La reforma urgente del solo sí es sí para evitar rebajas de penas cumple un mes varada en el Congreso
La Cámara Baja aprobó iniciar su tramitación solo un día antes del 8-M, un mes después de que el PSOE la registrase, desatando una crisis sin precedentes con sus socios. El PSOE espera su aprobación definitiva el 26 de abril
"Cuanto antes se cierre esta herida de la ley, pues mejor". Hay que "parar la sangría de la alarma que se está generando por las rebajas de condenas y la excarcelación" de agresores sexuales. Una semana después de registrar su proposición de ley para modificar la norma del solo sí es sí, el portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, Patxi López, fue muy claro en que su grupo quería concluirla cuanto antes, y tildó de “sorprendente” que Unidas Podemos pusiera piedras en el camino de su tramitación, oponiéndose a abordarla de forma urgente. La registraron el 6 de febrero, hace más de dos meses, y durante el último mes ha estado varada, a la espera de enmiendas. En el caso de la reforma del Código Penal para suprimir el delito de sedición y modificar el de malversación, también tramitada de forma urgente, todo el proceso llevó únicamente 41 días, incluyendo su paso por el Senado.
De hecho, hoy sigue abierto el plazo para registrar enmiendas a la proposición de ley unilateral del PSOE, que desató una crisis sin precedentes en la coalición, al intentar corregir la norma estrella del Ministerio de Igualdad, de Irene Montero. ERC y EH Bildu hicieron públicos este jueves los cambios que reclaman para una norma convertida en un verdadero dolor de cabeza para la coalición. En su camino se ha cruzado la moción de censura de Vox, pero también las vacaciones de Semana Santa, el último remanso de relativa calma antes del fuego cruzado de la campaña electoral para el 28-M. No hay pleno en la semana festiva, tampoco en la siguiente, pero está previsto que el plazo para presentar enmiendas parciales, prorrogado por segunda vez, se cierre el 10 de abril, en lugar del 5, como habría ocurrido en una semana al uso. Los engranajes de la Cámara Baja empezarán a moverse inmediatamente después.
La dirección del grupo parlamentario socialista espera que sea sometida a votación el 20 de abril, en el primer pleno tras esta pausa. Antes, debe formarse ponencia y convocarse la Comisión de Justicia para aprobar el dictamen y, tras el Congreso, el Senado deberá darle su visto bueno definitivo, previsiblemente, el 26 de abril. ERC y EH Bildu habían pedido más tiempo para estudiar las enmiendas, presentadas de forma conjunta entre sí, pero sin Unidas Podemos. Los grupos de los dos socios de Gobierno habían avalado el retraso reclamado por los partidos de Gabriel Rufián y Mertxe Aizpurua.
Los socialistas, que se vieron apoyados por el PP para tramitar la proposición de ley de forma urgente, y para lograr su admisión a trámite, son quienes realmente tienen prisa por modificar la norma, elevando algunas de las penas mínimas para frenar las rebajas de condenas. Hoy, señalan a estos partidos independentistas como responsables del retraso y se lavan las manos, aunque por el rabillo del ojo no pierden de vista la cercanía del 28-M, con temor a que las rebajas de penas los penalicen.
Oficialmente, Unidas Podemos, con Montero a los mandos, también está dispuesto a reformar la ley para elevar penas, aunque discrepa de la receta del PSOE porque sostiene que desplaza el consentimiento del centro de la ley. Desde la ruptura de las negociaciones en la coalición, que habían transcurrido con total sigilo durante semanas, Podemos ha disparado con dureza contra el PSOE. El máximo exponente de esta tensión se vio en el pleno de toma en consideración, con un discurso de la diputada Lucía Muñoz que levantó ampollas en el PSOE.
La moción de censura, la reforma de las pensiones o la voladura de puentes entre Podemos y Yolanda Díaz han contribuido a desviar los focos de esta materia. A mitad de marzo, los morados rechazaron presentar enmiendas de totalidad a la proposición de ley del PSOE y optaron por rebajar el tono, lo que fue leído como un gesto de distensión. El PSOE lleva semanas disminuyendo los decibelios, con alguna excepción de por medio. A mitad de mes, en su comparecencia ante la comisión del ramo, la ministra de Justicia, Pilar Llop, confrontó con dureza a los morados: "Hablen con las víctimas o con los padres de los niños agredidos por quienes se les ha bajado la pena. Y luego, si quieren, podemos también hablar nosotros", les espetó.
La diputada de Podemos Martina Velarde, portavoz en esa comisión, reclamó esperar a que el Tribunal Supremo empiece a resolver recursos de la Fiscalía contra las rebajas de penas, y Velarde afeó a Llop que apostase por legislar ya, en lugar de esperar a que el alto tribunal se pronuncie. La crisis no se ha cerrado, y si no se da un acuerdo que hoy se aventura muy difícil, se prevé que el nivel de hostilidades entre los socios vuelva a escalar a máximos.
En los últimos días, especialmente tras el fiasco de la mayoría de investidura con la reforma de la ley mordaza, Podemos se ha esforzado por visibilizar su cercanía con ERC y EH Bildu -los mismos que han rechazado la tutela de Igualdad-, mientras el resto de partidos dentro de Unidas Podemos culpaba a estas fuerzas del fracaso. Si el apoyo de ambos partidos fue la gran baza de Montero para desgastar al PSOE en su pulso sobre el solo sí es sí, los socialistas creen ahora que esta vía ya está amortizada. La mayoría de investidura ya se rompió en el pleno del 7 de marzo, y en las próximas semanas la actividad de la Cámara se verá ralentizada; la aritmética parlamentaria no será la principal preocupación del ala socialista.
Quieren que la reforma cuente con apoyos más allá del PP, pero asumen que la modificación saldrá adelante con o sin acuerdo con sus socios de gobierno. Los conservadores son conscientes de que aún mana sangre de esta herida, y por eso la diputada Marta González preguntó a Montero por la prórroga del plazo de enmiendas en la última sesión de control, a finales de marzo.
La titular de Igualdad, que no reconoce fallo alguno en la norma, incidió en el diagnóstico que lleva meses repitiendo: las rebajas de penas obedecen a "decisiones judiciales", y afirmó que se dejará "la piel" para lograr una "respuesta unitaria" de la mayoría progresista para atajar las revisiones. Un mes después de que esa mayoría volara por los aires, muy pocos dirigentes, socialistas o morados, se atreven a mostrarse optimistas.
"Cuanto antes se cierre esta herida de la ley, pues mejor". Hay que "parar la sangría de la alarma que se está generando por las rebajas de condenas y la excarcelación" de agresores sexuales. Una semana después de registrar su proposición de ley para modificar la norma del solo sí es sí, el portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, Patxi López, fue muy claro en que su grupo quería concluirla cuanto antes, y tildó de “sorprendente” que Unidas Podemos pusiera piedras en el camino de su tramitación, oponiéndose a abordarla de forma urgente. La registraron el 6 de febrero, hace más de dos meses, y durante el último mes ha estado varada, a la espera de enmiendas. En el caso de la reforma del Código Penal para suprimir el delito de sedición y modificar el de malversación, también tramitada de forma urgente, todo el proceso llevó únicamente 41 días, incluyendo su paso por el Senado.
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