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El PSOE negociará con el PP sus enmiendas a la ley del solo sí es sí tras rechazar las de Podemos
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PARA BLINDAR LA REFORMA

El PSOE negociará con el PP sus enmiendas a la ley del solo sí es sí tras rechazar las de Podemos

Los socialistas dan por amortizado el coste de pactar con los populares la contrarreforma de la norma estrella de Igualdad y se abren a estudiar alguna de sus enmiendas en cuestiones accesorias ajenas al grueso de su propuesta

Foto: La portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, este martes tras la Junta de Portavoces. (EFE/Fernando Alvarado)
La portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, este martes tras la Junta de Portavoces. (EFE/Fernando Alvarado)

La reforma de la ley del solo sí es sí está en manos del PP tras el nuevo choque entre los socios de la coalición. El PSOE asume que el peaje a pagar por esa dependencia será una negociación para asegurar los votos. Fuentes parlamentarias del grupo socialista avanzan que iniciarán conversaciones con los populares, como exigía este martes su portavoz en el Congreso, Cuca Gamarra, sin descartar la posibilidad de aceptar alguna de sus enmiendas al texto. "Hablaremos, pero estamos convencidos de que nuestra propuesta es la necesaria", argumentan estas mismas fuentes, haciendo hincapié en que "nos avala el rigor jurídico".

Fuentes de la parte socialista del Gobierno se manifiestan en la misma línea y evitan verbalizar ahora su rechazo a las enmiendas de los populares, como sí hicieron con las de Unidas Podemos poco después de que las registrasen. Eso sí, reiteran que su propuesta de reforma está sostenida por el criterio de los "mejores expertos jurídicos y penalistas" para evitar a futuro las rebajas de condenas a agresores sexuales. El encaje del planteamiento del PP, si finalmente llegan a un acuerdo para ello, se limitaría a introducir cambios que no distorsionen el grueso de la reforma. Esto es, afecta a cuestiones adicionales como las relativas a la distribución de imágenes sobre agresiones sexuales entre menores para evitar una misma tipificación que en los mayores de edad. A media tarde del martes, fuentes del grupo popular aseguraban no haber recibido llamada alguna de los socialistas, y anticipaban que este contacto es obligatorio, un "aviso" de cara a la tramitación de esta norma.

Foto: La ministra de Igualdad, Irene Montero, interviene durante la última sesión de control al Gobierno. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Desde la dirección del grupo parlamentario de Alberto Núñez Feijóo, no querían aventurar qué ocurrirá si el PSOE no descuelga el teléfono, pero sí anticipaban que el Partido Popular "no está" para "una reforma a medias". Los socialistas, afirmaron, "deben abandonar la soberbia", abrir canales de diálogo cuanto antes, habida cuenta de que la ponencia está convocada el próximo lunes, y de que la votación del dictamen en comisión tendrá lugar el martes, para que vaya a pleno el jueves. "Nuestro voto no está", aseguraron, para que se queden en la norma artículos que sigan beneficiando a delincuentes sexuales.

El PP, que votó a favor de empezar a tramitar la norma sin imponer condiciones y que también respaldó el intento de los socialistas de tramitarla de forma urgente —frustrado por Unidas Podemos y los aliados parlamentarios de Pedro Sánchez—, endurece posiciones. "No se concibe", explican, que en la comisión "no se aborden enmiendas" en relación con artículos de la polémica ley Montero que, por el momento, han quedado "fuera" de la reforma del PSOE. "Estamos aquí para dejar el Código Penal como estaba y que ningún delincuente se aproveche de ningún resquicio", zanjan.

Foto: Irene Montero. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Y si los conservadores matizan posiciones, el giro de los socialistas es notorio. En un principio, se habían negado a negociar, como así ocurrió para la votación sobre la admisión a trámite de la reforma. Además, su rechazo frontal a estudiar las enmiendas de Podemos, porque "no solucionan el problema de los efectos indeseados", en referencia a la rebaja de condenas de agresores sexuales, contrasta con su posición más cauta respecto a las enmiendas presentadas por el PP. Un cambio que responde tanto a la necesidad de blindar el apoyo para salvar la reforma como a la lectura de la parte socialista del Ejecutivo, según la cual dan por amortizado el hecho de tener que pactar la reforma de la ley estrella de Igualdad con los populares, en lugar de con sus socios.

Unidas Podemos lleva tiempo presionando al socio mayoritario de la coalición para que no se abandone en brazos de los conservadores, pero las conversaciones discretas e "informales" entre ambos no fructifican. El PSOE ha abierto conversaciones con todos los grupos parlamentarios para sacar adelante su reforma de la ley del solo sí es sí, pero las diferencias con Podemos y sus socios parlamentarios de ERC y EH Bildu, que han presentado enmiendas similares, lo abocan a recurrir a un pacto con el PP. Por la cercanía entre sus propuestas, se da por hecho que UP, ERC y EH Bildu pactarán enmiendas transaccionales, conjuntas, que difícilmente podrán prosperar sin el apoyo de los socialistas.

Foto: La ministra de Igualdad, Irene Montero. (EFE/Javier Lizón)

Ni los morados ni las formaciones independentistas han avanzado el sentido de su voto, pero todo hace indicar que se mantendrán en el voto en contra, como en la admisión a trámite, tras rechazarse sus enmiendas. Desde hace semanas, dirigentes morados advierten de que no pueden avalar el texto del PSOE si no hay acuerdo, y ni siquiera están dispuestos a abstenerse.

La vicepresidenta segunda y líder del espacio de Unidas Podemos, Yolanda Díaz, así lo dejaba entrever al asumir que acataría la disciplina de voto de su grupo parlamentario, aunque con ello se visibilice una ruptura entre los socios de coalición. En la primera votación, los diferentes actores de Unidas Podemos ya acordaron evitar una ruptura y cerraron filas para salvaguardar el proyecto estrella del Ministerio de Igualdad, que encabeza Irene Montero, pese a la controversia interna.

Foto: La diputada del PSOE en el Congreso, Andrea Fernández (EFE/Mariscal)

Entonces, se antepuso el objetivo de que no salten por los aires las conversaciones discretas que mantenían desde el equipo de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y los aliados de su proyecto Sumar con los morados, de cara a intentar cerrar una candidatura conjunta antes del anuncio de su candidatura. Ahora, se trata de tender un último puente para evitar que se precipite la ruptura.

"Soy demócrata. Emitiré el voto que decida el grupo al que pertenezco. Mi voto será el que decida después de un debate democrático Unidas Podemos", aseguraba Díaz en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, el martes. Un mensaje similar al que trasladaron desde su entorno antes de la primera votación, al constatar tras varias reuniones las dificultades para forzar un cambio de posición en Igualdad y acabar priorizando el acuerdo dentro de su espacio a un acuerdo con sus socios de gobierno. La tensión entre Díaz y Podemos lleva semanas en máximos, y los morados no olvidan su enfado cuando, tras comenzar las rebajas de penas, en noviembre, la vicepresidenta segunda defendió posiciones que, a su entender, como mínimo eran poco claras en lo que toca a su respaldo a la ley Montero. La imagen de la ministra de Igualdad sola en la bancada azul, únicamente acompañada por Ione Belarra, hablaba por sí sola.

La escenificación de este cierre de filas manteniendo la unidad de voto sobre la reforma de la ley del solo sí es sí se calificó desde el equipo de Díaz de un "gesto". Una muestra de su voluntad de articular un proyecto conjunto bajo el paraguas de Sumar, rechazando que su estrategia pase o pasase en algún momento por dividir el espacio alternativo al PSOE en dos candidaturas. Hoy, ese espacio está claramente dividido, con Podemos en una esquina y el resto de fuerzas en otra, pero nadie contempla hoy que esta división vaya a tener efecto en el pleno del 20 de abril. Una cosa es que las formas y los argumentos empleados por los distintos actores de Unidas Podemos sean muy distintos, pero nadie defiende abiertamente un nuevo frente de batalla interna con esta norma.

La reforma de la ley del solo sí es sí está en manos del PP tras el nuevo choque entre los socios de la coalición. El PSOE asume que el peaje a pagar por esa dependencia será una negociación para asegurar los votos. Fuentes parlamentarias del grupo socialista avanzan que iniciarán conversaciones con los populares, como exigía este martes su portavoz en el Congreso, Cuca Gamarra, sin descartar la posibilidad de aceptar alguna de sus enmiendas al texto. "Hablaremos, pero estamos convencidos de que nuestra propuesta es la necesaria", argumentan estas mismas fuentes, haciendo hincapié en que "nos avala el rigor jurídico".

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