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PSOE y Podemos presionan a Yolanda Díaz y abren la puerta a la opción alemana
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SUMAR no despega

PSOE y Podemos presionan a Yolanda Díaz y abren la puerta a la opción alemana

Los socialistas, menos amables con la ministra de Trabajo, y una izquierda que no confía en la potencia electoral de Sumar añaden tensión en un espacio electoral que cada vez está más cerca de configurarse con tres partidos

Foto: La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz (c), visita el antiguo teatro La Benéfica de Infiesto, en Oviedo. (EFE/J.L. Cerejido)
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz (c), visita el antiguo teatro La Benéfica de Infiesto, en Oviedo. (EFE/J.L. Cerejido)
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Yolanda Díaz ha sufrido varios reveses en los últimos días. El primero fue simbólico, en el Congreso, con una intervención de Nadia Calviño​ en contestación a Iván Espinosa de los Monteros que fue jaleada por la izquierda. Las palabras y la actitud combativa de la ministra de Economía fueron interpretadas como parte de la decisión del PSOE de ganar simpatías por el lado izquierdo. O, dicho de otro modo, como fruto de la decisión de Pedro Sánchez de taponar el margen de maniobra que había estado cediendo a Díaz. Los socialistas se sumaron rápido a esa interpretación y trasladaron informalmente que el presidente se había cansado de la ministra de Trabajo y que las relaciones entre ambos no eran nada buenas. Desde el equipo de la vicepresidenta niegan esa versión, que tildan "de parte", ya que "las relaciones son bastante buenas y se pudo ver ese mismo día con los gestos entre ambos". Entienden que una cosa son los vínculos con Sánchez, satisfactorios, y otra los existentes con Ferraz.

Un golpe más complicado de encajar, sin embargo, fue el de la ley de vivienda. Es una de las banderas de Díaz por su relación directa con un votante juvenil al que quiere dar prioridad. No se ha podido llegar a un acuerdo en ese terreno, que era estratégico para Sumar, y Sánchez ha anunciado que negociará la ley con ERC y con Bildu. Como señalaba Josep Martí, la vivienda es el caramelito que aprovechará Esquerra para acentuar su perfil izquierdista. Dado que los nuevos interlocutores serán las izquierdas nacionalistas, son las que podrán lucir la bandera roja si la ley finalmente se aprueba.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Al mismo tiempo, la tirantez con sus socios se ha incrementado. El tuit de Pablo Echenique sobre Defensa, en el que pone de relieve las distintas posiciones sobre el asunto, y que tuvo un carácter de amenaza velada ("que fue rectificado después por los suyos", aseguran desde el equipo de Díaz), fue un paso hostil más en esa guerra cruenta que está viviendo la izquierda del PSOE.

El plan B de Moncloa

Más allá de las diferencias visibles, están las subterráneas. El plan de Díaz es esperar a las municipales y autonómicas, implicarse lo menos posible en ellas, salvo en aquellos territorios en los que una opción tenga visos de ser exitosa, y tejer mientras su plan de país a partir del cual relanzar su figura y su espacio político tras dichas elecciones. Hay que constatar que un mal resultado de las izquierdas permitiría a Díaz mostrar públicamente los males de la fragmentación, realizar una llamada a la unidad y amparar bajo su paraguas ideológico lo que quede de la izquierda.

"El PSOE está dejando abiertas todas las puertas para decidir en función de Cataluña, los presupuestos y los pronósticos electorales"

Sus socios, y sin embargo enemigos, insisten en que, por más que esa sea la intención, no está en la mano de Díaz que así ocurra: el 'timing' se va a marcar desde Moncloa. "Sánchez tiene un plan A, que es agotar la legislatura, pero también un plan B, en función de cómo vaya la economía. Si las previsiones son malas, adelantará las elecciones generales y las celebrará junto con las autonómicas y municipales", aseguran fuentes de Podemos. La Moncloa niega que ese escenario se vaya a producir: "No es una posibilidad que hayamos valorado en ningún caso, cumpliremos íntegra la legislatura". Para la dirección de Podemos, no es una opción descartable: "El PSOE está dejando abiertas todas las puertas para poder decidir en función de Cataluña, los presupuestos y los pronósticos electorales". En otras palabras, están señalándole a Díaz que su hoja de ruta puede que no tenga tiempo suficiente para desarrollarse y que el momento de tomar decisiones es ahora.

De modo que su papel en el Gobierno de España, que ha sido significativo y le ha generado capital político, puede ser menor a partir de ahora, y sus teóricos socios están confrontando con ella en exceso. Ambos movimientos reducen su espacio, lo que no sería inconveniente si la apuesta de la ministra de Trabajo estuviera cobrando auge electoral. No es el caso: el efecto Díaz no funciona en las encuestas. A pesar de que Sumar tenga todavía mucho recorrido y deba desvelar muchas cosas, y, por tanto, posea capacidad de recuperación, de momento los sucesivos anuncios relativos a la nueva formación no han mejorado en absoluto las perspectivas de voto. Y eso supone que los incentivos para que el PSOE no sea hostil o para añadir fuerzas a Sumar se reducen.

"Lo más probable es que se presenten a las elecciones tres izquierdas. Veo los puentes entre Montero y Díaz completamente rotos"

Lo más significativo en la izquierda, no obstante, es que tales incentivos están comenzando a desvanecerse: "Lo más probable es que se presenten a las elecciones tres izquierdas. Veo los puentes entre Irene Montero y Yolanda Díaz completamente rotos", asegura un diputado de izquierdas español. Fuentes de Más País también creen posible que esa fragmentación de las izquierdas ocurra en muchos lugares de España en las autonómicas y municipales. Si así fuera, las posibilidades de recomposición posterior serían mucho menores.

La opción alemana

No solo se trata de las tensiones personales: los motivos de la bifurcación poseen una variable ideológica y otra de posición electoral. La opción de Díaz posee vínculos claros con los verdes europeos y su intención es construir un espacio de esa clase en España: ecologista, feminista y con carácter social. Ese posicionamiento, además, le permitiría jugar una baza evidente como complemento del Partido Socialista de cara a un futuro Gobierno, porque son opciones que no se molestan: en realidad, ponen el acento discursivo en temas muy similares, aunque la intensidad sea diferente. Sumar podría actuar como perfecto complemento electoral de los socialistas, ya que recogería ese electorado joven, urbano y formado que se ha alejado del PSOE. Es cierto que, de ser exitosa en exceso, tendría efectos negativos para los socialistas, ya que en muchos lugares competirían por la misma clase de electorado y lo que uno ganase sería a costa del otro. En Ferraz son conscientes de esta dificultad, y por eso tratan de marcar distancias.

No obstante, una opción electoral de ese tipo dejaría fuera a buena parte de los votantes de izquierda que tradicionalmente no votan al PSOE, que tampoco se sentirían atraídos por Díaz. Y desde Podemos atisban la posibilidad de jugar un papel importante en ese espacio. Dado que prevén que los tiempos que vienen van a ser complicados económicamente, que el descontento puede llegar a las calles y que puede haber agitación social, se abriría una oportunidad para que una izquierda alejada de Díaz y del PSOE jugase un papel. Se abre así la puerta a la opción de la izquierda alemana, con tres partidos en tres ámbitos electorales e ideológicos diferentes: SPD, Verdes y Die Linke tendrían aquí su versión con PSOE, Sumar y lo que saliera de Podemos y de IU.

Si la crisis avanza como consecuencia de la guerra, el descontento político con la posición europea cobrará intensidad

La guerra de Ucrania puede ser un factor añadido en ese sentido si el conflicto bélico se enquista y las consecuencias económicas para España son duras. El mitin de Enrique Santiago en la fiesta del PCE señaló una posición muy distinta a la de Díaz, pero era esperable, dado el contexto. Sin embargo, que Conte haya obtenido buenos resultados en Italia con posiciones de izquierda que no contemporizan con la guerra, o que Mélenchon haya conseguido lo mismo en Francia, hace pensar a sectores de la izquierda que esa es una carta que se puede jugar de manera clara. Si la crisis avanza, será el momento de que el descontento con la posición europea frente a Ucrania cobre intensidad social, y en ese espacio podrían posicionarse de un modo diferenciador.

Estos meses son de indefinición a la izquierda del PSOE por diferentes factores, pero también por la dificultad de Sumar de ir generando ilusión electoral. Desde IU no descartan incluso que si las perspectivas no son buenas, Díaz termine por no presentarse ("No va a ir para perder", aseguran fuentes de la formación), y desde Podemos señalan que todo es posible: "Es una decisión de Yolanda y, como ha dicho ella misma, hasta la fecha no está tomada". En todo caso, la posibilidad de las tres izquierdas electorales cada vez está más cercana.

Yolanda Díaz ha sufrido varios reveses en los últimos días. El primero fue simbólico, en el Congreso, con una intervención de Nadia Calviño​ en contestación a Iván Espinosa de los Monteros que fue jaleada por la izquierda. Las palabras y la actitud combativa de la ministra de Economía fueron interpretadas como parte de la decisión del PSOE de ganar simpatías por el lado izquierdo. O, dicho de otro modo, como fruto de la decisión de Pedro Sánchez de taponar el margen de maniobra que había estado cediendo a Díaz. Los socialistas se sumaron rápido a esa interpretación y trasladaron informalmente que el presidente se había cansado de la ministra de Trabajo y que las relaciones entre ambos no eran nada buenas. Desde el equipo de la vicepresidenta niegan esa versión, que tildan "de parte", ya que "las relaciones son bastante buenas y se pudo ver ese mismo día con los gestos entre ambos". Entienden que una cosa son los vínculos con Sánchez, satisfactorios, y otra los existentes con Ferraz.

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