El solo sí es sí diluye a Yolanda Díaz como pacificadora entre el PSOE y Podemos
La vicepresidenta segunda insiste en pedir responsabilidad "a todo el mundo" tras el cruce de acusaciones en el Ejecutivo. "Haz algo", exige Patxi López, mientras los morados cuestionan que pueda ser líder quien evita posicionarse
"Vuelvo a decir que nunca debimos haber llegado hasta aquí, y le pediría a todo el mundo que sea responsable". Yolanda Díaz reeditó este mismo miércoles las palabras que había pronunciado escasas horas antes, quedándose al margen de la batalla entre el PSOE y Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados a cuenta de la reforma del sí es sí. "Creo que nunca tendríamos que haber llegado hasta aquí", dijo. El rol de pacificadora de la vicepresidenta segunda, que apela a la responsabilidad y a huir de reproches cruzados, ha sido cuestionado en varias ocasiones por Podemos, pero ahora, además, ya es criticado públicamente por el PSOE. Su rol de bisagra entre las dos fuerzas del Ejecutivo se ha diluido tras la polémica por la ley Montero.
"Debería haber tenido una posición más proactiva. No basta solo con decir 'que lleguen a un acuerdo", le espetó Patxi López, portavoz socialista, desde los micrófonos de la Cadena SER, la noche del martes, tras la votación en el Congreso. "Haz algo. Pon una posición, una propuesta encima de la mesa para ver cómo podemos acordar y acercar posiciones", incidió López, reconociendo abiertamente el estupor que genera entre los suyos que la vicepresidenta segunda evite posicionarse.
Díaz tiene una posición difícil y en un complicado equilibrio. La vicepresidenta segunda votó en contra de la reforma del PSOE, en línea con Podemos y el resto de fuerzas del espacio, a pesar de las dudas que genera la postura marcada por la ministra de Igualdad, Irene Montero, entre los comunes e IU. Están convencidos de que toca preservar la unidad y votaron en consecuencia.
Yolanda Díaz está convencida de que es un problema político y que no debería ser tan difícil llegar a un acuerdo. El problema es que esas llamadas a la responsabilidad diluidas entre todas las partes y la ausencia de un diagnóstico público sobre las diferentes recetas propuestas por PSOE y Unidas Podemos hacen que el PSOE no vea los frutos de sus esfuerzos. Y que los morados, al mismo tiempo, le reprochen la imagen de la soledad de Montero durante la sesión en el Congreso.
Únicamente la secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, acompañó a la titular de Igualdad en una bancada azul desierta, como recuerdan fuentes moradas. Era la imagen del aislamiento de una ministra desautorizada, apartada por el propio Pedro Sánchez y por la Moncloa. Incluso este miércoles fue plantada por el presidente del Gobierno en el acto institucional por el 8 de marzo organizado por Igualdad, una situación que no había ocurrido durante toda la legislatura.
Yolanda Díaz e Irene Montero sí se dejaron fotografiar juntas, casi al final del pleno, cuando salían a las dependencias anexas al hemiciclo acompañadas por Enrique Santiago, líder del PCE y muy cercano a la vicepresidenta segunda. Pero también ha mantenido una relación personal muy cercana con la titular de Igualdad. Ni el equipo de Díaz ni el de Montero quieren aclarar el fondo y las formas de esta conversación. Fuentes parlamentarias deslizan que básicamente transcurrió entre Santiago y Montero. Díaz tuvo que atender al teléfono, apuntan.
De fondo late, además, el pulso entre Podemos y Díaz para forjar una candidatura conjunta de cara a las elecciones generales. La vicepresidenta segunda ha comenzado a escenificar con gestos el deshielo con los morados y estos han rebajado las críticas a la impulsora de Sumar, pero el hecho de que no contemple cerrar el pacto antes de las elecciones del 28-M, cuando las encuestas vaticinan un serio retroceso a Podemos, aviva sus recelos.
En UP la defienden: "Si ella hubiera negociado, el resultado sería otro"
Por su parte, en Unidas Podemos también hay quienes defienden que Díaz tenía muy poco margen para actuar: "Si ella hubiera negociado, el resultado sería otro, apuntan". Aseguran que, desde el principio, la vicepresidenta segunda se alineó a la interna con Montero, aunque a la externa no pudiera ser más explícita. Defienden su papel y mantienen que el enfado con el PSOE es mayúsculo, como sostienen los socialistas a la inversa.
No obstante, piden dar margen a la negociación, y reclaman esperar tiempo a que la situación se asiente. La resaca del enfrentamiento ha hecho mella en los dos socios de Gobierno, pero en Unidas Podemos insisten en esperar a la negociación en comisión, a la entrada de otras fuerzas en la negociación, para intentar buscar pactos. Nadie espera que Montero ceda, pero tampoco se atreven a aclarar qué papel podrá jugar Díaz en esta nueva fase.
"Lo que está en riesgo en este momento no es el Gobierno de coalición, son los derechos de las mujeres", afirmó la ministra de Igualdad en los pasillos del Congreso. Montero reprochó al PSOE que "haya dado la mano" al PP para iniciar un camino "que puede llevarnos a volver al Código Penal de La Manada". "El PSOE no ha querido sentarse a buscar un acuerdo, es faltar a la conquista que las mujeres han hecho en la calle", la conquista de situar "el consentimiento en el centro del Código Penal, y eso es lo que ahora mismo hay que defender". El PSOE llamaba a bajar el tono, Montero mantenía posiciones... y, solo unos minutos antes, Díaz había vuelto a pedir "responsabilidad a todas".
"Vuelvo a decir que nunca debimos haber llegado hasta aquí, y le pediría a todo el mundo que sea responsable". Yolanda Díaz reeditó este mismo miércoles las palabras que había pronunciado escasas horas antes, quedándose al margen de la batalla entre el PSOE y Unidas Podemos en el Congreso de los Diputados a cuenta de la reforma del sí es sí. "Creo que nunca tendríamos que haber llegado hasta aquí", dijo. El rol de pacificadora de la vicepresidenta segunda, que apela a la responsabilidad y a huir de reproches cruzados, ha sido cuestionado en varias ocasiones por Podemos, pero ahora, además, ya es criticado públicamente por el PSOE. Su rol de bisagra entre las dos fuerzas del Ejecutivo se ha diluido tras la polémica por la ley Montero.