Yolanda Díaz cumple tres días en silencio mientras Podemos exprime la coartada del victimismo

Silencio el martes. Silencio el miércoles. Silencio el jueves. El mutismo de Yolanda Díaz, que ha evitado mojarse con la crisis de la ley del solo sí es sí, ya no sorprende a Podemos. El partido morado ha decidido apuntalar sus posiciones en apoyo a la ministra de Igualdad, Irene Montero, a pesar de que en su espacio político crecen las voces críticas con la actuación de la dirigente. Montero rechaza cualquier cambio en lo que fue su proyecto estrella y señala la responsabilidad de sus compañeros del Consejo de Ministros en el fiasco de la reducción de penas a consecuencia de la aplicación de esta norma.

Díaz, que acostumbra a prodigarse en los medios de comunicación, lleva desde que estalló esta crisis sin hacer declaraciones. Muy activa en redes sociales, este jueves las usó como altavoz de su conversación con el presidente de Argentina, Alberto Fernández. El jueves hizo lo propio para vender su diálogo con Juan Andrade y Xavier Domènech. No ha dicho una palabra sobre esta crisis y su equipo se ha limitado a pedir “prudencia”.

Aunque no sorprenda, y algunos hasta ironicen con estar “acostumbrándose”, en Podemos enfada que Díaz no haya arropado a Montero en el momento en que más cuestionada se ha visto en tres años de legislatura. Hay voces en la cúpula de la formación que sienten esta ausencia en los “momentos difíciles”, mientras que otras muy cercanas a la dirección sacan pecho porque Podemos “siempre ha salido a defender a cualquier persona que estaba siendo tratada injustamente”: "Fuera Ada Colau, Mónica Oltra, José Luis Ábalos o Pedro Sánchez. Quien fuera".

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“Que haya ministros que callen cuando están atacando injustamente a Irene Montero, de quien habla es de quienes guardan silencio”, abundan. Es lo que Pablo Iglesias, ex secretario general del partido morado, ha denunciado en redes sociales como la “cobardía” de una parte del Gobierno, a la que no cita por su nombre.

Ni Izquierda Unida ni los comunes han salido a arropar a Montero este jueves. Y tampoco hay previsión de que vayan a hacerlo. Distintas fuentes del espacio confederal interpretan que Podemos está inmerso en una huida hacia adelante, reforzando cada vez más la lógica del “conmigo o contra mí”, operando en un marco mental “paranoico”. Y jugando la carta del “victimismo”, afirman.

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Inmersos en esta estrategia, en su espacio político hay voces que ya asumen que seguirán bunkerizados en sus posiciones, que pasan por señalar que todos los efectos no deseados de la nueva ley son atribuibles al mal criterio de los jueces, o a su mala voluntad. En este escenario, hay quienes advierten de que el goteo de reducciones de penas debidas a “su ley” continuará y no podrán rebatir esta realidad. Este jueves, Montero pidió a la Fiscalía que unifique criterios de interpretación cuanto antes, mientras que sus menguantes apoyos reivindicaban en redes la actuación de la Audiencia Provincial de La Rioja: revisó 54 casos, sin modificar una sola condena.

Es uno de los ejemplos que enarbolan reiteradamente para defender sus posiciones, pero en su espacio se preguntan cuánto tiempo podrán mantenerlas. “En el momento en que flaqueen, están muertos”, afirman. Por lo pronto, y más allá de la batalla del relato sobre la ley, de cómo queden retratados de cara al conjunto de la sociedad, el discurso Podemos contra el mundo puede serles útil para un público mucho más reducido: su potencial electorado, los votantes más a la izquierda, que podrían dudar entre los morados o la futurible candidatura de Díaz, en el caso de que concurran a las elecciones cada uno por su lado.

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Ese “victimismo”, esa denuncia de que “todos están contra ellos”, “no les va tan mal”, aseguran en su espacio. “Buscan cohesionar internamente, decir que Yolanda, sobre todo, es de derechas”. Es un modo de reivindicarse una vez más como la izquierda “sin domesticar” —que diría Iglesias—, la que no tiene miedo de decir “la verdad”, de nuevo en palabras del histórico líder del partido.

Y, siguiendo esa estrategia, Podemos ha criticado las palabras de Mónica García, líder de Más Madrid, que les reclama rectificar sus posiciones sobre la ley del solo sí es sí. “Estas son las cosas que hacen daño realmente al feminismo”, aseguraba Carolina Alonso, al frente del grupo morado en la Asamblea de Madrid. “La portavoz madrileña del partido de La Sexta se acaba de pronunciar sobre la ley solo sí es sí. Ninguna sorpresa”, tuiteó Juan Manuel del Olmo, uno de los dirigentes morados más cercanos a Iglesias en su día.

"¿Van a dimitir los cinco ministerios que avalaron la ley?", ironizan desde el entorno de Montero

Al menos una parte de la dirección morada (también algún dirigente de IU) se muestra convencida, dentro y fuera de cámara, de la validez de sus argumentos. Citan el artículo de opinión del catedrático de Derecho Penal Manuel Cancio en El País, en defensa de sus argumentos, y recuerdan que hasta cinco departamentos dieron su aval a la ley. “¿Van a dimitir los cinco ministerios?”, ironizan.

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Este jueves, además, la que fuera jefa de Gabinete de Montero hasta que la ministra la defenestró tras las elecciones andaluzas de junio de 2022, Amanda Meyer, defendía que la norma es “un cambio de paradigma en el enjuiciamiento de los delitos sexuales”, que las feministas reclaman “una política criminal racional y proporcional”, y que la violencia sexual no solo se combate con leyes penales.

Hay aún algunos matices en el espacio político, pero no suelen permear a la dirección de Podemos. Montero sí alude a menudo a la importancia de trascender el enfoque punitivista, pero también se reitera, día a día, en su diagnóstico: la culpa es de la aplicación de la ley que hacen los jueces. Mientras tanto, Díaz sigue muda.