Los jueces advierten de que no habrá nuevo CGPJ hasta 2025 si no hay pacto este año

La renovación del Consejo General del Poder Judicial se ve más lejos que nunca después del último fracaso en las negociaciones entre el Gobierno y el PP, y una vez activada la deriva electoral que marcará todo el año 2023. El partido de Alberto Núñez Feijóo no oculta que no está dispuesto a realizar una nueva intentona con los de Pedro Sánchez y la falta de acuerdo aplazaría el cambio del órgano a la próxima legislatura. Esa posibilidad alargaría, sin embargo, los tiempos al menos un año más, advierten jueces consultados.

Dar por perdida la posibilidad de alcanzar un acuerdo implica estirar los plazos de forma indefinida y mantener mientras tanto activo al actual CGPJ, cada vez más mermado y que acumula a sus espaldas cuatro años y medio de retraso, casi el mismo tiempo de su mandato. Si se espera a la celebración de las elecciones generales de diciembre, se plantean dos escenarios distintos y ninguno de los dos supondrá un impulso rápido para un nuevo Consejo.

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En el caso de que el PSOE renueve su liderazgo y se mantenga en el Gobierno, todo seguirá como hasta ahora y, por tanto, las reticencias de los populares se mantendrán intactas, dificultando el acuerdo. No obstante, si es el PP el que gana, tampoco habrá renovación inmediata debido principalmente a su compromiso para modificar el actual sistema de elección de los vocales jueces para dejar su selección en manos de sus compañeros de carrera.

Jueces consultados indican que el cambio de modelo se alargará meses de forma que no habrá nuevo CGPJ hasta al menos 2025. Una vez realizadas las elecciones, arrancará el proceso de formación de Gobierno que, en función de los resultados, se complicará más o menos y que, con suerte, se alargará semanas. Pasado este, el PP tendría que aprobar una reforma legislativa de la actual Ley del Poder Judicial para cambiar la forma de elección. Redactarla y sacarla adelante seguirá sumando meses al cómputo. Por último, los jueces tendrían que organizar esa elección interna de sus candidatos, un proceso que, según las citadas fuentes, llevará al menos tres meses, siendo optimistas.

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Desde hace tiempo, amplios sectores de la Justicia se mueven para tratar de empujar al Partido Popular (PP) y al PSOE a un acercamiento tras las elecciones autonómicas, el próximo junio. Hasta hace no mucho, consideraban que será entonces cuando se dé la única ventana para un hipotético acuerdo, por la combinación del corto espacio entre comisión y la antesala de la presidencia del Consejo de la Unión Europea.

Sin embargo, el PP se muestra reacio a plegarse un acuerdo después de que las anteriores conversaciones fracasaran por la reforma de la sedición y la malversación. Desde el fiasco del último intento de negociación, Alberto Núñez Feijóo dio nuevos pasos que, sin embargo, no han sido acogidos con ningún entusiasmo desde la parte contraria. A principios de mes, el partido registró en el Congreso una proposición de ley que busca cambiar el sistema de elección de 12 de los 20 miembros del Consejo, para que sean seleccionados por jueces y magistrados de toda España. Las otras ocho plazas, correspondientes a juristas de reconocido prestigio, serían elegidas según esta propuesta por las dos Cámaras, siguiendo el sistema actual.

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Los grandes escollos de la negociación, esos que provocaron el último fracaso, siguen, sin embargo, ahí. El Ejecutivo aceptó buena parte de las exigencias troncales de Génova. Entre ellas, estudiar la reforma del sistema de elección, regular las puertas giratorias y que los jueces y magistrados que sean nombrados para cargos de elección política o de Gobierno no puedan reingresar al servicio activo de forma inmediata a partir del cese en los referidos cargos. La negociación había despertado, sin embargo, recelos en importantes sectores de la derecha y en el seno del propio Partido Popular, donde dirigentes como Isabel Díaz Ayuso la rechazaban. La negociación paralela sobre la sedición provocó que volara por los aires.

Esa parte del PP que no ve ventajas al acuerdo ha ido ganando terreno. La última ocasión en la que evidenció esta postura fue durante la intentona de una parte de los progresistas del Consejo para que este sector abandonara en bloque el órgano y quedara aún más bloqueada su actividad. En aquel momento, el PP se negó a negociar bajo aquella presión. El acuerdo se ve prácticamente imposible.