Es noticia
El final de un partido: "Menuda hostia nos estamos dando"
  1. España
Ni Villacís consigue evitar la debacle

El final de un partido: "Menuda hostia nos estamos dando"

En la gigantesca sede del partido naranja, en la calle Alcalá, no se oye ni un ruido. Solo se ven caras largas, llantos y una única ovación, la que se dio cuando la formación consiguió retener un concejal en Ciudad Real

Foto: Foto: EFE/Sergio Pérez.
Foto: EFE/Sergio Pérez.

En la sede de Ciudadanos en Madrid, llevaban tiempo preparados para la tormenta. Para la climatológica, con paraguas con la bandera de España, y para la política, con música chill out hasta bien empezada la noche electoral. Había que digerir lo que iba a suceder. La gigantesca sede de la calle Alcalá (cinco pisos y techo acristalado solo para los naranjas) ha vivido este 28-M la última noche electoral de su historia como edificio central del partido. Y lo ha hecho, como sus inquilinos, con la sensación de haberse hundido sin saber muy bien por qué. La fachada sigue impoluta, pero el interior no ha dejado de perder vida y ya no se sabe si queda algo.

A las 21:00 ya no caía ni una gota junto a la plaza de toros de Las Ventas, pero el chaparrón electoral acababa de empezar. Begoña Villacís, su principal icono para estos comicios, entraba pocos minutos antes de las 20:00 con una frase que definía el rostro de la mayoría de los presentes en la sala: “La suerte está echada”. Y así lo asumían todos, con la sonrisa del que sabía que algo malo venía, que "la vida no siempre es justa", como diría Villacís en su discurso final.

Foto: La portavoz de Cs en el Congreso, Inés Arrimadas; junto a la candidata del partido al Ayuntamiento, Begoña Villacís (EFE/Chema Moya)

"Menuda hostia nos estamos dando", comentaba un apoderado a la entrada de la sede. Otro, también de sonrisa perenne, intentaba capear el temporal que crecía cuando los que salían de la corrida de toros se pasaban por la sede para otear el hundimiento. "Yo les digo que hasta el rabo todo es toro", contaba el afiliado. Entre los que le llamaban la atención, había quien le decía que la culpa de la caída del partido es también de Sánchez, por sus pactos con el PSOE. Las risas y el tono valiente pronto se convertían en silencios de tanatorio. "Si hay que apoyar, se apoya, que para eso estamos aquí".

Un final así se vive peor en un lugar como el de Ciudadanos, pensado y construido para seguir ganando. Un lugar personalizado al máximo —con espacio para un ejército—, del que se sale por la puerta con la cerveza bajo la chaqueta y se mantiene la sonrisa hasta cuando no hay nada que celebrar. Han desaparecido prácticamente de toda España, han pasado de tener el 9% de todos los votos en 2019 a no superar el 2% en 2023. Pero aquí no se está para llorar mucho, porque se ve demasiado cuando las cosas van mal.

"Es la campaña de la que más orgullosa me siento. Es una derrota sin paliativos; sin embargo, ha sido la mejor campaña para mí", afirmaba Villacís. Solo su aparición ha conseguido levantar el ánimo de cerca de medio centenar de personas que se ha acercado hasta la sede para decir, al menos, un "hasta luego". Porque el partido, dicen sus dirigentes, va a continuar, pero ahora mismo no se atrevían a decir cómo. Lo que es seguro es que el grupo se muda a un local más céntrico y de menos coste. Ya no hay razón para aguantar este espacio.

Junto a la sede, quedará ya también aparcada la furgoneta de Aruca Gómez, la candidata del partido a la Comunidad de Madrid, que ni siquiera ha comparecido junto al resto de dirigentes. La cara más olvidada de los comicios se va con 33.000 votos, casi 100.000 menos de los que el partido consiguió en 2021, y sin hacer apenas ruido. Villacís pedía apretar filas, pero no queda claro quién va a quedar para hacerlo.

Palas de playa y un concejal en Ciudad Real

Mañana, dicen, tocará contar y recoger lo que queda de las siglas y hacer balance. Porque hoy, ni de eso había ganas. Con la desaparición casi absoluta de la formación, de tercera fuerza a undécima, no queda ni de dónde tirar para salvar esas típicas frases de las noches electorales. "Si hay que refundar el partido, pues que se refunde, pero algo hay que hacer", se desahogaban en los corrillos. El único momento de alegría de la noche llegó a eso de la mitad del recuento, cuando los dirigentes se enteraron de que habían conseguido retener un concejal en Ciudad Real. Era tal la situación, que muchos ni siquiera ya esperaban eso. "Visto lo visto, no sé si sacaremos mucho más".

Villacís intentó resucitar el partido tirando de casta y de rebeldía madrileña, pero la realidad es que ni esa última apuesta le ha salido bien a Ciudadanos. "Lo hemos intentado, pero era muy difícil, ya sin partido, sin forma de diferenciarse, sin hueco en la cabeza de la gente. Creíamos en un milagro, pero solo era eso, un milagro". 30 minutos después del último discurso de la candidata madrileña, solo quedaban en la sede los periodistas y los pocos trabajadores encargados de cerrar la noche.

Para el recuerdo, la sede de la calle Alcalá había dejado algo de merchandising veraniego. En una mesa, palas de playa, una neverita y un estuche para llevar las bolsas para recoger las deposiciones del perro. Habrá que ver si aún le queda vida al partido para entregar objetos personalizados para la próxima temporada.

En la sede de Ciudadanos en Madrid, llevaban tiempo preparados para la tormenta. Para la climatológica, con paraguas con la bandera de España, y para la política, con música chill out hasta bien empezada la noche electoral. Había que digerir lo que iba a suceder. La gigantesca sede de la calle Alcalá (cinco pisos y techo acristalado solo para los naranjas) ha vivido este 28-M la última noche electoral de su historia como edificio central del partido. Y lo ha hecho, como sus inquilinos, con la sensación de haberse hundido sin saber muy bien por qué. La fachada sigue impoluta, pero el interior no ha dejado de perder vida y ya no se sabe si queda algo.

Elecciones municipales y autonómicas Ciudadanos Begoña Villacís
El redactor recomienda