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Vox desafía el veto del PP y aspira a gobernar juntos hasta en cuatro comunidades
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Vox desafía el veto del PP y aspira a gobernar juntos hasta en cuatro comunidades

Ayuso respalda la consigna de Génova de evitar coaliciones con la formación ultraconservadora y confirma su ruptura en Madrid. Los de Abascal tensan la cuerda y se ven con posibilidades en Comunidad Valenciana o Castilla-La Mancha

Foto: El líder de Vox, Santiago Abascal, y el portavoz del partido, Iván Espinosa de los Monteros. (EFE/Chema Moya)
El líder de Vox, Santiago Abascal, y el portavoz del partido, Iván Espinosa de los Monteros. (EFE/Chema Moya)
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Génova defiende que respetará la autonomía de cada territorio para definir su relación con Vox el día después de la noche electoral, pero lo cierto es que la consigna que se ha marcado el PP y que intentará contagiar a sus barones es evitar nuevas coaliciones de gobierno con los de Santiago Abascal, a sabiendas de que este tipo de pactos hipotecarán a Alberto Núñez Feijóo si logra llegar a la Moncloa. Durante la campaña, el primer partido de la oposición tratará de afianzar el objetivo de gobernar en solitario y levantar un muro entre sus planteamientos y la formación a su derecha. Isabel Díaz Ayuso ya colocó este jueves la primera y decisiva piedra en esa estrategia, formalizó su ruptura con Vox tras cuatro años de alianza y oficializó la dinámica que quieren extender los populares: no ir con ellos ni a la vuelta de la esquina. Pero no es un escenario aceptable para Vox y aspiran a gobernar en hasta cuatro comunidades.

En la dirección de la formación ultraconservadora, suben la apuesta y advierten de que están en condiciones de repetir el esquema de gobierno de Castilla y León en otros territorios. "O pactan o no gobiernan", señalan, bajo la tesis de que no regalarán un solo voto a los populares, especialmente en las regiones donde más crecen o en las que más cerca está el PSOE de pinchar las aspiraciones autonómicas del PP. Vox sabe que ampliar su presencia en ejecutivos territoriales les permitiría sentar precedente para forzar a Feijóo a un entendimiento con Abascal en la esfera nacional. Y están dispuestos a hacer valer hasta el último voto para garantizarse cuotas de poder en regiones clave, incluso aunque el PP se sitúe a pocos escaños de la mayoría absoluta.

Foto: Captura de pantalla en la que el economista Ramón Tamames ha puesto a la venta en la plataforma de comercio electrónico Amazon su discurso. (EFE)

Dentro de esa hoja de ruta, Vox ve la Comunidad Valenciana como la opción más clara para gobernar, un territorio en el que aseguran estar en disposición hasta de exigir la vicepresidencia a Carlos Mazón. La formación jugará todas sus cartas, consciente de que Génova no puede permitirse ceder una plaza en la que los populares llevan meses volcados. "Es la llave de la Moncloa", sintetizaban en el primer partido de la oposición.

La baraja está especialmente ajustada para el PP en una comunidad que se ha convertido en el principal frente de la contienda electoral, y en las filas de los populares valencianos ya asumen que toda opción de gobernar pasa por un entendimiento con los ultraconservadores. Los de Abascal creen que los deseos de Mazón chocan con el objetivo de Génova de evitar a Vox a toda costa y que, llegado el caso, habría posibilidad de llegar a un acuerdo. Un reciente sondeo del PPCV publicado por 20 Minutos apunta a que el candidato de los ultraconservadores, Carlos Flores, podría arañar hasta 16 escaños, por los 35 de los populares. La mayoría absoluta en esta región se sitúa en los 50 diputados, horquilla que el bloque de la izquierda también roza.

Foto: Feijóo junto a Mazón, Catalá, Aznar y Rajoy. (EFE/Kai Forsterling)

Los cálculos de los de Santiago Abascal apuntan a que el escenario podría repetirse también en Castilla-La Mancha, donde el candidato del PP, Paco Núñez, necesitará también de los votos de Vox si quiere desplazar a Emiliano García-Page de la presidencia autonómica. El partido verde da por sentado no solo que irrumpirá en las Cortes regionales, sino que estaría incluso en disposición de decidir el color del siguiente Gobierno. Pese a que el PP podría rozar la mayoría absoluta —fijada en 17—, Vox asegura que no habrá un apoyo gratuito a la investidura de Núñez y que exigirían alguna cartera gubernamental a cambio de ayudar a expulsar al PSOE de uno de sus feudos. "Es uno de los territorios en los que más crecemos", justifican.

La Región de Murcia es otra de las regiones en que Vox exhibe músculo, sobre todo ante la perspectiva de doblar su resultado de 2019 y escalar hasta los siete u ocho escaños con José Ángel Antelo como candidato. Fernando López Miras crecería también, hasta la veintena de representantes, aunque le quedaría aún un trecho que cubrir hasta una mayoría absoluta que, en principio, se estima imposible para la izquierda. Y no es el único territorio en que Vox se vale de su fortaleza para intentar gobernar junto al PP. En la dirección del partido, recalcan también que su implantación en Ceuta les podría llevar a pactar una cuota de poder generosa con el popular Juan Jesús Vivas. Vox ya ganó las últimas elecciones generales en la ciudad autónoma, donde los de Abascal conquistaron el único escaño al Congreso.

Foto: El presidente nacional del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo (i), y el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras. (EFE/Juan Carlos Caval)

La formación ultra se ve también con posibilidades en Extremadura, aunque reconocen que en este caso la situación es algo más compleja, por varios factores, empezando por la escasa estructura territorial de Vox en este territorio, donde presentan a un concejal de Mérida como candidato autonómico; o la difícil relación con el PP en esta región. La candidata popular, María Guardiola, protagonizó hace unos días un rifirrafe en redes sociales con el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, después de que la dirigente asegurase que priorizaría la búsqueda de un pacto con el PSOE y alejaría a Vox a base de una serie de líneas rojas imposibles de asumir por los verdes. Entre otros puntos, defendió la lucha contra la violencia machista, apostó por la actual legislación de los votos y se comprometió a legislar en defensa del colectivo LGTBi.

Lo que sí reconocen como un territorio infranqueable es la Comunidad de Madrid, donde Ayuso ha dado un golpe encima de la mesa contra Rocío Monasterio por torpedear una de sus normas fiscales estrella —la ley de incentivos tributarios a inversores extranjeros—. Pese a que nunca ha tenido complejos a la hora de defender su pacto con Vox y preferir su compañía a la del PSOE, la dirigente decidió romper todos los puentes con su socio prioritario en la Asamblea, una operación que lleva un objetivo implícito: convencer a sus potenciales votantes de que Vox va contra ella y, por tanto, "contra Madrid" y abrir fisuras en la bolsa de votos de los ultraconservadores para garantizarse una mayoría absoluta como la de su homólogo andaluz.

Foto: El líder de Vox, Santiago Abascal. (EFE/Chema Moya) Opinión
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Feijóo se compromete a no monitorizar desde Madrid las negociaciones de sus barones, en parte para tratar de quitarse responsabilidad ante la posibilidad de que Vox pueda entrar en algunos de los ejecutivos que se ha propuesto conquistar. El PP pedirá, en todo caso, que se priorice al PSOE en las conversaciones para forzar el relato de que son los socialistas los que lo entregan a los brazos de la ultraderecha, y se primará cerrar apoyos de investidura sin ceder vicepresidencias, lo que en estos momentos se erige como gran línea roja. El escenario que tampoco se descarta será el de elevar la presión y, si Vox no deja otra salida por sus exigencias, agitar incluso el escenario de una repetición electoral.

Génova defiende que respetará la autonomía de cada territorio para definir su relación con Vox el día después de la noche electoral, pero lo cierto es que la consigna que se ha marcado el PP y que intentará contagiar a sus barones es evitar nuevas coaliciones de gobierno con los de Santiago Abascal, a sabiendas de que este tipo de pactos hipotecarán a Alberto Núñez Feijóo si logra llegar a la Moncloa. Durante la campaña, el primer partido de la oposición tratará de afianzar el objetivo de gobernar en solitario y levantar un muro entre sus planteamientos y la formación a su derecha. Isabel Díaz Ayuso ya colocó este jueves la primera y decisiva piedra en esa estrategia, formalizó su ruptura con Vox tras cuatro años de alianza y oficializó la dinámica que quieren extender los populares: no ir con ellos ni a la vuelta de la esquina. Pero no es un escenario aceptable para Vox y aspiran a gobernar en hasta cuatro comunidades.

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