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"Nos falta valor para romper con el PSOE": nuevas tensiones en el Gobierno de coalición
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UNA IZQUIERDA SEPARADA DE SÁNCHEZ

"Nos falta valor para romper con el PSOE": nuevas tensiones en el Gobierno de coalición

La hoja de ruta de la separación entre el PSOE y UP marca el verano de 2023 como fecha propicia. Pero el cambio de las circunstancias hace que otras hipótesis vayan cobrando fuerza

Foto: Díaz, Sánchez y Calviño. (EFE/Fernando Alvarado)
Díaz, Sánchez y Calviño. (EFE/Fernando Alvarado)
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"Nos falta valor para romper con el PSOE". La contundente afirmación de un cuadro de Unidas Podemos resume el sentir de algunos de sus dirigentes y de buena parte de las bases de los partidos que componen la coalición. Las circunstancias que asoman por el horizonte son muy negativas y presagian equilibrios imposibles entre las políticas restrictivas que se anuncian y la acción de un ejecutivo progresista. "El debate sobre los presupuestos y el pacto de rentas van a ser problemas grandes, demasiado como asumirlos".

En ese escenario, se percibe una oportunidad de cambiar el mapa político: "El PSOE está bajando en las encuestas, y la única manera de impedir que la derecha siga avanzando es que crezca el espacio electoral que está a la izquierda del PSOE", aseguran desde IU. "Pero nada de esto está en la cabeza de Yolanda ni en la de Podemos, que van a tratar de negociar poder, simplemente".

Un cambio de rumbo forzado

Este tipo de argumentos encuentra una época que los favorece. La salida de la pandemia estaba tejida en términos favorables a las fuerzas progresistas. Junto con el impulso económico esperado tras una época de parón, los fondos no solo servirían para reactivar España, sino que lo harían desde una perspectiva idónea para la izquierda en el Gobierno: tendrían un destino verde y acelerarían la digitalización y la modernización del país. Además, Europa sería tolerante con las disfunciones deficitarias durante un tiempo, lo que dejaría un margen importante de maniobra hasta las elecciones. El programa europeo de salida de la pandemia estaba alineado con lo que Sánchez y Díaz promovían. Era una perspectiva de la que ya se habían beneficiado: el aumento del salario mínimo, así como muchos elementos de la reforma laboral estaban respaldados por Bruselas.

En el nuevo escenario, "no tiene sentido que tengamos un proyecto político complementario al del partido socialista"

Sin embargo, el momento es otro: con la inflación creciendo y las subidas de tipos previstas, con el Bundesbank exigiendo condicionalidad, y con la guerra de Ucrania de fondo, los planes previstos se desvanecen. El momento es geopolítico: lo ecológico está siendo supeditado a las necesidades nacionales, como ocurre en Francia y en Alemania, se habla de economía de guerra y se esperan tensiones fuertes en Europa. El apoyo de Bruselas al programa del Gobierno progresista será muy diferente.

En ese escenario, "no tiene sentido que tengamos un proyecto político complementario al del partido socialista". La idea de esa nueva izquierda, que vendría a añadir desde su espectro ideológico los votos que le faltarían a Sánchez, y que coincidiría en aspectos programáticos, carece ya de recorrido, señalan desde IU. "Yolanda Díaz está en malas condiciones desde que se inició la guerra de Ucrania, y estamos en un escenario que nada tiene que ver con el anterior", por lo que sería el momento de tomar otra dirección.

La hoja de ruta de la ruptura

La ruptura del Gobierno permitiría diferenciarse claramente de los socialistas, y favorecería el crecimiento electoral por su espacio. Máxime cuando van a tomarse medidas difíciles de digerir para una opción de izquierdas. Sin embargo, nada de eso está previsto: "A nadie le interesa ahora mismo romper el Gobierno", aseguran fuentes de UP.

Desde UP no van a forzar ninguna ruptura, ya que entienden que el proceso lógico será seguir en el Gobierno, al menos hasta después de las elecciones municipales y autonómicas: "Lo previsible es que todo estalle en verano de 2023, después de esos comicios", ya con las generales mucho más cerca. No obstante, la posibilidad de una ruptura no es descartable, pero se debería a elementos "psicológicos y personales. Por ejemplo, que haya una pelea que se nos vaya de las manos, ya que las cosas están muy tensas y las relaciones son muy malas".

La salida airosa consistiría en ser expulsados: "Prefieren que nos echen del Gobierno a que salgamos nosotros"

Las opciones, sin embargo, son más amplias. También existe la posibilidad, apuntan fuentes de UP, de "que Sánchez vea, en algún momento, que hay encuestas que le son favorables, rompa el Gobierno y convoque elecciones, aunque luego tendría que encontrar el relato adecuado". Y también se baraja que, en algún momento no lejano, Sánchez remodele Gobierno, mantenga a Díaz, Garzón y Subirats, y prescinda de las ministras de Podemos, lo que implicaría una tensión muy notable internamente. Podría ser la jugada del presidente para dar un golpe a su izquierda.

No obstante, señalan desde IU, también existe otro camino, el de permanecer en el Gobierno todo lo posible, pero desde una perspectiva más hostil cuando las cosas se pongan más duras y con una posición de confrontación, lo que permitiría una salida airosa, la de ser expulsados: "Parece que se prefiere que nos echen del Gobierno a que salgamos nosotros".

El nuevo papel de CCOO

El factor de tensión añadida puede venir de manos de los sindicatos, y en especial de CCOO. La sintonía de su dirección con Díaz ha sido notable, hasta el punto de que se había especulado con insistencia que Sumar fuera respaldada por CCOO, incluso que parte de sus candidaturas estuvieran conformadas por figuras públicas con alguna cercanía con el sindicato. Sin embargo, CCOO comenzó hace tiempo a marcar distancias por diferentes razones. Sus afiliados simpatizan con partidos diferentes, por lo que una apuesta decidida por Sumar estaría mal vista por muchos de ellos; los momentos que vienen son distintos a los precedentes, y es probable que el nivel de confrontación con el Gobierno aumente, también con la ministra de Trabajo; y si además la formación de Yolanda Díaz no despega con fuerza, será complicado mantener vínculos estrechos. Como resume gráficamente un dirigente sindical, "somos progresistas, pero la vaca por lo que vale".

Lo cierto es que, si se demandan mayores esfuerzos cuando "ya ha habido un ajuste de salarios vía inflación y se quieren tocar las pensiones", lo esperable es que la agitación de los sindicatos sea mayor, también vía manifestaciones y huelgas. Y eso pondría en una situación compleja y difícil a la ministra de Trabajo.

La salida del Gobierno, en esa tesitura, sería relevante, porque permitiría ejercer decididamente de oposición y buscar nuevos espacios electorales. Pero también es cierto que implicaría una perspectiva política distinta de la que han mantenido hasta ahora, y la izquierda del PSOE sigue actuando en la lógica previa a la inflación y la guerra de Ucrania. Continúa anclada en un mundo que ya no está presente. En ese sentido, permanecer o no en el Gobierno supone una decisión estratégica, por todo lo que implica. Y UP, con todos los partidos vinculados a ella, incluidos los afines a Díaz, solo ha sabido moverse en lo táctico.

"Nos falta valor para romper con el PSOE". La contundente afirmación de un cuadro de Unidas Podemos resume el sentir de algunos de sus dirigentes y de buena parte de las bases de los partidos que componen la coalición. Las circunstancias que asoman por el horizonte son muy negativas y presagian equilibrios imposibles entre las políticas restrictivas que se anuncian y la acción de un ejecutivo progresista. "El debate sobre los presupuestos y el pacto de rentas van a ser problemas grandes, demasiado como asumirlos".

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