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Tsunami anti-Sánchez: el PP asesta un golpe letal al PSOE y sus socios
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Tsunami anti-Sánchez: el PP asesta un golpe letal al PSOE y sus socios

Feijóo arrebata a los socialistas seis comunidades y se impone en 29 capitales, incluidas Sevilla y Valencia. El 28-M adelanta el cambio de ciclo en España y desata una guerra entre Ferraz y la Moncloa por el batacazo

Foto: Isabel Díaz Ayuso, José Luis Martínez-Almeida y Alberto Núñez Feijóo saludan desde el balcón de Génova tras conocer los resultados electorales en Madrid. (EFE/Juanjo Martín)
Isabel Díaz Ayuso, José Luis Martínez-Almeida y Alberto Núñez Feijóo saludan desde el balcón de Génova tras conocer los resultados electorales en Madrid. (EFE/Juanjo Martín)
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Los tsunamis son impredecibles. No se puede medir su magnitud hasta que la ola arrasa con todo. Los expertos hablan de que días antes se detectan pequeños sismos. En el PSOE, empezaron a notarse en la recta final de la campaña. Los trackings del viernes presagiaban un "desastre", pero ni en Ferraz ni en la Moncloa preveían que el castigo en las urnas fuera de tal calibre. Poco antes de que cerrasen los colegios, Sánchez confirmó que no iría a la sede y seguiría los resultados desde su búnker. Mientras tanto, Génova preparaba el balcón. El PP de Alberto Núñez Feijóo se impuso a los socialistas por 758.000 votos en las primeras elecciones en clave nacional. Los populares logran 23.375 concejales, 2.608 más que el PSOE, y se imponen en 29 capitales, entre las que destacan Valencia, Valladolid y Sevilla por su carácter simbólico.

El mapa se ha teñido de azul tras perder los socialistas los gobiernos de la Comunidad Valenciana, Aragón, Extremadura, Baleares, Canarias, Cantabria y La Rioja. Hasta el último momento estuvo el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, a punto de sucumbir ante la ya bautizada como "ola de cambio" que ayer asoló al socialismo en ayuntamientos y comunidades autónomas. Resistió y su victoria se interpretará, como casi todo lo que sucedió ayer, en clave de plebiscito contra el presidente y su coalición de gobierno. El único barón que sobrevive ha sido el más combativo con las alianzas del presidente.

Foto: El presidente popular, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Fernando Alvarado)

Podemos y los socios de Yolanda Díaz han sufrido un importante varapalo. Los morados se quedan sin diputados en Madrid y Valencia. También entregan Cádiz tras la salida de Kichi. Los magariños, el grupo de partidos que apoyó a la vicepresidenta en su presentación, corren la misma suerte: Más Madrid empata en diputados con el PSOE, Ada Colau es desbancada por Xavier Trias de la alcaldía de Barcelona y Compromís se deja la simbólica Valencia. Yolanda Díaz e Iglesias llegan igual de desgastados a su cita para redefinir el espacio a la izquierda del PSOE, que, por lo que arrojan las cifras, es cada vez más exiguo. Parece poco razonable que Ione Belarra insista en que su partido tenga un papel "preponderante" en la futura Sumar de cara a las generales.

El drama en el PSOE va más allá de haberse quedado sin muletas para pactar en los territorios, el análisis pasa por la sanción que le ha impuesto su votante. No solo no recoge ni un solo voto de los que pierden las formaciones con las que ha venido pactando, sino tampoco ninguno de los de Ciudadanos, que desaparece del mapa político con menos del 2% de los sufragios en toda España. El partido ha quedado noqueado y el presidente del Gobierno, en una situación muy complicada.

Sánchez se desangra y en las filas socialistas empieza a ganar posiciones la corriente del llamado viejo PSOE, que dará un paso al frente pidiendo cambios. El presidente tiene escasa capacidad de maniobra para maquillar el resultado. Se enfrenta al momento más difícil para su liderazgo desde que recuperó los mandos de la formación en las primarias. La Moncloa ya está buscando culpables en Ferraz y viceversa. La guerra, según fuentes socialistas, se cobrará cabezas. Anoche, ya unos y otros susurraban a Sánchez, que "está cabreadísimo y no escucha ya a nadie".

Su jefe de gabinete, Óscar López, está en el punto de mira de los territorios. Desde Ximo Puig hasta Javier Lambán, pasando por Guillermo Fernández Vara, le atribuyen la nacionalización de la campaña. Sienten que los votantes han dado una patada al presidente en su trasero y lamentan que no los escuchasen cuando clamaban por circunscribir estos comicios al discurso autonómico y municipal. El responsable de Organización, Santos Cerdán, también avala esta tesis. Se desmarca de haber sobreexpuesto al presidente y descarga en su compañero en la ejecutiva, Patxi López, que trabajó codo con codo con el otro López, Óscar.

El jefe de gabinete, por su parte, no está dispuesto a asumir el peso del fracaso y ha puesto el ventilador. Reparte culpas con su compañero Antonio Hernando, al que atribuye las fichas que utiliza el presidente en su estrategia, y con Francisco Salazar, el secretario general de Planificación Política. Solo Sánchez sabe a quién dejará caer esta vez. Los monclovitas le aconsejan que sea Santos Cerdán, pero los que han trabajado con él auguran que los cambios antes de las generales serán de "mayor calado".

El presidente necesita dar un giro para frenar lo que parece imparable si se tira de estadística. Tradicionalmente, quien gana las municipales lo hace en las generales y con una distancia mayor sobre el segundo. El efecto Feijóo es incontestable y ha devuelto a los populares a los años de victorias y mayorías absolutas. Junto con la de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid, donde ha arrasado, suben al podio el alcalde José Luis Martínez-Almeida y el nuevo presidente de La Rioja, Gonzalo Capellán. Andalucía ha vuelto a hacer historia y el PP gana por primera vez unas elecciones municipales.

El resultado acalla el runrún sobre si Díaz Ayuso está mejor posicionada para derrotar a Sánchez

Con estos datos, Feijóo da un paso de gigante a la Moncloa y revalida su fama de ganador. El gallego siempre interpretó estas elecciones como una primera vuelta y sorpresivamente Sánchez recogió el guante. "La moción de censura se la harán a Sánchez los españoles en las urnas el 28-M", manifestó cuando Vox le afeó que no apoyase su maniobra en el Congreso. Lo que se leía como una excusa resultó ser una premonición. El próximo mensaje es exigir un adelanto electoral ante la "severidad del correctivo a Sánchez".

El gallego ha salido muy reforzado. El resultado acalla el runrún sobre si Díaz Ayuso está mejor posicionada para derrotar a Sánchez. En el PP, la interpretación es que ya está muerto. Ahora el reto es la negociación con el partido de Santiago Abascal, otro de los vencedores. La ultraderecha ha entrado en todos los parlamentos autonómicos. Su papel determinante para que el PP gobierne en varias autonomías adelanta que la negociación PP-Vox será dura. Feijóo necesita mantener su perfil "centrista y moderado" y es consciente de que reeditar coaliciones como la de Castilla y León le perjudica. Desde hoy, se empezará a diseñar el plan de pactos que pasa por mirar al otro PSOE, ese al que el líder popular ha estado apelando en toda la campaña y que espera que lo salve de entregarse a Vox.

Sánchez llega noqueado a la presidencia europea. Deberá medir bien si cambia de estrategia y rompe con sus socios

Génova da por descontado que la izquierda agitará de nuevo el fantasma de la ultraderecha, pero colocará la pelota del lado de los socialistas. El PSOE tiene retos como el de Navarra, donde la fuerza con la que ha entrado Bildu lo aboca a un acuerdo con el consiguiente desgaste. Los de Arnaldo Otegi sí han rentabilizado el papel determinante que les ha dado Sánchez en la gobernabilidad de España y han crecido a costa del PNV en los municipios vascos. Una docena de los etarras candidatos entrará en los ayuntamientos. El partido de Iñigo Urkullu también tendrá que revisar sus posiciones.

En la misma situación está ERC. Los independentistas catalanes se han hundido y han caído a tercera fuerza tras el PSC y Junts en unos comicios en Cataluña marcados por la bajada de la participación. Solo Vox y el PP han aumentado en votos. Las bases de los republicanos siempre han sido escépticas con la idea de hacer de salvavidas de Sánchez en Madrid. El golpe electoral obligará a replantearse la relación con Madrid. Previsiblemente, el independentismo volverá a inflamarse.

El brusco volantazo a la derecha marcará los últimos siete meses de legislatura. Sánchez llega noqueado a la presidencia europea. Deberá medir bien si cambia de estrategia y rompe con sus socios, porque hasta hoy eran el salvoconducto para conservar la Moncloa y desde mañana no tiene ni esa certeza.

Los tsunamis son impredecibles. No se puede medir su magnitud hasta que la ola arrasa con todo. Los expertos hablan de que días antes se detectan pequeños sismos. En el PSOE, empezaron a notarse en la recta final de la campaña. Los trackings del viernes presagiaban un "desastre", pero ni en Ferraz ni en la Moncloa preveían que el castigo en las urnas fuera de tal calibre. Poco antes de que cerrasen los colegios, Sánchez confirmó que no iría a la sede y seguiría los resultados desde su búnker. Mientras tanto, Génova preparaba el balcón. El PP de Alberto Núñez Feijóo se impuso a los socialistas por 758.000 votos en las primeras elecciones en clave nacional. Los populares logran 23.375 concejales, 2.608 más que el PSOE, y se imponen en 29 capitales, entre las que destacan Valencia, Valladolid y Sevilla por su carácter simbólico.

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