Ferraz señala a la Moncloa ante una posible derrota el 28-M por exponer demasiado a Pedro Sánchez
En el partido, señalan a "los López", Óscar y Patxi, como responsables de nacionalizar la campaña. Dan por hecho que el presidente “cortará cabezas” de cara a las generales si se pierde
En el PSOE, afrontan la recta final de la campaña con preocupación. Los sondeos dan mayoritariamente una victoria del PP en las municipales y hasta el último CIS, publicado ayer por Félix Tezanos, refleja que los socialistas están a la baja. Pese a que los mantiene como primera fuerza, recorta en casi dos puntos la ventaja sobre los de Alberto Núñez Feijóo en menos de una semana. La lectura más complaciente dentro de las filas socialistas es que Tezanos busca movilizar al electorado de la izquierda. A esto atribuyen que infle al PP. Los menos optimistas lo achacan a que está preparando el terreno para una nueva derrota tras las encajadas en Castilla y León y Andalucía.
Con un escenario adverso, en Ferraz marcan distancia con la estrategia y colocan todo el peso de las decisiones en la Moncloa. El partido se desmarca del frenesí electoral de Pedro Sánchez. Fuentes socialistas atribuyen al jefe de gabinete del presidente, Óscar López, la política de anuncios que ha llevado a cabo Sánchez con su consiguiente reflejo en el Consejo de Ministros. Ya empieza a circular que ha sido “un error” colocar en el foco de unas elecciones municipales y autonómicas al presidente.
El responsable de Organización, Santos Cerdán, ha trabajado codo con codo con los hombres de Sánchez, pero según ha trasladado a compañeros de siglas, la agenda presidencial no estaría dentro de sus atribuciones. El que estaría teniendo un papel importante, tras haber vuelto a la primera línea, es el portavoz en el Congreso, Patxi López, también secretario de Política Federal del PSOE. El vasco tiene experiencia en preparar elecciones y una excelente relación con Óscar López, quien fue su director de campaña en las primarias que lo enfrentaron a Eduardo Madina y al propio Sánchez. “Los López”, como los apodan en el partido, se han puesto a los mandos en unas elecciones planteadas en clave de primera vuelta de las generales.
En un segundo plano se ha quedado Antonio Hernando, que ha ganado enteros como hombre de confianza del presidente tras la caída en desgracia del ministro de Presidencia, Félix Bolaños. El propio Bolaños fue apartado de la estrategia electoral tras el batacazo en las andaluzas, que se llevó por delante a la ex secretaria general Adriana Lastra. Ambos fueron los que colocaron el centro del debate en el miedo a la ultraderecha. El resultado de agitar a Vox fue derivar el voto útil a Juanma Moreno. Después de aquel batacazo, Sánchez también corto la cabeza del entonces portavoz en la Cámara Baja, Héctor Gómez —recuperado como ministro de Industria— y de su homólogo en el Senado, Ander Gil.
A quién colocará el presidente en la lista negra si el 28-M los resultados no son buenos es la pregunta que flota en el ambiente. Desde los territorios, se apunta como responsables a los citados Óscar López y Patxi López, pero se le imputa la misma participación a Santos Cerdán. Donde los ánimos con Madrid están más caldeados es en el socialismo valenciano. Hasta el último minuto, no sabrán si Ximo Puig retiene la Generalitat, que en estos momentos está en rojo junto con Canarias, Baleares o La Rioja. A nivel municipal, Sevilla y Barcelona pueden ser la cruz y la cara, pero incluso si Jaume Collboni se hace con la alcaldía, un apoyo gratuito del PP para investirle frente a Ada Colau les rompería el relato. El fracaso en Madrid se da ya por descontado. El PSOE tendría hoy menos votos en la comunidad y el ayuntamiento que hace dos años.
Los candidatos censuran que Sánchez les haya robado todo el protagonismo con anuncios cuyas partidas en la mayoría de los casos están ya incluidas en los presupuestos, como ha publicado El Confidencial. Algunas provienen de acuerdos con las propias comunidades autónomas o con los otros grupos en el Pacto de Toledo. Tanto los alcaldables como los presidenciables apostaban por circunscribir los programas a asuntos en clave local o regional. Limitar al máximo la política nacional desde el convencimiento de que la acción del Gobierno central los penalizaba.
Lejos de sus deseos, han tenido que sortear la polémica por la inclusión de terroristas en las listas de Bildu. La opinión generalizada en los territorios es que la Moncloa reaccionó tarde y eso les ha perjudicado. Paradójicamente, los barones que pueden salvarse son los que se han colocado de forma más contundente en frente del presidente, como Emiliano García-Page, que necesita una mayoría absoluta.
Moncloa y Ferraz sí están coordinadas en que, pase lo que pase el 28-M, habrá que minimizar los daños de cara a la galería. En privado, sí reconocen que será un varapalo para el presidente si logra menos votos que Feijóo en las municipales y caen plazas importantes como la Comunidad Valenciana. A partir de aquí, el partido esperará que Sánchez mueva sus fichas como ya lo ha hecho en otros casos. La duda es si lo hará inmediatamente o esperará de cara a las generales para remover los equipos y quién sabe si el Consejo de Ministros. Sánchez no hace prisioneros y ya tiene una larga lista de cadáveres políticos que lo atestiguan.
En el PSOE, afrontan la recta final de la campaña con preocupación. Los sondeos dan mayoritariamente una victoria del PP en las municipales y hasta el último CIS, publicado ayer por Félix Tezanos, refleja que los socialistas están a la baja. Pese a que los mantiene como primera fuerza, recorta en casi dos puntos la ventaja sobre los de Alberto Núñez Feijóo en menos de una semana. La lectura más complaciente dentro de las filas socialistas es que Tezanos busca movilizar al electorado de la izquierda. A esto atribuyen que infle al PP. Los menos optimistas lo achacan a que está preparando el terreno para una nueva derrota tras las encajadas en Castilla y León y Andalucía.
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