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Feijóo encara el 28-M eufórico frente a un PSOE en pánico por una campaña fuera de control
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Sensaciones contrapuestas

Feijóo encara el 28-M eufórico frente a un PSOE en pánico por una campaña fuera de control

Los 'tracking' de última hora vaticinan una victoria del PP por más de medio millón de votos. Los populares esperan arrasar en Valencia y Aragón y en el PSOE ya leen los comicios como un plebiscito al presidente

Foto: El presidente popular, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Fernando Alvarado)
El presidente popular, Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Fernando Alvarado)
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La suerte está echada. La campaña electoral tocó ayer a su fin con sensaciones totalmente opuestas en los dos principales partidos. En el PP la sensación era de euforia. "Si siguen saliendo escándalos de compra de votos, vamos a tener el mayor número de mayorías absolutas de la historia". La frase, de un alto cargo popular, resume el ánimo de victoria con el que el PP encara la cita electoral del domingo. La cruz la encarnan los candidatos socialistas, en cuyos equipos ayer cundía el desánimo. Las últimas 48 horas han sido la puntilla para los socialistas, que en menos de una semana han pasado de aspirar a ganar las municipales y mantener sus feudos históricos, a preparar argumentario de derrota.

En ambas formaciones se están siguiendo los tracking al milímetro y los últimos que han llegado a Génova y Ferraz dan ganador al PP de Alberto Núñez Feijóo en las municipales por más de medio millón de votos. En función de la participación, la distancia entre ambos puede superar los tres puntos. El peor escenario para el presidente del Gobierno se confirma. Feijóo se proclamaría vencedor en la primera pugna electoral entre ambos. Él aceptó el reto de hacer de unas municipales y autonómicas una primera vuelta de las generales.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante el mitin de esta mañana en Tarragona. (Europa Press/David Zorrakino)

Hasta el último momento ha monitorizado Moncloa la campaña. Ayer mismo hubo otro anuncio en clave electoral. Esta vez, el colectivo elegido han sido los funcionarios. Recibirán 7.000 euros en becas para opositar. Antes fueron las viviendas para jóvenes, el cine a dos euros para los jubilados y las inversiones en Sanidad y salud mental, que se volvieron a comprometer pese a estar ya presupuestadas y pactadas con las comunidades autónomas. Los fontaneros monclovitas no han dado tregua a los presidenciables y alcaldables, pese a mostrar desde el primer momento sus reticencias a nacionalizar los comicios.

Ahora todos han puesto sus miradas en Sánchez. Incluso en su partido leerán las elecciones como un plebiscito para el presidente. Los barones críticos confían en mantener sus bastiones, aunque desde el PP aireaban ayer que, en Aragón, Jorge Azcón podría gobernar, incluso sin necesidad de apoyarse en Vox. Los últimos escándalos han disparado a los populares. En la Comunidad Valenciana empezaban a elucubrar a última hora de ayer con romper las previsiones con una mayoría absoluta que supondría una enmienda al "pacto del Botànic" y, por traslación, a la coalición de Sánchez con Podemos. En el PSOE aventuran que habrá cambios en los equipos antes de diciembre.

Foto: Ximo Puig y Sandra Gómez, candidata en Valencia, en el acto de cierre de campaña.

En el entorno del presidente preparan el control de daños, pero descartan que vaya a romper la coalición con los morados, aunque haya castigo en las urnas. Desde el PSOE advierten de que si Emiliano García-Page logra una mayoría absoluta, habrá debate interno. El viejo PSOE está movilizándose y un varapalo a Sánchez en las urnas les daría argumentos para presionar de cara a las generales pidiendo un cambio de rumbo. El presidente confía en desmentir a los sondeos y lograr resistir. En su horizonte pesa la presidencia de la Unión Europea. Se volcó en estas elecciones ante la necesidad de no llegar "derrotado" ante su cita europea. Es el colofón a la legislatura y pretenden que sea también un trampolín para remontar la imagen institucional.

Feijóo no dará tregua si logra un primer puesto en el pódium para el PP, después de encajar derrota tras derrota desde 2016. "Por poca que sea la diferencia, supondrá un cambio de ciclo", aseguran desde la planta noble de Génova, donde la consigna es primero ganar y luego enfrentar el reto de los posibles pactos con Vox. Ni en los mejores pronósticos los populares esperaban clausurar en Ifema con las previsiones tan optimistas.

Foto: Acto de cierre de campaña del PP en Madrid. (EFE)

El líder de los populares celebrará si se cumplen los pronósticos, pero "dejará el protagonismo a los presidentes y alcaldes", avanzan sus colaboradores. Feijóo tiene previsto compartir balcón con Isabel Díaz Ayuso, que acaricia su ansiada mayoría absoluta, y José Luis Martínez Almeida, quien espera aprovecharse del "efecto arrastre" de la presidenta para doblegar a la izquierda.

Los acuerdos poselectorales son el verdadero desafío para el gallego. Mantendrá tras el domingo su oferta de que gobierne la lista más votada, aunque es consciente de que en el partido hay quienes no comparten este mensaje. Las alianzas con los de Santiago Abascal se medirán en cada territorio y la directriz es intentar no repetir coaliciones como la de Castilla y León. "Si nos falta un diputado para la mayoría, Vox no nos puede exigir entrar en el Gobierno", avisan desde Génova.

Foto: La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (EFE/Sergio Pérez)

El PP afrontará el día 29 con negociaciones individuales. No se repetirá la fórmula de que sea la dirección nacional la que hable, sino que será cada candidato el que medie, siempre desde la consigna de cerrar primero los parlamentos y luego los ejecutivos. En Castilla y León, Vox impuso un acuerdo global tanto para las Cortes como para la Junta. "Hemos aprendido de los errores", sentencian mientras adelantan que serán duros con la formación de ultraderecha: "Si hay que ir a repeticiones electorales, serán ellos los responsables".

En Vox, como en Podemos, están a la espera. Su fuerza dependerá de lo necesarios que sean sus diputados y concejales para volcar de un lado u otro las mayorías. Los de Abascal tienen mejores pronósticos que los morados, pese a que estos últimos han mejorado las expectativas. Vox tendrá representación en todos los parlamentos si se cumplen los sondeos. Podemos pelea por entrar en la Comunidad de Madrid y encarar con fuerza la negociación con Yolanda Díaz para integrarse en Sumar. La vicepresidenta puede ser otra de las derrotadas sin presentarse. Hasta el cierre de los colegios todo es susceptible de cambiar.

La suerte está echada. La campaña electoral tocó ayer a su fin con sensaciones totalmente opuestas en los dos principales partidos. En el PP la sensación era de euforia. "Si siguen saliendo escándalos de compra de votos, vamos a tener el mayor número de mayorías absolutas de la historia". La frase, de un alto cargo popular, resume el ánimo de victoria con el que el PP encara la cita electoral del domingo. La cruz la encarnan los candidatos socialistas, en cuyos equipos ayer cundía el desánimo. Las últimas 48 horas han sido la puntilla para los socialistas, que en menos de una semana han pasado de aspirar a ganar las municipales y mantener sus feudos históricos, a preparar argumentario de derrota.

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