El mapa de Podemos e IU para el 28-M: alianzas, dudas y negociaciones al borde del fracaso

Podemos e IU pisan estos días el acelerador para cerrar el mapa de sus alianzas de cara a las elecciones municipales y autonómicas del 28-M. Hasta el momento, han sellado acuerdos para concurrir juntas en Madrid, Murcia, Navarra y La Rioja, si bien hay varias comunidades en las que sus respectivas direcciones trabajan contra el reloj para compartir listas, con ambas partes vendiendo optimismo. Hay regiones como Asturias en las que el acuerdo se presenta muy complicado. Mientras que en el caso de Aragón, un veterano dirigente llega a considerarlo "imposible".

Con las elecciones generales en el horizonte, con todas las incógnitas asociadas al proyecto de Yolanda Díaz y la debacle de las andaluzas todavía presentes, la izquierda a la izquierda del PSOE sabe que evitar la fragmentación es clave para no desaparecer de las instituciones. Ya se vieron borrados del Parlamento de Galicia en 2022, solo cuentan con un procurador en Castilla y León y temen perder gobiernos de coalición autonómicos, aunque la consigna oficial es que salen a revalidarlos. Esta división, además, preocupa a los socialistas, que temen perder poder si este espacio es incapaz de llegar a acuerdos que eviten que el voto se disperse.

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La barrera electoral varía por comunidades autónomas. Aragón o Cataluña tienen este límite marcado en el 3% de voto en la circunscripción, mientras en Baleares o Galicia el umbral es del 5%. Ese porcentaje, precisamente, es la frontera que Podemos e IU no lograron pasar en el Ayuntamiento de Madrid en las elecciones de 2019, y que sobrepasaron por menos de 2.5 puntos cuando Pablo Iglesias decidió liderar su candidatura conjunta a la Asamblea, salvando los muebles a costa de dilapidar su carrera política.

La pérdida de algunos de los llamados ayuntamientos del cambio (Madrid, Valencia o Ferrol) es menos reciente, pero tanto IU como Podemos tienen claro que en la mayoría de territorios se necesitan para sobrevivir. Tenían previsto cerrar estos acuerdos durante el mes de enero, a más tardar. Salvo en Navarra, donde acordaron su candidatura conjunta en junio, las negociaciones han ido cogiendo velocidad desde diciembre. Y si hay regiones en las que vean que el acuerdo es posible, como explican desde ambas partes, se darán algunos días de margen en febrero, pero no irán mucho más allá. Los plazos no lo permiten: tienen que cerrar listas, programas y lanzarse a la precampaña.

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Este mapa, además, muta día a día. El ejemplo más claro es el de la Comunidad Valenciana, donde hace escasas semanas el acuerdo parecía difícil y hoy Podemos e IU se ven con opciones de sellar una alianza, entrando en competición directa con Compromís. Hay alguna región, como ocurre con Asturias, en la que Podemos directamente acusa a IU de no estar a favor del pacto, con la coalición de izquierdas que lidera a nivel federal Alberto Garzón respondiendo que el problema lo tienen en su propia casa.

Hay cuatro pactos firmados, dos comunidades que se dan casi por perdidas aunque no quieran tirar la toalla, y una tercera que se antoja muy difícil. En las otras cinco, en mayor o menor grado, reina el optimismo. La mayoría de acuerdos, además, son globales y tienen su reflejo de cara a las elecciones municipales.

Aragón, Asturias y Canarias

De todos los escenarios abiertos, Aragón es uno de los que arroja menos incertidumbre. Podemos forma parte del Gobierno cuatripartito, a diferencia de IU. Ninguno de los dos considera que haya opciones reales para el pacto, por lo que previsiblemente acudirán a las urnas enfrentados, compitiendo también con el PAR (Partido Aragonés) y la Chunta Aragonesista (CHA), esta última aliada con Más País (dentro del acuerdo del Turia). El hecho de que Podemos no formara parte de la última candidatura al Ayuntamiento de Zaragoza, cuando sí lo hizo en los comicios de 2015, permitiendo que Pedro Santisteve (Zaragoza en Común) se hiciera con el bastón de mando por una única legislatura, era un presagio funesto para IU.

Asturias es también un campo de minas. La batalla interna entre la dirección autonómica, afín a la cúpula de Podemos en Madrid, en pleno pulso con los candidatos críticos, ha llevado a la ganadora de las primarias, Covadonga Tomé, a denunciar que la dirección de Sofía Castañón quiere "torpedear" su candidatura. Y hasta a afirmar que teme ser expulsada del partido junto con otros críticos. Desde la dirección morada señalan a IU, más fuerte en esta la región (cuenta con una decena de alcaldías) y afirman que no tiene interés real por sumar fuerzas. Izquierda Unida, en esencia, afirma que es difícil pactar con quienes ni siquiera pueden sofocar su propio incendio. No se han reunido presencialmente con la dirección morada para estudiar el pacto, como sí han hecho con Tomé.

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Hay algo más de optimismo en Canarias, donde no dan por sepultado el pacto. Podemos, IU, Más País, Equo y Sí se Puede Canarias han negociado durante meses, pero el acuerdo se aleja. La relación entre Alberto Rodríguez, exdiputado de Podemos e impulsor del Proyecto Drago, y el que fuera su partido, dificulta el entendimiento. Rodríguez, que dice estar a favor de la confluencia y no aspirar a ser un "llanero solitario", criticaba hace escasos días al Gobierno surgido del llamado pacto de las flores (PSOE, Nueva Canarias y Agrupación Socialista Gomera). "De todo lo que había que cambiar en Canarias, estructuralmente no ha cambiado nada", declaró. "Hay que salir a la calle", criticó desde los micrófonos de la Cadena SER. En IU, con todo, mantienen una mínima esperanza.

Opciones en Extremadura o Baleares

Navarra, Madrid, Murcia y La Rioja son comunidades en las que los preacuerdos ya están firmados. Navarra fue la primera, el pacto en la Comunidad se conoció en diciembre y el de Murcia fue presentado hace escasos días, cuando parecía muy lejano. Es la primera vez que Podemos e IU sellan un acuerdo en esta región y los tres pactos tienen traslación —con excepciones— a las elecciones municipales. En Madrid, eso sí, volverá a haber dos listas de la izquierda, ya que Más Madrid, a quien IU quería sumar y que hoy lidera la oposición a Isabel Díaz Ayuso, tiene decidido concurrir en solitario.

Cantabria es uno de los territorios en los que el acuerdo también parece prácticamente hecho. Ambas fuerzas querían liderar la candidatura al Ayuntamiento de Santander, que finalmente se desvinculará de este acuerdo para allanar el camino. En Extremadura, la dirección de la morada Irene de Miguel se muestra convencida de que lograrán un pacto que llevan meses cocinando a fuego lento, y en Baleares, donde aspiran a revalidar el Gobierno de coalición progresista, tampoco parece que vaya a haber grandes problemas para el entendimiento.

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Castilla-La Mancha es otro de los ejemplos que muestran que el mapa de alianzas está vivo y sufre movimientos a diario. Si hace unas semanas el acuerdo parecía lejano, hoy IU y Podemos presumen de avances para sellar un pacto que aglutine, también, a Alianza Verde, Más CLM (Más País), Partido Castellano y Verdes Equo. "Hubo una reciente declaración de voluntad para ponerse de acuerdo", aseguran desde IU.

La Comunidad Valenciana, a su vez, es otro ejemplo paradigmático. Ambas fuerzas apuntan que Compromís, que tiene clara su voluntad de concurrir en solitario, solo les ofreció integrarse en su candidatura, algo que IU y Podemos rechazaron. Con todo, de llegar a buen puerto, previsiblemente esta sería la última de las candidaturas en sellarse, ya que fue la última en abordarse. Como pasa con Castilla-La Mancha, el nivel de optimismo expresado es más bajo que el mostrado en los casos de Extremadura, Baleares o Cantabria, en los que ambas fuerzas dan por hecho que el acuerdo está cerca.

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Los dos partidos, además, presumen del acuerdo global para las municipales en regiones como Cataluña, donde no hay convocadas elecciones autonómicas, pero sí municipales; o en Andalucía, donde los últimos comicios fueron un fracaso para la izquierda. Ya tienen un principio de acuerdo en Sevilla, desde hace semanas cuentan con otro en Córdoba, pero no son tan optimistas en ciudades como Málaga.

El esquema para las autonómicas y municipales cambia día a día y ambas formaciones intentan apurar hasta el último minuto para no asomarse al abismo de acudir por separado y exponerse al riesgo de verse borrados del mapa. En apenas diez días, es probable que la foto fija empiece a estar clara.