrar los suyos", razona un miembro del PSOE que ha desarrollado labores técnicas en el Ejecutivo de coalición. Movimiento a la defensiva y control de daños.

La otra clave principal del adelanto tiene que ver con el objetivo de recomponer el espacio de la izquierda en una única gran pata a nivel nacional. Acabar la tarea de este 28-M tratando de absorber Unidas Podemos y cerrar el paso a la futura y todavía sin armar plataforma de Yolanda Díaz. Voto útil, en línea con la recomposición del bloque de la derecha, con el PP acaparando para sí los apoyos de Ciudadanos. "Concentrar el voto progresista". De hecho, estaba previsto que Sánchez apelase ya a esta máxima en el cierre de campaña, según las ideas fuerza de uno de los borradores de su discurso. Finalmente, se limitó a reclamar el voto en genérico, para "un PSOE más fuerte".

Sus teloneros, el candidato del PSC al Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Collboni, y el primer secretario general del PSC, Salvador Illa, sí apelaron directamente en sus intervenciones previas a este objetivo. Collboni incluso hizo suyo la clásica apelación morada "sí se puede" para reivindicar las siglas del PSC como las de la "verdadera izquierda", mientras que Illa pidió directamente "el voto útil para hacer política útil".

El adelanto deja en una situación compleja al espacio competidor a su izquierda, en pleno proceso de reconfiguración bajo la marca Sumar, que lidera la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Esta plataforma no concurrió a los comicios del 28-M, pero sí ha avalado a varias candidaturas de izquierdas, como Barcelona en Comú, Compromís o Más Madrid. El retroceso en las urnas de Mónica García en Madrid, Ada Colau en Barcelona y los candidatos de Compromís en Valencia, Ayuntamiento y comunidad, no sirven de motor para cumplir las expectativas de superar a Vox como tercera fuerza en las próximas generales. Tampoco el motor morado, que desaparece de las instituciones en Madrid y la Comunidad Valenciana. Pero el adelanto tiene implicaciones mucho más negativas al coger con el pie cambiado a una plataforma sin acuerdos todavía cerrados y un fuerte enfrentamiento interno para definir su modelo de confluencia y las futuras listas.

TE PUEDE INTERESAR

Sánchez revienta los planes de Yolanda Díaz: tiene 10 días para decidir si concurre con Podemos

Alejandro López de Miguel

Díaz tenía previsto cerrar las negociaciones con los partidos entre junio y julio, celebrar primarias y acordar unos mínimos sobre el programa electoral, que a día de hoy sigue en fase embrionaria. Ahora tendrá que condensar en poco más de un mes y 10 días, antes de que empiece la campaña, el trabajo que podía desarrollar en cinco meses. La propia Ley Electoral (Loreg) recoge, en su artículo 44, que las coaliciones deben ser comunicadas a la Junta Electoral en un plazo de 10 días tras la convocatoria de elecciones. "En la referida comunicación se debe hacer constar la denominación de la coalición, las normas por las que se rige y las personas titulares de sus órganos de dirección o coordinación", reza el texto. El artículo 45 apunta: "Las candidaturas, suscritas por los representantes de los partidos, federaciones y coaliciones y por los promotores de las agrupaciones de electores, se presentan ante la Junta Electoral competente entre el decimoquinto y el vigésimo día posteriores a la convocatoria". Esto es, que cuentan con algo más de 20 días para cerrar y presentar las listas.

La alternativa de PP y Vox

El propio presidente del Gobierno dejó entrever en su declaración cuál será su principal oferta electoral. También a la defensiva. Sánchez apuntaba al mapa que se dibuja tras el 28-M con "nuevas mayorías conformadas por el PP y por Vox​". Un escenario frente al que justificaba anticipar los comicios y así clarificar "qué políticas" aplicar y "qué fuerzas políticas lideran esta fase". El presidente del Gobierno aprovechó su intervención para defender la gestión de su Ejecutivo, superando la pandemia y las consecuencias económicas de la guerra.

"Estamos encarando una senda clara de crecimiento, empleo y cohesión social", además de una hoja de servicios en la que el Gobierno "ha sacado adelante las grandes reformas comprometidas en el discurso de investidura, el programa de gobierno y los acuerdos con la Comisión Europea". Asimismo, ante el escenario de que España asumirá a partir del próximo 1 de julio la presidencia de turno del Consejo de la UE, defendió la necesidad de clarificar la voluntad de los españoles: "Qué políticas debe aplicar el Gobierno de coalición y qué fuerzas políticas lideran esta fase".

TE PUEDE INTERESAR

Vox desafía el veto del PP y aspira a gobernar juntos hasta en cuatro comunidades

Ana Belén Ramos

Las elecciones del próximo 23 julio coincidirán precisamente con la formación de gobiernos regionales, mientras que los ayuntamientos se constituirán el 17 de junio. El Gobierno de la Comunidad Valenciana, por ejemplo, deberá quedar definido como máximo a mediados de julio. Los de Santiago Abascal exigirán la entrada en cinco gobiernos autonómicos de la mano del PP, que se sumarían a su presencia en el Ejecutivo de Castilla y León. Feijóo, por su parte, tratará de retrasar lo máximo posible los acuerdos y conservar una pátina centrista.

Para ello, comenzará por pedir a barones socialistas que apoyen la lista más votada, para así tratar de repartir responsabilidades cuando finalmente se tengan que consumar acuerdos con los de Santiago Abascal. "Solo hay un método para solventar estas dudas, que es la democracia", añadía Sánchez en su declaración institucional para concluir que "lo mejor es que los españoles tomen la palabra y se pronuncien sin demora para definir el rumbo del país".