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Vox se hace grande ante Feijóo y exigirá entrar en otros cinco gobiernos del Partido Popular
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Vox se hace grande ante Feijóo y exigirá entrar en otros cinco gobiernos del Partido Popular

Abascal pondrá un alto precio a sus votos para facilitar las investiduras de los populares. Génova rechaza replicar el modelo de Castilla y León para no hipotecar el futuro de Feijóo, y llevará la negociación hasta el final

Foto: El líder de Vox, Santiago Abascal. (EFE/Javier Lizón)
El líder de Vox, Santiago Abascal. (EFE/Javier Lizón)
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Vox ha entrado en la fase de consolidación institucional. Las elecciones del 28-M han servido al partido de Santiago Abascal para tejer una amplia red territorial y reafirmarse como tercera fuerza política en España. La victoria indiscutible del PP a nivel autonómico y municipal no hizo retroceder a Vox, lo que demuestra que, con la excepción de la Comunidad de Madrid, los populares no se alimentan de los votos de los ultraconservadores. La cita con las urnas de este domingo ha servido a Abascal para hacerse grande frente a Feijóo, al que pedirán pista para extender el modelo de Castilla y León en hasta cinco gobiernos autonómicos del PP.

Desde la sede nacional del partido, Santiago Abascal lanzó un primer recado a Alberto Núñez Feijóo. "Tiene que elegir entre alternativa o continuismo", lanzó el líder ultraconservador, que situó a Vox como "absolutamente decisivo" tras el 28-M. Hace meses que desde la sede de Bambú han venido advirtiendo de que endurecerían sus condiciones si se cumplían los pronósticos de los sondeos, que harían "valer" sus votos sin ceder a "chantajes" por parte del PP en todos aquellos gobiernos donde sus escaños fuesen decisivos. Vox cobrará caro su apoyo. Y el resultado de este domingo solo los reafirma en esa convicción.

Foto: El líder de Vox, Santiago Abascal (EFE/Ismael Herrero)

Los votos de Vox son determinantes para el PP en hasta seis comunidades autónomas: Aragón, Cantabria, Comunidad Valenciana, Extremadura, Baleares y Murcia. Génova puede dejar a los de Abascal en fuera de juego buscando un acuerdo con el PRC de Revilla en Cantabria, después de que los regionalistas se hayan hundido este 28-M. La popular María José Sáenz de Buruaga tiene opciones de alcanzar la absoluta tanto de la mano del PRC como de Vox, por lo que las condiciones de los de Abascal pueden ser más laxas en este territorio.

En Aragón, el PP puede también jugar la baza de buscar el apoyo de partidos regionalistas para minimizar la dependencia de Vox. Pero el popular Jorge Azcón, que ha logrado 28 escaños, tiene un problema. Al margen de Vox, solo puede llegar a acuerdos con Teruel Existe (3). Juntos no llegarían a la mayoría absoluta, fijada en los 34 diputados. Y Tomás Guitarte ya advirtió hace días de que no participaría en ningún acuerdo en el que también estuviera la ultraderecha, ni aunque sea con un apoyo externo. El PP tiene algo más de margen de negociación en la Región de Murcia, donde Fernando López Miras se ha quedado a solo dos escaños de la mayoría absoluta. No obstante, Vox puede aferrarse a la fuerza que ha ganado en este territorio, donde ha pasado de cuatro a nueve diputados regionales en estas elecciones.

Extremadura y Baleares son dos territorios donde el PP va a tener difícil escapar de Vox, y donde se prevé una negociación de infarto conocidas las posiciones, a priori inquebrantables, de ambas partes. La extremeña María Guardiola, que ha dado la sorpresa desbancando a Guillermo Fernández Vara, se ha quedado a cinco escaños de la mayoría absoluta, justo los que ha conseguido Vox, que irrumpe en la Asamblea de Extremadura. En Baleares, Marga Prohens se ha quedado también a cinco de la absoluta, mientras los de Abascal han pasado de tres a ocho diputados autonómicos.

Pero la situación en la Comunidad Valenciana es el más difícil todavía. Carlos Mazón ha logrado imponerse a Ximo Puig con 40 escaños, a 10 de la absoluta. Vox, que en la región lidera Carlos Flores Juberías, sube hasta los 13. Es un escenario exacto al que se produjo en Castilla y León en 2022. Mañueco también se quedó a 10 de la mayoría absoluta, y terminó ofreciendo a Vox la vicepresidencia del Gobierno y tres consejerías. El eventual pacto PP-Vox en la Comunidad Valenciana tiene un hándicap extra para Feijóo: sobre el cabeza de lista de los ultraconservadores pesa una condena por violencia machista contra su exmujer.

Foto: Feijóo, Almeida y Ayuso saludan a los simpatizantes desde el balcón de Génova. (EFE/Juanjo Martín)

Más allá del ámbito autonómico, Vox puede también recoger sus frutos a nivel municipal forzando ejecutivos con el PP. El partido ha cosechado el éxito más rotundo de la noche electoral, reventando su marca a nivel municipal con más del triple de concejales que en 2019. Vox suma ahora 1.686 ediles en todo el país, 1.156 más que la última vez que se abrieron las urnas. Más de 1,6 millones de papeletas con las que se permite crecerse ante la puerta cerrada de Feijóo. El único —e importante— caramelo amargo para Vox este 28-M ha sido Madrid. Ayuso y Almeida se han hecho con sendas mayorías absolutas en comunidad y ayuntamiento, por lo que Rocío Monasterio y Javier Ortega Smith han pasado a la irrelevancia.

Feijóo tensará la cuerda con Abascal

El PP pasará de la euforia a un periodo de reflexión para decidir qué política de pactos se impondrá en los próximos días. Este martes, Feijóo reunirá en Génova a la Junta Directiva Nacional para analizar de manera "más amplia, detallada y reflexionada" la relación que quiere tener con Vox a partir de ahora. Hasta este domingo, los populares habían evitado cruzar esa línea. El líder nacional se aferra particularmente a la estrategia de la lista más votada, y no se deshará fácilmente de esa idea a pesar de que no sería un trato justo para un PSOE que solo ha salvado tres comunidades: Asturias, Navarra y Castilla-La Mancha.

En las próximas semanas, Génova se propone tensar al máximo la cuerda con Vox. A priori, el resultado de este domingo no ha cambiado la hoja de ruta del PP, que tratará de hablar primero con el PSOE para que facilite investiduras de los populares y evite, de ese modo, la influencia de la ultraderecha en plazas clave. Se trata, no obstante, de un escenario muy utópico que no parece poder salvar a Feijóo de su destino: sentarse a una mesa de negociación con Vox. El líder del PP mide las consecuencias de permitir que haya más gobiernos como el de Castilla y León en el resto de España, una circunstancia que hipotecaría necesariamente su eventual llegada a la Moncloa.

Foto: Carlos Mazón y María José Catalá celebran los resultados de las elecciones. (EFE/Kai Forsterling)
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Lo que no permitirá Génova en ningún caso es que Vox marque el ritmo de la negociación, como opinan que hizo el equipo de Juan García-Gallardo con Alfonso Fernández Mañueco cuando hubo que negociar al mismo tiempo e in extremis el reparto del Ejecutivo autonómico, la vicepresidencia y los puestos de las Cortes. El PP se niega a facilitar la entrada de Vox en sus ejecutivos autonómicos, y en las filas populares ha comenzado a correr, incluso, la posibilidad de llevar a Vox al límite, forzar investiduras sin que haya acuerdos, y ponerlo ante la tesitura de avalar gratis un Gobierno en solitario del PP o unirse a la izquierda en su contra. "Sus votantes no se lo perdonarían", repetían en la dirección del PP.

Este domingo, tras el cierre de urnas, algunos eufóricos barones populares se pronunciaban sobre su posible relación con Vox. María Guardiola —la candidata del PP en Extremadura que dio la sorpresa de la noche desbancando a Guillermo Fernández Vara, en contra de la mayoría de sondeos— se negó públicamente a gobernar con los de Abascal. "Va a hacer falta que Vox me apoye, pero no va a hacer falta que Vox entre en mi Gobierno. No les va a quedar otra que apoyarme", desafiaba. En el mismo sentido se expresó Fernando López Miras, que se ha quedado a dos escaños de la mayoría absoluta en la Región de Murcia. "Será Vox el que decida si va a votar con la izquierda o va a facilitar el Gobierno que han querido los murcianos", advertía.

Vox ha entrado en la fase de consolidación institucional. Las elecciones del 28-M han servido al partido de Santiago Abascal para tejer una amplia red territorial y reafirmarse como tercera fuerza política en España. La victoria indiscutible del PP a nivel autonómico y municipal no hizo retroceder a Vox, lo que demuestra que, con la excepción de la Comunidad de Madrid, los populares no se alimentan de los votos de los ultraconservadores. La cita con las urnas de este domingo ha servido a Abascal para hacerse grande frente a Feijóo, al que pedirán pista para extender el modelo de Castilla y León en hasta cinco gobiernos autonómicos del PP.

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