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Podemos encumbra a Irene Montero como su líder para combatir el veto de Yolanda Díaz
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Relación gélida entre las dos ministras

Podemos encumbra a Irene Montero como su líder para combatir el veto de Yolanda Díaz

Los morados reclamarán un puesto destacado en las listas de Madrid para la ministra de Igualdad, su mayor activo político, cuyo protagonismo reforzarán a fin de vencer el pulso con Díaz en la futura negociación

Foto:  Las ministras de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz (i); Igualdad, Irene Montero (c); y de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra. (EFE/Mariscal)
Las ministras de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz (i); Igualdad, Irene Montero (c); y de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra. (EFE/Mariscal)
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Irene Montero es el principal activo político de Podemos. El rostro de las leyes cuya maternidad pueden atribuirse, casi en exclusiva, la ministra con carné morado más conocida y visible dentro del Gobierno de coalición. Montero acapara todos los focos en mitad de la ofensiva liderada por el exsecretario general, Pablo Iglesias, contra la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y ante la ausencia de la actual líder del partido, Ione Belarra. Desde hace casi año y medio, tras la marcha de Iglesias, Montero se ha convertido en la principal referencia de su espacio.

El pasado domingo, tras un discurso con tintes de candidata en la Universidad de Otoño, cuando Iglesias ya había abierto fuego contra Díaz, Montero se mantuvo al margen de la polémica. Pero en paralelo, su partido —y la plana mayor de la cúpula— difundían por redes sociales un vídeo en el que la ministra de Igualdad era el centro de todo. Era el inicio, el hilo conductor y el final del montaje, con su imagen y con su voz. La protagonista indiscutible de una grabación salpimentada con música épica y que compartieron desde el perfil oficial de Podemos Sevilla en la red social Twitter, refiriéndose a Montero como “presidenta”, para desconcierto de la dirección estatal.

Foto: El exvicepresidente del Gobierno y exsecretario general de Podemos y actual presidente del Instituto República y Democracia Pablo Iglesias. (EFE/Mariscal)

La pugna con la impulsora de Sumar de cara a las elecciones generales no va (hoy) de ideas, sino de puestos en listas electorales; Podemos reclama negociar una coalición de tú a tú con Díaz, repartirse los puestos de salida en unas hipotéticas papeletas en las que exigirán contar con Montero en un puesto muy destacado. Distintas fuentes de la dirección explican que no han abordado formalmente el debate —a esto se suma que, primero, Podemos debe hacer primarias—, pero los dirigentes cuestionados sí asumen que la ministra debería tener un puesto muy destacado en la lista por Madrid. Como elemento extra de complejidad, la comunicación entre Díaz y Montero es escasa; sí se da entre la vicepresidenta segunda y Belarra, pero no tanto con la ministra de Igualdad.

Tradicionalmente, los cabezas de lista de partidos nacionales suelen ocupar el primer puesto por Madrid; Montero fue número dos por la capital en las elecciones de noviembre de 2019, Belarra número uno por Navarra y Díaz hizo lo propio por Pontevedra. Enrique Santiago, líder del PCE, cercano a la vicepresidenta segunda y el único dirigente del espacio Unidas Podemos que ha criticado públicamente las palabras de Iglesias, fue número tres en Madrid, y su proximidad a Díaz permite augurar que no se alejará de estas posiciones.

Foto: La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz (c), presenta Sumar Navarra. (EFE/Villar López)

A eso se suma que dirigentes morados del peso de Rafa Mayoral también han ido en las mismas listas (quinto). Esta situación representa las aristas más afiladas en todas las negociaciones de coalición, y por mucho que Díaz y Podemos logren rebajar la tensión en los próximos meses, todos asumen que será una labor titánica. Después tocará sentar las bases del proyecto político, algo que se antoja menos complicado, pero no exento de trampas.

En plena pugna con la vicepresidenta segunda, además, fuentes cercanas a la dirección reconocen que les ha “llamado la atención” el rol central asumido por Montero —y reforzado por el partido—, con el líder histórico de Podemos ejerciendo de poli malo, y la secretaria general de baja por maternidad. Oficialmente, aseguran que no se ha tratado esta cuestión en los órganos de dirección y formalmente nadie quiere hablar de la ministra de Igualdad como posible candidata. Pero estas fuentes ven en el perfil que ha ido construyendo una salida para el futuro: “Tenemos alternativa”.

Montero fue portavoz en el Congreso antes que ministra, y estuvo a punto de sustituir a Iglesias —vetado por el PSOE— como vicepresidenta, en el primer ensayo de una coalición de Gobierno, antes de la repetición electoral de noviembre de 2019.

Foto: La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, conversa con la ministra de Igualdad, Irene Montero. (EFE)

La ministra de Igualdad ha estado en todas las ternas como posible sucesora de Pablo Iglesias, y un exintegrante del núcleo duro del entonces secretario general afirma que a finales de 2019 estudiaron seriamente proponerla como líder en la tercera Asamblea Ciudadana (Vistalegre III, en mayo de 2020, ya en el Gobierno), en la que acabó presentándose —e imponiéndose— Iglesias. Su perfil de comodín le ha permitido adaptarse a distintos puestos institucionales o en el partido, pero siempre en primera línea.

De hecho, la “omnipresencia” de Iglesias en su día dificultaba el reemplazo, como asegura un veterano exdirigente, pero su actual foco tampoco le “viene bien” a Montero si finalmente quiere presentarse. Como elemento de presión, por lo pronto, presumen de su capital político. Díaz puede atribuirse banderas como la reforma laboral, pero Montero puede hacerlo con normas que son fundamentalmente atribuidas a Unidas Podemos.

Foto: Tania González, Carolina Bescansa, Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón y Luis Alegre. (Reuters/Juan Medina)

La ley del 'solo sí es sí' ha sido una de sus apuestas más firmes, y la batalla que se avecina con el PSOE refleja hasta qué punto es determinante aprobar la ley trans. Si no logran pactar una ley de vivienda que incluya buena parte de sus exigencias —la negociación con los socialistas tampoco avanza—, y Díaz se envuelve en las banderas de la reforma laboral o los ERTE, las leyes de Igualdad son su mayor capital.

Y, en esa pugna con la vicepresidenta segunda, Podemos aprovechó el domingo para lucir algunos de sus apoyos a nivel internacional, ya sea en la UE o en América Latina. Son cartas con las que quieren enfrentar a una política que, aprovechando la plataforma de la vicepresidencia segunda —y el Ministerio de Trabajo—, ha ido estrechando lazos en distintos países de la UE, pero que también ha tratado de hacerlo con presidentes como el chileno Gabriel Boric. Montero, de visita a Argentina y Colombia estos días, presume de apoyos internacionales en las redes sociales. Todo cuenta para reforzar sus posiciones negociadoras, y más en momentos de máxima tensión.

Hoy por hoy, el enfado con Díaz es mayúsculo en la dirección morada. Se muestran convencidos de que no va a darse un escenario de ruptura, pero también se sienten identificados con las críticas planteadas por Iglesias; en lo que toca a la necesaria “firmeza” de Podemos “respecto del bipartidismo”, en su reclamación de “lealtad” a la vicepresidenta y en lo referido a los “desplantes” que Díaz ha hecho a un partido “que la puso ahí”, y que “ya tenían el vaso de su paciencia rebosando”. Muy pocos se atreven a hablar de un plan B, porque no quieren ni imaginar que acabe siendo necesario.

Irene Montero es el principal activo político de Podemos. El rostro de las leyes cuya maternidad pueden atribuirse, casi en exclusiva, la ministra con carné morado más conocida y visible dentro del Gobierno de coalición. Montero acapara todos los focos en mitad de la ofensiva liderada por el exsecretario general, Pablo Iglesias, contra la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, y ante la ausencia de la actual líder del partido, Ione Belarra. Desde hace casi año y medio, tras la marcha de Iglesias, Montero se ha convertido en la principal referencia de su espacio.

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