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La debacle electoral convierte el PSOE en una bomba de relojería
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CAMBIO DE CICLO TRAS EL 28-M

La debacle electoral convierte el PSOE en una bomba de relojería

Ferraz preparará a partir de este lunes un escudo para comenzar a resistir las presiones que vendrán desde dentro y desde fuera. Lo primero será el reparto de culpas, seguido de los cambios internos de largo alcance

Foto: Pedro Sánchez ayer durante la jornada electoral. (Europa Press/Ricardo Rubio)
Pedro Sánchez ayer durante la jornada electoral. (Europa Press/Ricardo Rubio)
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Nadie en Ferraz se esperaba una debacle como la sufrida este 28-M. Las sensaciones no eran positivas desde que se perdió el control de la agenda de campaña. Primero, por la polémica de las listas de EH Bildu. Después, por el estallido de escándalos por la supuesta compra de votos con candidatos locales del PSOE implicados. La decisión de Pedro Sánchez de no seguir la noche electoral desde Ferraz, tras apostar por una campaña presidencialista como ensayo para las generales, trasladaba el mensaje de que las expectativas estaban lejos de alcanzarse. Sin embargo, la pérdida de la mayoría del poder territorial, incluyendo todas las plazas estratégicas, es un descalabro de tal magnitud que no formaba parte ni de los análisis más pesimistas. La formación se convierte en una bomba de relojería a seis meses de las generales.

El crítico Emiliano García-Page se sitúa como el principal barón, al revalidar su mayoría absoluta en Castilla-La Mancha. El gran superviviente del 28-M en el PSOE. Junto a él, solo tienen garantías de mantenerse en el poder el asturiano Adrián Barbón, que pierde peso y se ve obligado a pactar con IU-Más País y con Podemos una coalición, y la navarra María Chivite, que vuelve a quedarse en manos de EH Bildu para reeditar la coalición con las marcas en este territorio de Unidas Podemos y PNV. El canario Ángel Víctor Torres queda condicionado por Coalición Canaria, que tratará de buscar pactos a izquierda y derecha para liderar el Gobierno regional. Su único gran contrapeso será el PSC, la única federación que logra resistir. Ximo Puig en Valencia, Javier Lambán en Aragón, Guillermo Fernández Vara en Extremadura, Francina Armengol en Baleares y Concha Andreu en La Rioja afrontan derrotas que reabren la batalla por los recambios de liderazgo.

Este lunes se celebrarán ejecutivas en todos los territorios, con la perspectiva de fondo de una renovación interna de largo alcance, mientras que Ferraz acogerá la reunión de la ejecutiva federal para analizar el estado de la situación y preparar un escudo para comenzar a resistir a las presiones que vendrán de dentro y de fuera. Lo primero será el reparto de culpas por los resultados. La planificación de una campaña diseñada directamente desde la Moncloa y que ya había recibido reproches por parte de las federaciones al caer en una dinámica nacional. En el plebiscito del que intentaron apearse los barones y frente al que acabaron opacados. A pesar de que su valoración era superior a la del líder del partido y presidente del Gobierno e incluso que la propia marca.

Los análisis desde algunos territorios ya partían de esta clave, apuntando las culpas a la Moncloa, que en esta campaña ha sido sinónimo de Ferraz. Lambán, al tiempo que dejaba en el aire su continuidad, lamentaba haber sido arrasado por un "tsunami nacional". No solo en Aragón, pues argumentaba que la debacle territorial del PSOE había sido víctima del mismo fenómeno, que "ha arrasado en todas las comunidades". Page, por su parte, ponía en valor que "hemos tenido que ganar con nuestra exclusiva fuerza". Una resistencia que el barón enfrentado a Sánchez parecía entonar tanto contra sus rivales en las urnas como contra la dirección de su partido en Madrid. "La gente ha votado por el proyecto que encabezo", concluyó.

Su lectura tiene ecos en una buena parte de la vieja guardia socialista que se ha ido quedando en una segunda fila crítica con el denominado sanchismo. En línea con los lamentos del expresidente Felipe González, quien llegó a declararse "huérfano de representación política". En los próximos días, se esperan pronunciamientos de estos sectores. Este mismo jueves, el ex secretario general del PSE-PSOE Nicolás Redondo, el exeuroparlamentario Pedro Boffil y el ex secretario general del PSOE Cándido Méndez protagonizarán un acto para analizar los resultados del 28-M que no se prevé amable con los actuales mandatarios de Ferraz.

La presidencia de turno del Consejo Europeo comienza el próximo mes de julio y Sánchez lleva preparándola casi desde el primer día

En la sede federal del partido, donde tras la última remodelación orgánica la ejecutiva trabaja como una extensión de la Moncloa, con equipos y estrategias plenamente engrasados, la respuesta es a la defensiva. Se prevé preparar la resistencia a las presiones, por tierra, mar y aire. Sánchez, sin embargo, no es Zapatero, como ha demostrado en multitud de ocasiones. El expresidente, que lidió con la crisis financiera de 2008, adelantó las elecciones generales en su último mandato para no presentarse y tras sufrir antes una dura derrota en las municipales.

La presidencia de turno del Consejo Europeo comienza el próximo mes de julio y Sánchez lleva preparándola casi desde el primer día que pisó la Moncloa, hace ahora cinco años. Tampoco dar un paso atrás forma parte de su manual de resistencia. Sí incluye, no obstante, los cambios de calado en mitad del partido. Tácticos y de equipos, como ha demostrado en repetidas ocasiones.

Como explicaba un dirigente socialista que ha estado en su núcleo duro, Sánchez "es como un entrenador de baloncesto que no tiene reparos en cambiar al pívot o parte del equipo titular en mitad del partido" si necesita un golpe de efecto. Andalucía y Madrid son dos de los territorios donde los cambios forzados desde Ferraz se vaticinaban antes del 28-M si, como ha sucedido, caía el feudo de Sevilla y no se recuperaba el liderazgo de la oposición en la batalla con Más Madrid.

Declaración de Pilar Alegría

Las declaraciones de la portavoz del PSOE y ministra de Educación, Pilar Alegría, durante la noche electoral apuntaban en este sentido. Tras reconocer el "mal resultado" y "no ocultar que aspirábamos a unas mayorías de progreso, gracias a una movilización del electorado progresista que no se ha producido", Alegría aseguraba que "recogemos el guante".

"Entendemos el mensaje y desde ya nos ponemos a trabajar", añadía, para argumentar que "tenemos que hacer una reflexión de cara a los próximos meses". A partir de ahora, concluyó como aviso a navegantes y fijándose en la Moncloa, "nos toca seguir trabajando desde el Gobierno de progreso de España para que el país siga avanzando".

Más allá de las presiones de dentro y fuera del PSOE, Sánchez deberá prepararse para resistir la dinámica de cambio de ciclo iniciada este 28-M. Además de arrebatar la mayoría del poder territorial en manos de los socialistas, los populares obtienen una victoria con casi tres puntos y medio de ventaja sobre los socialistas en el voto nacional. Un cambio de ciclo que se traduce en un favorable panorama para Alberto Núñez Feijóo en la carrera hacia la Moncloa. De las municipales a las generales de final de año con un castigo en las urnas para Pedro Sánchez. El impulso que logra el líder de los populares 14 meses después de acceder a Génova contrasta con el desgaste de Sánchez tras cinco años al frente del Gobierno. Sánchez no solo tiene el reto de resistir, sino de hacerlo intentando desactivar al mismo tiempo la bomba de relojería instalada en Ferraz tras el 28-M.

Nadie en Ferraz se esperaba una debacle como la sufrida este 28-M. Las sensaciones no eran positivas desde que se perdió el control de la agenda de campaña. Primero, por la polémica de las listas de EH Bildu. Después, por el estallido de escándalos por la supuesta compra de votos con candidatos locales del PSOE implicados. La decisión de Pedro Sánchez de no seguir la noche electoral desde Ferraz, tras apostar por una campaña presidencialista como ensayo para las generales, trasladaba el mensaje de que las expectativas estaban lejos de alcanzarse. Sin embargo, la pérdida de la mayoría del poder territorial, incluyendo todas las plazas estratégicas, es un descalabro de tal magnitud que no formaba parte ni de los análisis más pesimistas. La formación se convierte en una bomba de relojería a seis meses de las generales.

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