Ayuso alerta a Feijóo contra el pacto para el CGPJ: "Sánchez no es de fiar"

Isabel Díaz Ayuso ha puesto voz y rostro a la corriente interna que recela de la negociación para el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) entre el Partido Popular y el Gobierno. Lejos del discurso de Génova durante los últimos días, con un talante conciliador y moderado en esta cuestión, la presidenta de la Comunidad de Madrid marca distancias y advierte ya a Alberto Núñez Feijóo de los riesgos de este pacto. No tanto porque quiera alargar el bloqueo del órgano de gobierno de los jueces, sino por sus dudas respecto a la despolitización de la Justicia y muy especialmente por el interlocutor que tienen enfrente: Pedro Sánchez. "Miente por sistema y no es de fiar", dijo la dirigente autonómica este jueves, durante el foro 'España a examen', organizado por El Confidencial.

La también presidenta del PP de Madrid no se mordió la lengua sobre las conversaciones en curso, centradas en este momento en el reparto de los vocales y las cuotas de cada partido en el futuro Consejo. En claro contraste con el tono de la dirección nacional, que ha evitado el cuerpo a cuerpo sobre este tema, Ayuso sitúa el CGPJ como un episodio más de la "estrategia de carcoma" de Sánchez con las instituciones del Estado. "Me preocupa que el Poder Judicial se llene de Tezanos disfrazados de jueces", añadió la líder popular, en alusión a las supuestas injerencias en organismos como el CIS, la Fiscalía General del Estado, RTVE o la Abogacía del Estado.

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No es ningún secreto que el futuro pacto con Sánchez no agrada a todos los sectores del PP. Y como ya ha sucedido en otros asuntos controvertidos, desde el aborto a la financiación autonómica, Isabel Díaz Ayuso lidera el sector discordante con la cúpula del partido. Para nada escondió sus recelos sobre este acuerdo, sobre todo porque atisba un intento de Pedro Sánchez de controlar la Justicia. "Si no es independiente, este Gobierno no va a tener nunca un solo contrapeso", subrayó.

El punto de partida de la presidenta de la Comunidad de Madrid es cumplir con el mandato de Bruselas tras cuatro años de bloqueo, pero advierte sin ambages de que el jefe del Ejecutivo hallará un resquicio para imponer una mayoría a su favor. Si bien Alberto Núñez Feijóo ha dejado claro que la elección de Victoria Rosell, la candidata de Unidas Podemos, es una línea roja, desde Sol deslizan que la politización será inevitable con otros nombres. "Espero que las negociaciones sean firmes y no se permita que nadie con carné ni cercano a ningún partido ocupe ningún puesto", reiteró Isabel Díaz Ayuso.

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Madrid, inmerso en varios procesos judiciales contra la Administración central, ha renunciado desde hace tiempo a cualquier puente o interlocución con Pedro Sánchez. Desde el equipo de Ayuso nunca han ocultado que su estrategia de oposición ante el Ejecutivo se basa en una especie de acción-reacción cuando se sienten amenazados, y no creen que este episodio sea una excepción. El Ejecutivo madrileño culpa a la coalición del PSOE y Unidas Podemos de un proceso de "degradación institucional sin precedentes" y el Consejo General del Poder Judicial es una evidencia más de su objetivo de "ir a por todo".

Génova prioriza el relato

El secretismo se ha instalado en la negociación entre PSOE y PP para renovar de forma conjunta tanto el CGPJ como el Tribunal Constitucional. Génova y Moncloa se han alineado en la premisa de que los "avances" continúan, pero más allá del documento de requisitos o de la lista de nombres, los populares se han propuesto llevar la batalla por el relato a la mesa de negociación. Lo importante ya no es solo que se materialice el acuerdo, señalan fuentes de la cúpula del partido, sino cómo se vende el pacto a la opinión pública.

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"El mensaje es importante", señalan en el PP, una tesis que contribuye a apagar los recelos internos de las consecuencias del pacto para desatascar el Poder Judicial, después de años en que el PSOE ha señalado primero a Casado y ahora a Feijóo como únicos culpables del bloqueo institucional. Los populares asumen que, si logran un acuerdo, el relato jugará un papel determinante, y no solo por quién asume el papel de ganador o perdedor en la negociación. "Después de cuatro años no puede parecer que el PP ha aceptado un intercambio de cromos sin más", resumen las fuentes consultadas.

Al menos de cara a la opinión pública, tanto PP como Gobierno han intentado mantenerse firmes en sus posiciones iniciales. Los populares han rebajado sus exigencias respecto a la reforma del sistema de elección y vinculan la posibilidad de acuerdo a que el Ejecutivo se comprometa a solicitar un informe a la cúpula judicial que resulte elegida del acuerdo para sentar las bases sobre las que promover el futuro cambio legal... que ya asumen que no llegará esta legislatura. Pero Génova se mantiene firme en los requisitos en materia de despolitización de la Justicia y ahondará en el mensaje de que, gracias a ellos, España ha dado un importante paso hacia la independencia judicial.

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"Lo que no es explicable no es asumible", insisten en las filas de los populares, que añaden que, además del acuerdo en sí, "Feijóo tiene que quedar en pie" cuando finalice la negociación, tanto de cara a sus votantes como a ojos del resto del partido. El PP asume, además, que el líder popular sería el principal damnificado de un eventual fracaso en el enésimo intento por solventar la crisis constitucional, que se ha agravado tras la renuncia de Carlos Lesmes como presidente del CGPJ y del Tribunal Supremo. "O sale ahora o no sale", insisten en el entorno de Feijóo, y confían en que la interlocución con el Gobierno llegue a buen puerto.

El PP ya ha comenzado a vender como éxito propio algunas cesiones del Ejecutivo en pos de avanzar en su máxima de despolitizar la Justicia, como el acuerdo para reforzar las mayorías en el seno del CGPJ —todas las decisiones deberán ser refrendadas por una mayoría de tres quintos— o los 'criterios de idoneidad' fijados para eliminar las 'puertas giratorias' entre la política y la Justicia, unas condiciones que imposibilitan la entrada en el órgano de perfiles como el de Victoria Rosell, un nombre que Unidas Podemos ha vuelto a agitar para hacer valer su influencia en las negociaciones bilaterales entre PSOE y PP. Estas condiciones, insisten en Génova, son innegociables.