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Pablo Iglesias aprieta a Yolanda Díaz: quiere la mitad de los diputados que obtenga Sumar
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tras la victoria de montero en el sí es sí

Pablo Iglesias aprieta a Yolanda Díaz: quiere la mitad de los diputados que obtenga Sumar

La vicepresidenta apuesta por presentar su proyecto a finales de marzo o principios de abril, aunque el acuerdo con los morados no parece posible hasta después del 28-M

Foto: La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. (EFE/Jorge Zapata)
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. (EFE/Jorge Zapata)
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"Lo lamento mucho. Nunca debimos llegar hasta aquí". Así se expresaba Yolanda Díaz horas antes de la votación en el Congreso de la toma en consideración de la reforma de la ley del solo sí es sí. La declaración ante los medios era el reflejo de una larga negociación en la que la vicepresidenta segunda se implicó personalmente para acercar posturas entre Pedro Sánchez e Irene Montero. "Hasta el último minuto confió en solucionarlo", aseguran fuentes de su entorno. El fracaso de su mediación dejó en evidencia la ruptura de facto del Gobierno de coalición, pero también supuso una derrota en la lucha fratricida que mantiene con Pablo Iglesias por liderar la izquierda.

Díaz apretó el botón del "no" con el convencimiento de que lo correcto era un "sí". En privado, ha reiterado que es necesario enmendar los fallos de una norma que ha permitido obtener beneficios a casi ochocientos abusadores sexuales. ¿Por qué no rompió la disciplina de voto? "Habría hecho saltar por los aires el Gobierno de coalición", advierten fuentes cercanas a la líder de Sumar que afirman que nunca se contempló.

Foto: Pablo Iglesias y Yolanda Díaz, en el traspaso de carteras. (EFE/Mariscal)
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La explicación radica en que el grupo parlamentario de Podemos está fraccionado en tres bandos: por un lado, los diputados que abiertamente son "yolandistas" y que ven a la vicepresidenta como la única esperanza para salvar el proyecto de izquierdas; otro grupo —cada vez más nutrido— lo representan los que ya no comulgan con Iglesias, pero no han dado el paso al frente y, por último, los adeptos a la llamada internamente "secta de Galapagar" liderados por Ione Belarra y Montero. Si estas tres facciones se retratan en una votación, el grupo implosionaría y haría imposible mantener el pacto con el PSOE.

El escenario de la doble ruptura daría un argumento a Iglesias para relanzar a Montero como líder y hacer responsable a la que fuera su pupila de boicotear el futuro proyecto de izquierdas. La gallega no va a cargar con el peso de dinamitar ni la coalición ni la izquierda. Con Sánchez la relación es "muy fluida" y ambos comparten la enemistad con Iglesias. El presidente recibió esta semana varias llamadas de destacados miembros del PSOE pidiéndole romper con Podemos tras los insultos de "fascistas" por parte de los morados. Sánchez pidió "paciencia" y trasladó que su intención es agotar la legislatura de la mano del socio de coalición, porque otro escenario se interpretaría como un fracaso.

En "aguantar provocaciones" como el órdago de la ley del solo sí es sí o las acusaciones de "ponerse" de perfil también está Díaz. En esta línea de presión enmarcan también las exigencias de Podemos sobre la futura lista de Sumar. La vicepresidenta quiere presentar su plataforma a finales de marzo o principios de abril, pero parece difícil llegar a un acuerdo con Iglesias antes de las elecciones del 28 de mayo.

Foto: Yolanda Díaz, en el acto de este jueves. (EFE/Borja Sánchez Trillo)

Los morados exigen a Díaz tener el cincuenta por ciento de los diputados que logre la plataforma Sumar en las generales. Esgrimen que el peor resultado en estos momentos, si concurren en solitario, sería 22 escaños y el mejor revalidar los 35. El reparto lo hacen sobre la expectativa de que el nuevo espacio logre cincuenta representantes con Díaz como cabeza de lista y Montero o Belarra de dos. Para los "pablistas", copar la mitad de los puestos es un ofrecimiento "generoso" y "asumible" para la unidad de la izquierda. Ponen en valor que su marca, a diferencia de la que promueve la vicepresidente, ya tiene representación en las instituciones.

La gallega no contempla este reparto. Sabe que Iglesias usará su posición de fuerza actual. De hecho, tras el 8-M, sectores de Sumar han planteado invitar a Montero al acto de lanzamiento. Díaz trabaja en afianzar la alianza con los Comunes, Compromís, Más País o el partido del exdiputado canario, Alberto Rodríguez. Además de configurar un espacio a la izquierda del PSOE, a todos les une el profundo malestar con Iglesias. Desde estas formaciones habrían trasladado a la vicepresidenta su rechazo a que Sumar se gestione con el "caciquismo" de Podemos. No estarán en un proyecto que controle la "secta de Galapagar" con Juan Carlos Monedero como gurú.

Su victoria frente a Iglesias pasa por "aislarle" y que el peso de los morados se diluya en la futura marca electoral

En esta línea han trasladado que desaprueban las primarias "abiertas y vinculantes" que plateó Iglesias para elaborar las listas de Sumar. Alertan de que el exlíder de Podemos quiere "poner a funcionar la maquinita de Juanma del Olmo", en alusión a la mano derecha de Iglesias, al que acusan de "manipular", desde su cargo de responsable de área informática de Podemos, los resultados en procesos como al que concurrió Íñigo Errejón. Objetivamente, Iglesias partiría con ventaja en unas primarias, dado que Podemos tiene muchos más militantes que la futura Sumar y los inscritos morados tumbarían a los otros candidatos.

Díaz no va a caer en la trampa. Además de Podemos, quiere concitar hasta una quincena de partidos en su plataforma. Su victoria frente a Iglesias pasa por "aislarle" y que el peso de los morados se diluya en la futura marca electoral. Los Comunes de Ada Colau serán clave. El jefe de gabinete de la ministra, Josep Vendrell, está cobrando cada vez más protagonismo en la estrategia electoral junto a su asesor, Ramon Luque, en detrimento de Joaquín Pérez Rey, hasta ahora su mano derecha en el ministerio de Trabajo. La guerra Díaz-Iglesias solo acaba de empezar.

"Lo lamento mucho. Nunca debimos llegar hasta aquí". Así se expresaba Yolanda Díaz horas antes de la votación en el Congreso de la toma en consideración de la reforma de la ley del solo sí es sí. La declaración ante los medios era el reflejo de una larga negociación en la que la vicepresidenta segunda se implicó personalmente para acercar posturas entre Pedro Sánchez e Irene Montero. "Hasta el último minuto confió en solucionarlo", aseguran fuentes de su entorno. El fracaso de su mediación dejó en evidencia la ruptura de facto del Gobierno de coalición, pero también supuso una derrota en la lucha fratricida que mantiene con Pablo Iglesias por liderar la izquierda.

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