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La pinza Sánchez-Díaz alienta la salida de los ministros de Podemos del Gobierno
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La coalición convulsiona por Defensa

La pinza Sánchez-Díaz alienta la salida de los ministros de Podemos del Gobierno

Los morados acusan al PSOE de ocultarles la subida del gasto militar y llaman a movilizarse por la ley de vivienda. La Moncloa señala que su interlocutora es la ministra de Trabajo, que se reunió con Sánchez antes del Consejo de Ministros

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
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Empezó la mañana con un horario poco conciliador para anunciar el acuerdo de presupuestos entre las dos almas del Gobierno. A las 6:50 llegaba un aviso a los periodistas de que había fumata blanca entre el PSOE y Podemos. Lo siguiente fue una imagen de Pedro Sánchez junto a Yolanda Díaz. Relajados en los sillones de la Moncloa en ambiente distendido e intercambiando sonrisas. La noche había sido larga para cerrar unas cuentas que para el presidente son fundamentales de cara al último año de legislatura, en que se juega la reelección. El 'win-win' que hizo famoso Iván Redondo había vuelto tras varios tropiezos. Sánchez no solo lograba encaminar los presupuestos, sino que los morados habían traspasado todo lo que hasta la noche anterior eran líneas rojas: el gasto de Defensa se aumenta en un 25,8% y la ley de vivienda queda fuera de la negociación.

“Paz por territorios”. Con esta frase resumía un veterano socialista el acuerdo que se había sellado con Yolanda Díaz. El PSOE considera logrados todos sus hitos a cambio de dejarle a ella el relato. “Siempre les ha preocupado más contar las cosas que las propias cosas”, insiste la misma fuente. La entrevista de la vicepresidenta segunda en la Cadena SER en la noche del lunes quejándose de la falta de disposición de los socialistas no sentó bien, al entender que era una “sobreexposición innecesaria”, pero al día siguiente estaba olvidado. Tanto es así que se le permitió a Yolanda Díaz desgajar en las redes las claves de los “presupuestos más sociales” mientras la titular de Hacienda, María Jesús Montero, acudía con su libro de las cuentas bajo el brazo.

¿Qué había cambiado? Sánchez estuvo reunido, según han confirmado a El Confidencial fuentes gubernamentales, con Yolanda Díaz antes del Consejo de Ministros. Se pactó la escenografía, pero también la idea de trasladar que la coalición goza de buena salud. El mensaje era dar estabilidad ante una situación económica complicada. Acabar con la imagen de un Ejecutivo que se mueve a golpe de improvisación. Que en el argumentario los ministros de uno y otro color pudieran decir eso de “los que daban dos días a esta coalición…”.

La cordialidad duró poco. Pronto Podemos, que no Yolanda Díaz, empezó a percibir que había quedado como el derrotado. Pese a que la ministra Ione Belarra disimulaba poniéndose la medalla de los logros sociales, la espita del gasto en Defensa no tardó en arder. Acababa el día con el portavoz morado, Pablo Echenique, acusando a los socialistas de ocultarles el incremento en material militar y amenazando con romper la coalición. Desde hace meses, lleva barajándose en qué momento deben saltar del barco los ministros de Pablo Iglesias. Y será una constante hasta las próximas elecciones. La relación con la 'heredera' es cada vez peor y las reticencias a una lista común de cara a las generales han llevado a los morados a buscar perfil propio. Una doble crisis había estallado.

Foto: Ione Belarra y Pablo Echenique, en el Congreso. (EFE/Javier Lizón)

El ruido vuelve a opacar las medidas. Una vez más, Podemos acusa al PSOE de mentirles. Fuentes socialistas aseguran que Yolanda Díaz conocía el detalle de las cuentas, por lo que no ocultan su sorpresa ante la “rabieta” de los morados. Asimismo, en el Consejo de Ministros no hubo ninguna intervención, ni de Ione Belarra ni de Irene Montero, mostrando su malestar con lo rubricado por Sánchez y la vicepresidenta. “Yolanda Díaz es la interlocutora que designó Iglesias cuando se fue. Nosotros hablamos con quien se nos dice”, ironiza un diputado socialista. Belarra había intentado negociar en paralelo algunos asuntos con el PSOE, dejando al margen a la presunta jefa de filas.

La guerra entre Podemos y la impulsora de Sumar es la segunda derivada. El entorno de Yolanda Díaz se afanaba en justificar que la parte del león del incremento de Defensa quedaría fuera del techo de gasto, como pactaron hace dos meses con los socialistas. En el relato, ponían el énfasis en que el crecimiento del 6% del presupuesto de Defensa, destinado fundamentalmente a la subida salarial del personal de tropa y marinería, era menor que el que percibirán el Ministerio de Derechos Sociales, con una subida cercana al 18%, o Igualdad, con un 14% más. Pero escondía el truco contable: el aumento de la inversión en programas especiales de modernización de armamento.

A Podemos no le servían estas explicaciones. Hay enfado tanto con Yolanda Díaz como con Sánchez. Fuentes cercanas a los morados reconocen que la tensión entre Belarra y Yolanda Díaz es máxima. Sienten que negocia para su causa. En el caso de Sánchez, el reproche pasa por que entienden que se ha trasladado “quién manda”. Incluso la ministra de Hacienda lo recalcó: “El presidente es el máximo responsable de las cuentas públicas”.

ERC desacredita a Díaz como interlocutora y venderá caro su apoyo a las cuentas

Ahora decide Iglesias. Una vez más, hay amago de dejar la bancada azul, pero en esto también estarían divididos los diferentes actores. Yolanda Díaz tiene su propia hoja de ruta, que pasa por demostrar su capacidad de gestión desde el Gobierno. A Belarra y Montero tampoco les interesa, pero dependerá de lo que el exvicepresidente considere que es mejor para el futuro electoral de la marca. De momento, han llamado a la movilización en la calle contra el PSOE a cuenta de la ley de vivienda, que esperan sacar adelante en próximas negociaciones con los socialistas. Demasiada incertidumbre. Con estos mimbres, el PSOE se siente fuerte. El plan es fagocitar al electorado de Podemos. En esta línea se enmarcan muchas de las medidas que se recogen en las cuentas. Sánchez ha robado el discurso a sus socios y está dispuesto a aguantar un nuevo chaparrón que acabará escampando “como siempre”, auguran fuentes socialistas.

También cuentan en la Moncloa que será duro el camino que queda por andar hasta que los presupuestos reciban la luz verde. Ahora empieza la negociación y ERC quiere vender caro su apoyo. Los republicanos esperarán a conocer el detalle, pero ayer ya mostraban sus reticencias y ponían en duda la capacidad de Yolanda Díaz: “Como haya negociado como lo hizo en la reforma laboral”, apostilla un diputado independentista. El Gobierno tiene su propia baza. Vaticinan que ERC necesitará arrancar partidas para Cataluña que demuestren que la Generalitat está centrada en gestionar más allá de los enfrentamientos con Junts. Abandonada la vía unilateral, hay que importar el modelo PNV, que pasa por llenar las arcas a cambio de votos. Sánchez es un experto en mayorías imposibles.

Empezó la mañana con un horario poco conciliador para anunciar el acuerdo de presupuestos entre las dos almas del Gobierno. A las 6:50 llegaba un aviso a los periodistas de que había fumata blanca entre el PSOE y Podemos. Lo siguiente fue una imagen de Pedro Sánchez junto a Yolanda Díaz. Relajados en los sillones de la Moncloa en ambiente distendido e intercambiando sonrisas. La noche había sido larga para cerrar unas cuentas que para el presidente son fundamentales de cara al último año de legislatura, en que se juega la reelección. El 'win-win' que hizo famoso Iván Redondo había vuelto tras varios tropiezos. Sánchez no solo lograba encaminar los presupuestos, sino que los morados habían traspasado todo lo que hasta la noche anterior eran líneas rojas: el gasto de Defensa se aumenta en un 25,8% y la ley de vivienda queda fuera de la negociación.

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