El Gobierno estudia bajar el IVA a productos seleccionados de la cesta de la compra

El Ministerio de Hacienda se está planteando rebajar el IVA a determinados productos básicos de alimentación a partir del 1 de enero de 2023. Según fuentes cercanas a la titular de este departamento, María Jesús Montero, se están discutiendo en el seno del Gobierno diferentes medidas "complementarias" para actuar contra el encarecimiento de la cesta de la compra, reconociendo que la "más efectiva" para cumplir el objetivo de reducir la inflación pasa por una bajada de los impuestos indirectos. En esta línea, "se está estudiando" por parte de los técnicos, según añaden las mismas fuentes, una rebaja del IVA a productos seleccionados que ahora mismo tienen un tipo del 10%. La medida, en caso de que finalmente vea la luz, al tratarse de una de las más prioritarias ahora mismo para el Ejecutivo en la lucha contra la inflación, se incorporaría en el tercer paquete anticrisis contra las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania que se llevará al Consejo de Ministros del próximo martes.

La bajada del IVA en alimentación a un tipo superreducido del 4% se acotaría a una lista de productos básicos seleccionados como el aceite, el pescado o la pasta, siguiendo el modelo luxemburgués. Se trata del marco de referencia al que se ha aludido desde el Ministerio de Agricultura y que su titular, Luis Planas, incluso habría comentado en el último consejo de ministros del ramo en Bruselas. Desde la cartera de Economía, que dirige la vicepresidenta Nadia Calviño, y también en Hacienda se habían puesto objeciones en un principio a una actuación sobre el IVA de la alimentación, al considerar que el margen fiscal era escaso.

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Estas resistencias se han ido reduciendo al rechazarse una bajada generalizada y por el convencimiento de que otras acciones no son técnicamente aplicables, como utilizar el modelo de descuento de 20 céntimos en el litro de carburantes para la alimentación o topar los precios. Ambas medidas han servido para reducir la inflación del gas, la electricidad y los carburantes, según destacan desde el Ejecutivo, aunque en el caso de la cesta de la compra solo encajarían otras también implantadas en la luz y el gas, como la bajada de impuestos. "Tenemos que elegir las más efectivas", trasladan desde la parte socialista del Gobierno, en referencia a las distintas fórmulas que están barajando para reducir el impacto en la cesta de la compra de la subida de precios.

La medida "más efectiva" para atajar la inflación en los alimentos pasa por una bajada de los impuestos indirectos

El tope del precio de los alimentos chocaría con las reglas de libre competencia, recuerdan desde Hacienda, mientras que un descuento como en el caso de los carburantes es una fórmula compleja si no se quiere dejar fuera al comercio de proximidad. De hecho, se rebajan también las expectativas, a la búsqueda de acuerdos con grandes superficies de alimentación y distribuidoras para pactar rebajas en la cesta de la compra. Una de las propuestas de la vicepresidencia segunda y que Yolanda Díaz viene tratando de negociar desde el pasado mes de septiembre. La parte socialista del Ejecutivo coincide también en descartar que se cree una tasa sobre los beneficios de las distribuidoras de alimentación, como se ha pedido desde Derechos Sociales.

La bajada del IVA es una de las medidas en que ha insistido el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. Fuentes del Gobierno ironizan que si se la apropiase, de incluirse en el decreto, como en el caso de la bajada del IVA de la luz que también reclamó en su día y acabó incorporando el Ejecutivo, el PP debería garantizar su voto a favor de la convalidación.

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El denominado cheque familias o cheque alimentario es la propuesta que más se ha abierto camino para ayudar a las familias a combatir el alza de precios. Se trataría de ampliar el cheque de 200 euros ya incluido en el actual decreto, que caduca el 31 de diciembre, para que llegue a más familias y aumente su cuantía. Si bien se reconoce que esta medida no actúa contra la inflación, sí se entiende que ayudaría a las familias a suavizar el impacto de la subida de precios. Pese a la moderación de la inflación, hasta situarse en el 6,8% el pasado mes de noviembre, la cesta de la compra sigue con un incremento de precios disparado, superior al 15% interanual.

Desde Podemos, han cifrado este cheque en una horquilla que va de los 300 a los 500 euros, que proponen extender hasta siete millones de hogares (aquellos que no superen los 42.000 euros de renta anual). No sería finalista para facilitar técnicamente esta ayuda, aunque se justifica como una compensación por la subida de precios.

Se mantendrá la gratuidad de los abonos para trenes de cercanías y media distancia en 2023

Lo que está prácticamente descartado por el Gobierno es el mantenimiento del descuento a los carburantes, por la moderación de los precios del petróleo. La corrección del precio del barril y las previsiones de que se mantenga se utilizan como argumento para anticipar la retirada de esta medida, con un coste de 6.000 millones de euros y con un carácter regresivo. El socio minoritario del Ejecutivo ya mostró reticencias con el modelo de bonificación a los combustibles por su carácter generalista, sin diferenciar rentas ni sectores. Con todo, desde Hacienda remarcan las dificultades técnicas de sectorializar estas ayudas.

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Sí se mantendrá la gratuidad de los abonos para trenes de cercanías y media distancia. En los presupuestos de 2023, se ha incluido una partida de 700 millones de euros en esta línea. A partir de enero, serán igualmente gratuitos los abonos para los autobuses de larga distancia que forman parte de la red de concesiones del Estado. Asimismo, se extenderán hasta el 31 de diciembre de 2023 el tope del 2% a la subida del precio de los alquileres y el incremento del 15% para las pensiones no contributivas, que perciben cerca de 400.000 personas.

En la Moncloa, se muestran satisfechos con los efectos en los precios de la energía de medidas como la denominada solución ibérica y la bajada del IVA en el gas y la electricidad. Una contención de precios que ahora han logrado complementar con un acuerdo en Bruselas para topar el gas. De ahí que ahora, para seguir luchando contra la inflación, se ponga la alimentación en el punto de mira, al tratarse del nuevo gran motor del IPC.