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IU y comunes cierran filas con Yolanda Díaz y dejan solo a Podemos: "Es un espacio dividido"
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El anuncio de la vicepresidenta

IU y comunes cierran filas con Yolanda Díaz y dejan solo a Podemos: "Es un espacio dividido"

El resto de fuerzas de UP sí estarán en el acto de Sumar en el que Díaz se postulará como candidata. Algunos actores no respaldarán que Belarra y Montero copen los focos en la moción de censura. Estudiarán la propuesta de ERC sobre la ley mordaza

Foto: Enrique Santiago y Yolanda Díaz. (EFE/Mariscal)
Enrique Santiago y Yolanda Díaz. (EFE/Mariscal)

La olla a presión en la que se ha convertido el grupo parlamentario Unidas Podemos explotó el martes, con el fracaso en la derogación de la ley mordaza. Las distintas fuerzas que han convivido durante tres años y tres meses bajo estas siglas amagaron el miércoles con una suerte de tregua, pero la bandera blanca afecta únicamente a la actividad en el Congreso de los Diputados, y no a la hoja de ruta de estos partidos de cara al futuro. Aquí las posiciones están muy claras, y es Podemos quien se ve aislado en la foto.

Izquierda Unida, los comunes y Alianza Verde están decididos a secundar a la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, en el acto que prevé celebrar antes de Semana Santa para anunciar, por fin, su decisión de concurrir a las elecciones generales. Mientras los morados advierten a la impulsora de Sumar de que le darán plantón si antes no se ha sentado a negociar unos mínimos sobre su futurible unión, el resto de integrantes de UP no albergan dudas. Algunos no han decidido si la representación que enviarán será de primer nivel, o si recaerá en dirigentes intermedios, pero estarán. Hay dirigentes que cargan contra Podemos por sus "chantajes" a Díaz, que le reclaman que deje de hablar "hacia dentro" y contribuya a afianzar la candidatura de la vicepresidenta segunda.

Foto: Pablo Iglesias y Enrique Santiago, en 2019. (EFE/ David Fernández)
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Mientras tanto, los morados ven crecer sus recelos hacia Díaz; se quejan de que llevan semanas sin reunirse para hablar del futuro del espacio político, y lamentan que ni siquiera se les haya convocado formalmente a este acto, cuya fecha afirman desconocer. El planteamiento es que difícilmente pueden enviar una representación de su organización a un acto en el que no saben qué va a plantear la vicepresidenta, y cuando ni siquiera ha aterrizado sus planes para las elecciones.

Hace semanas les transmitió que las listas, la materia que genera mayor preocupación en todas las coaliciones, no se podrán cerrar hasta después del 28-M, en el que Podemos se expone a un serio batacazo junto con IU, con quienes se presentan en la mayoría de comunidades autónomas. De asistir al acto, coincidirán con representantes de la quincena de partidos que Díaz quiere incluir en el paraguas de Sumar, aunque algunos son competencia directa en las próximas elecciones. Pese a la presión, apuntan, no hay respuesta oficial de la vicepresidenta, solo silencio.

Foto: Yolanda Díaz e Irene Montero en el Congreso. (EFE/Kiko Huesca)

El equilibrio en el que ha vivido hasta ahora el grupo parlamentario era frágil, ahora está roto. La batalla por el relato tras la voladura del dictamen de la derogación parcial de la ley mordaza no solo pasa por quién es culpable de este fiasco: para Podemos es el PSOE, para el resto del espacio son ERC y EH Bildu los principales responsables. Desde hace meses, la dirección de Ione Belarra se aferra a que las diferencias con Díaz van más allá de la confección de las listas: por una parte, albergan dudas de que esté dispuesta a dar la "batalla cultural" que la formación morada considera clave, a defender los postulados más duros e impopulares, habida cuenta de que en varias materias la vicepresidenta evita posicionarse.

Por otra, Podemos sigue instalada en el esquema de alianzas por el que peleó el entonces secretario general, Pablo Iglesias, al arranque de la legislatura: frente a un PSOE que amagaba con pactar los Presupuestos con otras fuerzas políticas como Ciudadanos, Iglesias siempre defendió, más allá de la aritmética de la Cámara Baja, que la alianza con ERC y EH Bildu debía ser estratégica, no táctica, que siempre deberían actuar de la mano de estas fuerzas. Los morados interpretan que esta cuestión se puso en duda con la negociación de la reforma laboral, aprobada por la mínima y con divorcio político entre ERC y Díaz, y exigen que no se vuelva a sugerir siquiera en relación con la ley mordaza.

Foto: El diputado de Unidas Podemos, Enrique Santiago. (EFE/Mariscal)

La batalla, los reproches y la desautorización de su negociador en la reforma de la ley mordaza, Enrique Santiago, tiene que ver con esta lectura, pero también con la cercanía del diputado de IU y líder del PCE a Díaz, aseguran desde el grupo parlamentario. La tormenta no había acabado el miércoles, y el exsecretario general morado, que goza de un enorme predicamento entre sus filas, insistía en culpar al PSOE de esta derrota, por haber "forzado" una votación "que tenían perdida". Obviaba que el negociador de su grupo también había respaldado aprobar el dictamen, por lo apurado de los tiempos en la legislatura, para seguir dando tiempo a la negociación. También que la dirección de su grupo, en la que se sienta Podemos, lo sabía y lo había respaldado. El líder de IU y ministro de Consumo, Alberto Garzón, trataba de templar y llamaba públicamente a Podemos a "proteger" a Díaz. Apenas 48 horas antes había hecho un llamamiento similar, que cayó en saco roto.

Belarra y Montero "buscan foco" en la moción de censura

La reunión de la dirección de grupo de este miércoles, con "buen tono", según distintas fuentes, ayudó a sentar las bases de la tregua. Nadie se ha movido de sus posiciones sobre la ley mordaza, todos se ratifican en sus diagnósticos, y apenas han consensuado que estudiarán la proposición de ley que planea presentar ERC para revivir la derogación de esta norma. "La posición se decidirá consensuadamente cuando haya texto", abundan. También abordaron la batalla visibilizada ayer a cuenta de esta ley, según fuentes parlamentarias. La hoja de ruta sobre la negociación del sí es sí, según relatan, siguió siendo el elefante en la habitación.

Foto: Yolanda Díaz e Irene Montero. Al fondo, Enrique Santiago. (EFE/Kiko Huesca)

Sí se abordó la estrategia a seguir ante la moción de censura de Vox, que se debatirá y votará los días 21 y 22 de marzo en el Congreso. Podemos ha trasladado la propuesta enarbolada por Belarra para que sean las políticas mujeres quienes respondan a la moción del candidato Ramón Tamames, pero hay dudas sobre si la intervención de las ministras contribuirá a darle más importancia de la necesaria a este "espectáculo". El Gobierno puede intervenir cuando lo desee, en la anterior moción de Vox fueron Pedro Sánchez y el propio Iglesias quienes tomaron la palabra, y hoy los morados sopesan que las ministras del espacio hagan lo propio.

El PSOE y la propia Díaz dejan la puerta abierta a la intervención de la vicepresidenta, pero uno de los actores de Unidas Podemos lo rechaza de plano: "Eso no va a pasar". Entre los compañeros de grupo de Podemos interpretan que Belarra y Montero quieren buscar foco, diluyendo de paso la intervención de la vicepresidenta. "Van a intentar marcar posición propia continuamente", abunda un dirigente. "Al fin y al cabo, es un espacio dividido. Podemos, por un lado, y el resto, por otro".

La olla a presión en la que se ha convertido el grupo parlamentario Unidas Podemos explotó el martes, con el fracaso en la derogación de la ley mordaza. Las distintas fuerzas que han convivido durante tres años y tres meses bajo estas siglas amagaron el miércoles con una suerte de tregua, pero la bandera blanca afecta únicamente a la actividad en el Congreso de los Diputados, y no a la hoja de ruta de estos partidos de cara al futuro. Aquí las posiciones están muy claras, y es Podemos quien se ve aislado en la foto.

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