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El PSOE tropieza el 12-J: no logra capitalizar el 'efecto Moncloa' ni la debacle de Podemos
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FERRAZ CREE QUE AGUANTA PESE A LA "OFENSIVA"

El PSOE tropieza el 12-J: no logra capitalizar el 'efecto Moncloa' ni la debacle de Podemos

El partido no rentabiliza la gestión del covid, de la que había sacado pecho, en Galicia y Euskadi. Sufre esta vez el sorpaso del BNG. En ambas gana un escaño y sube en porcentaje de voto

Foto: Gonzalo Caballero, candidato del PSdeG, este 12 de julio haciendo balance de las elecciones en Santiago. (EFE)
Gonzalo Caballero, candidato del PSdeG, este 12 de julio haciendo balance de las elecciones en Santiago. (EFE)

Ya parecía que la palabra 'sorpaso' había quedado desterrada del diccionario de los socialistas. La amenaza de un adelantamiento de Unidas Podemos había sido conjurada con el largo e intenso ciclo de 2019. Pero no. Regresa. No encarnado en los morados, sino en el BNG, el nacionalismo histórico gallego que resurge de sus cenizas y que aguó otra noche electoral en Ferraz. Porque el 12-J confirmó los gobiernos de Alberto Núñez Feijóo (PP) en Galicia y de Iñigo Urkullu (PNV) en Euskadi y dejó poco mejor a los socialistas en ambas comunidades, con prácticamente los mismos resultados que hace cuatro años (un solo diputado más en ambas comunidades) y con el agravante de que el PSdeG de Gonzalo Caballero es superado ampliamente por el BNG, tanto en votos como en escaños. El PSE de Idoia Mendia podrá continuar en la coalición gubernamental con Urkullu: ambos ahora sí suman mayoría absoluta, la que no tuvieron en 2016.

Foto: El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. (EFE)

El PSOE tropieza en estas autonómicas atípicas, las primeras bajo el efecto de la pandemia del covid-19. No llega a padecer un varapalo mayúsculo, ni de lejos, como sus socios de Unidas Podemos, pero tampoco atrae votos de sus socios en el Gobierno central, de cuyo hundimiento se benefician el BNG y EH Bildu. Ni tampoco se siente un efecto arrastre por ser Pedro Sánchez el inquilino de la Moncloa desde 2018. Los socialistas salvan los muebles, y quizá sea mucho decir vista la magnitud del retroceso de los de Pablo Iglesias en las dos comunidades y el castigo a la apuesta personalísima de Pablo Casado en Euskadi para la coalición PP+Cs, Carlos Iturgaiz. La dirección federal no podía estar satisfecha, y no lo estuvo, aunque atribuyó el discreto desempeño del partido, especialmente en Galicia, a la "tremenda ofensiva" de la derecha contra el Ejecutivo de coalición.

placeholder Los hemiciclos de Euskadi y Galicia tras las elecciones autonómicas del 12-J, con el escrutinio al 100%. (EC)
Los hemiciclos de Euskadi y Galicia tras las elecciones autonómicas del 12-J, con el escrutinio al 100%. (EC)

Estos comicios no provocarán ninguna hecatombe en Ferraz. Todo lo contrario de lo que sucedió en 2016, donde la debacle en Galicia y Euskadi fue el detonante de la defenestración de Sánchez como secretario general y la resolución de la gobernabilidad del país. Pero es evidente que las expectativas, fundamentales para evaluar una jornada electoral, no se han cumplido, ya que no ha habido una mejora sustancial, más allá de una ganancia en porcentaje de votos en las dos CCAA históricas y un escaño más en el caso del PSE de Idoia Mendia y, finalmente, también en el PSdeG de Gonzalo Caballero, gracias a un baile de un diputado a su favor en los últimos compases del recuento, arrebatado al PP.

El PSdeG cosecha los mismos 14 diputados de 2016, cuatro por debajo del BNG de Pontón, cuando esperaba fortalecerse como segunda formación


La peor noticia del 12-J se la llevan los socialistas de Galicia, el feudo inexpugnable que conservará Feijóo, con 41 escaños (48%), los mismos que en 2016. Con casi el 100% recontado, el candidato y secretario general, Caballero, logró 15 diputados, uno más que en las anteriores gallegas. El PSdeG cosechó 240.000 papeletas, el 19,38%, en torno a un punto y medio más. El cabeza de lista sentó a dos representantes más en Pontevedra —el bastión es Vigo, gobernado por su tío, Abel Caballero— y otro más en Ourense y perdió en cambio uno por A Coruña y otro por Lugo. Pero si hace cuatro años el PSdeG quedó tercero en votos pero empatado en parlamentarios con En Marea, ahora el bronce no tiene matices. Tercera fuerza en votos y también tercera en asientos en el Parlamento de Galicia, ya que el BNG con Ana Pontón asciende de manera fulgurante: de seis a 19 sillones (casi el 24%). Galicia en Común, la marca con la que se presentaba Podemos este 12-J, el relevo de En Marea, directamente sale de la Cámara autonómica, pero ninguna de sus 14 actas, todas en el sumidero, han ido a parar a los socialistas. Ninguna. Ni siquiera el empujón de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, la que más destaca de la parte morada del Ejecutivo de Sánchez, ha logrado hacer remontar las siglas.

Foto: El presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, ejerce su derecho al voto en el colegio Niño Jesús de Praga, en Vigo. (EFE)

El cambio del 5-A al 12-J

Caballero aspiraba a firmar un mejor resultado que el pobre del anterior cabeza de cartel anterior, Xoaquín Fernández Leiceaga. Porque en aquel momento, tanto este como Mendia tuvieron que hacer campaña en 2016 en medio de un intensísimo fuego cruzado en el PSOE. Ahora el partido habita en la Moncloa y ha salido vivo de la dificilísima gestión del covid, de la que Sánchez, presente en la campaña, y más aún su ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha sacado pecho.

El PSE de Mendia sube un escaño, pero las expectativas eran más altas. Sí recupera la posición de tercera fuerza, arriba de Elkarrekin Podemos

Las encuestas del 5 de abril, la fecha de los comicios que hubo de ser suspendida por el estallido de la pandemia, incluso acercaban al PSdeG a los 20 diputados, en una segunda posición indiscutible y con una posibilidad remota de arrebatar la Xunta a Feijóo. Pero el viaje del 12-J empezó peor, porque el presidente de la Xunta, según indicaban los sondeos, había logrado capitalizar la gestión del coronavirus. Caballero, además, vio cómo Pontón iba escalando, peldaño a peldaño, y los estudios señalaban que le pisaba los talones, que podía haber sorpaso. Lo hubo. De manera rotunda y sin paliativos. La oposición a Feijóo la protagonizará Pontón. El BNG, eso sí, está a años luz del PP, que le duplica en votos y escaños. Caballero atribuyó el resultado "insatisfactorio" del BNG al frenazo en la movilización del electorado progresista que provocó el covid-19, pero ahora se centrará en hacer una oposición "responsable" y "digna" para todos los gallegos.

Idoia Mendia: "Los socialistas vascos estamos muy satisfechos con el resultado"

En Euskadi, los socialistas experimentaron una ligerísima mejoría, pero más corta de lo esperado. Mendia gana un escaño (de nueve a 10 actas), y lo saca por Álava. También el PSE da un pequeño paso en porcentaje de voto, del 11,94% a cerca del 14%. Y, sobre todo, recupera la posición de tercera fuerza en el Parlamento de Vitoria, por detrás del PNV (31 parlamentarios) y de EH Bildu (22), dos fuerzas nacionalistas que claramente avanzan. El PSE supera, por tanto, a Elkarrekin Podemos, que se llevó la tercera plaza hace cuatro años. Ahora, la formación morada se queda con seis asientos, uno más que la suma de PP y Cs (los dos sufren un tremendo castigo de los electores), y la ultraderecha de Vox entra por primera vez en la Cámara autonómica, con uno de los suyos. La tónica, por tanto, se repite en el País Vasco: la poderosa bajada de los morados no es compensada con un aumento igual de potente de los socialistas. Y la estrategia dura de Casado con Iturgaiz ni le hace subir ni impide el acceso de la formación de Santiago Abascal.

Foto: Pedro Sánchez y el candidato socialista a la Xunta, Xoaquín Fernández Leiceaga, este 23 de septiembre. (EFE)

Mendia achacó el vuelo corto del PSE el 12-J a la participación, la "más baja" de la historia (del 60,02% de 2016 al 52,86% de este domingo). "La abstención juega en contra de nuestro partido, pero no nos ha cambiado la hoja de ruta". La líder y candidata de los socialistas vascos adelantó que su formación estará "a la altura del momento". "Vamos a utilizar cada papeleta en reconstruir económica y socialmente Euskadi. Vamos a cumplir nuestra palabra, como siempre. La responsabilidad de tomar la iniciativa le corresponde al PNV, pero la responsabilidad del PSE será que haya una orientación progresista en todas las políticas que se impulsen en Euskadi, estemos en el Gobierno o en la oposición", sostuvo. Una indicación clara de que el PSE negociará una nueva coalición de gobierno con el gran triunfador de las elecciones del 12-J: el PNV, que gana tres escaños (de 28 a 31). Ambas fuerzas suman, ahora sí, mayoría absoluta, con lo que podrán gobernar sin dificultades. Por cierto, la alternativa de izquierdas con la que soñaba Elkarrekin Podemos —sumar con PSE (10) y Bildu (22)— llega por los pelos al umbral necesario de los 38 parlamentarios, pero esa es una coalición imposible, como ha reiterado Mendia.

"No somos los más afectados"

Sánchez no se desplazó a Ferraz este 12-J para vivir la noche electoral con sus compañeros (sí se manifestó por Twitter). No lo suele hacer desde que ocupa la Moncloa cuando tocan solo autonómicas parciales. La sede estuvo capitaneada por los números dos y tres, Adriana Lastra y José Luis Ábalos. Este fue, de hecho, quien compareció sobre la medianoche para hacer la lectura de los resultados y para constatar que el PSOE se había "estancado" en ambos territorios. En Euskadi, dijo, sí se habían cumplido aproximadamente las expectativas —confiaba en subir "uno o dos escaños", pero el aumento solo fue de un representante—, pero no en Galicia, donde el resultado fue "insuficiente".

Ábalos admite que los datos no son satisfactorios, sobre todo en Galicia, pero el PSOE ha "aguantado" la estrategia de "derribo" al Gobierno de la derecha

Aunque Ábalos defendió que estas elecciones estaban marcadas por una clara componente autonómica, porque Galicia y Euskadi son dos territorios "singulares", sí subrayó que el hecho de que el PSOE no haya despuntado más se debe a la "ofensiva", "tremenda", de la oposición conservadora. Más que preguntarse por qué el partido no ha capitalizado la gestión de la pandemia o el 'efecto Moncloa', el secretario de Organización cree que hay que situar el debate en otra clave: cómo el PSOE ha "aguantado" la estrategia de "derribo", de "estigmatización" del Gobierno. Ofensiva que, finalmente, no ha cumplido su objetivo, a juicio de los socialistas, ya que el PSE y el PSdeG avanzan en un diputado.

Caballero asume un resultado electoral "claro" y "legítimo" en favor del PP

"No somos el partido más afectado", "no hemos ido para atrás", sostuvo Ábalos durante la rueda de prensa, dirigiéndose tanto a Casado como a Ciudadanos. Porque el jefe del PP quería exportar la fórmula de coalición con Cs que firmó en Euskadi para Galicia y Feijóo "no le dejó". Mientras que a este le ha funcionado el mensaje de "moderación y de consenso", a Casado su apuesta con Iturgaiz le ha salido "muy mal". "No hemos sufrido el desgaste que algunos aventuraban. En Euskadi somos necesarios para la gobernabilidad y en Galicia mantenemos una presencia institucional muy importante", recalcó. Los socialistas recuerdan que lideran cinco de las siete capitales gallegas y tres de las cuatro diputaciones, poder que no tenían en 2016. La receta que se aplicarán será "trabajar más en Galicia para ser alternativa".

El liderazgo de Caballero, dirigente próximo a Sánchez que accedió al cargo en 2017 y con menos de un año como diputado autonómico, no se cuestiona por ahora, insistieron fuentes de la cúpula. Ahora se trata de que se siga fogueando en el Parlamento desde el primer minuto. De hecho, Caballero aseguró que creía haber "cumplido dignamente, con responsabilidad, con honradez" su aventura electoral, aunque sin la experiencia de dos candidatos más curtidos como Feijóo o Pontón. "No es sencillo llegar y en la primera ocasión ya besar el santo", alegó. El ministro de Transportes dio por hecho, a su vez, la nueva alianza de PNV y PSE en Vitoria. Ambas formaciones, eso es cierto, han sido premiadas por los votantes. Más Urkullu, desde luego.

Mensaje a Cs por acercarse al PP

Ábalos observó además que la fórmula elegida por Casado e Inés Arrimadas de aunar fuerzas en Euskadi "no ha funcionado". No solo no han sumado más sino que "han restado", al pasar de los nueve diputados del PP a solo cinco de la alianza de ambos. Entonces envió un recado a los naranjas. "Cada vez que Cs se acerca al PP no le va bien". El desplome de Podemos, sobre todo en Galicia, "merece una reflexión". Pero haciéndola sobre el conjunto de fuerzas, porque también, a juicio de Ferraz, el que los populares utilicen estrategias polarizadoras acaba beneficiando al crecimiento de los nacionalismos.

La dirección socialista cree que el caso Dina no ha "ayudado" a UP, y atribuye su descalabro en Galicia (14 a 0) a la división del espacio de En Marea

Fuentes socialistas observaban que a los morados puede no haberles "ayudado" el caso Dina, ni tampoco cómo Iglesias ha planteado la campaña. Eso sí, también creen que el resultado en Galicia se explica menos por su gestión en el Gobierno y más por la división interna de En Marea, experimento que implosionó y que no se ha reproducido para este 12-J. La dirección subraya que si no ha logrado captar papeletas de Podemos es porque ellos tenían un voto "protesta" que es más reacio a apoyar a un partido más institucionalizado como el PSOE.

Ábalos cree que el PSOE "ha aguantado" la "ofensiva de derribo" del PP

La cúpula entiende asimismo que los ciudadanos han acabado premiando a los gobiernos —en este caso, los de Feijóo y Urkullu— en tiempos de incertidumbre, porque los ven como un "refugio", y eso, dicen, está sucediendo en otras CCAA y sucederá en el Ejecutivo central. En Ferraz no esperan un reequilibrio de fuerzas dentro del Gabinete bicolor. "Nosotros seguimos teniendo 120 diputados en el Congreso y ellos 35. Pero quizá ellos se den cuenta de que han de centrarse más en la gestión", indicaron.

Iglesias anunció una "profunda autocrítica" por los pésimos datos obtenidos este 12-J. En los siguientes días puede que vengan los movimientos tectónicos en los partidos. Pero, 'a priori', en el PSOE no esperan que afecten al bipartito. Sánchez quiere pasar página pronto. Este lunes no asistirá a la reunión de la ejecutiva, tras la que no se espera una nueva rueda de prensa (Ábalos atendió cuatro turnos de preguntas de los periodistas en la noche electoral), y tras una cita con el comité de seguimiento del coronavirus, pondrá rumbo a La Haya. Esta semana su objetivo es otro: amarrar el fondo de recuperación europeo. El 12-J ya pasó para él. Peor de lo que habría querido, pero sin que le obligue a recalcular su hoja de ruta.

Ya parecía que la palabra 'sorpaso' había quedado desterrada del diccionario de los socialistas. La amenaza de un adelantamiento de Unidas Podemos había sido conjurada con el largo e intenso ciclo de 2019. Pero no. Regresa. No encarnado en los morados, sino en el BNG, el nacionalismo histórico gallego que resurge de sus cenizas y que aguó otra noche electoral en Ferraz. Porque el 12-J confirmó los gobiernos de Alberto Núñez Feijóo (PP) en Galicia y de Iñigo Urkullu (PNV) en Euskadi y dejó poco mejor a los socialistas en ambas comunidades, con prácticamente los mismos resultados que hace cuatro años (un solo diputado más en ambas comunidades) y con el agravante de que el PSdeG de Gonzalo Caballero es superado ampliamente por el BNG, tanto en votos como en escaños. El PSE de Idoia Mendia podrá continuar en la coalición gubernamental con Urkullu: ambos ahora sí suman mayoría absoluta, la que no tuvieron en 2016.

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