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Sánchez ajusta la última pieza en Moncloa: la Secretaría de Estado de Comunicación
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EL JEFE DEL EJECUTIVO ULTIMA SU EQUIPO

Sánchez ajusta la última pieza en Moncloa: la Secretaría de Estado de Comunicación

El Consejo de Ministros de este martes probablemente aprobará la nueva composición de un departamento clave, más aún en un Gobierno bicolor. Faltan por conocer dos 'sherpas' del presidente

Foto: El director de Gabinete de Pedro Sánchez, Iván Redondo (i), y el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, el pasado 22 de julio en el Congreso. (EFE)
El director de Gabinete de Pedro Sánchez, Iván Redondo (i), y el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, el pasado 22 de julio en el Congreso. (EFE)

El segundo escalón de la Administración ya está prácticamente al completo, a falta de la reorganización del Ministerio de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación. Y también la alineación básica de la Presidencia del Gobierno. Pero a Pedro Sánchez le queda una gran pieza para rematar el diseño de su equipo de confianza: le resta recomponer la Secretaría de Estado de Comunicación (SEC), un departamento quizá poco visible para el ciudadano pero que resulta clave para la relación con los medios y que en esta nueva etapa, en un Ejecutivo de coalición en el que es fundamental la coordinación de mensajes de los dos socios, adquiere una especial relevancia. En la Moncloa indican que en el Consejo de Ministros del martes probablemente se culmine la reorganización del área, que en el Gabinete del presidente guardan con máximo celo. Aún no se sabe, por tanto, si continuará al frente de la SEC su actual titular, el veterano periodista Miguel Ángel Oliver, si bien hay cargos del partido y del Ejecutivo que dan por hecho su relevo. La última palabra la tienen el propio presidente y su director de Gabinete, Iván Redondo.

El pasado martes, el 'Boletín Oficial del Estado' publicó el decreto de estructura de la Presidencia del Gobierno, el que deja por escrito la remodelación del equipo de Sánchez en la Moncloa con la potenciación de dos hombres de su absoluta confianza: Redondo, en quien descansan unos poderes sin precedentes, y Félix Bolaños, como secretario general de la Presidencia. La dupla se completa con Paco Salazar, nuevo director adjunto de Gabinete y sustituto de Andrea Gavela. Redondo, Bolaños y Salazar, además del secretario de Estado de Comunicación, integran el Comité de Dirección, el órgano de "coordinación del asesoramiento y apoyo de la actividad de la Presidencia del Gobierno". Es decir, que esos cuatro altos cargos pilotan la estrategia y la comunicación de Sánchez y de su Ejecutivo.

La SEC tiene amplias competencias y es una pieza clave de todos los Gobiernos. José Luis Rodríguez Zapatero nombró cuatro secretarios de Estado —Miguel Barroso (2004-2005), Fernando Moraleda (2005-2008), Nieves Goicoechea (2008-2010) y Félix Monteira (2010-2011)—, Mariano Rajoy mantuvo todo en su tiempo en el poder a la periodista Carmen Martínez Castro, de su máxima confianza, y Sánchez, tras su aterrizaje en la Moncloa en 2018, designó a Miguel Ángel Oliver procedente de Cuatro, cadena de televisión a la que había llegado tras décadas de experiencia en la Cadena SER. De él dependían tres directores generales: de Comunicación, Susana Reverter; de Información Internacional, Carmen Pérez, y de Información Nacional, Alberto Pozas. Este último tuvo que dejar su cargo en abril al ser citado a declarar como testigo en el caso Villarejo pero por su etapa anterior, como director de la desaparecida revista 'Interviú'. La vacante de Pozas, imputado tras salir del Gobierno, no fue cubierta cuando se produjo por decisión del SEC y después no era posible hacerlo al estar el Ejecutivo en funciones desde las elecciones del 28-A hasta la investidura. Reverter y Pérez, también periodistas de larga experiencia, continuaron al frente de sus áreas con normalidad.

El decreto de estructura plasma que la SEC crece: pasa de tres a cinco departamentos (Nacional, Internacional, Autonómico, Económico y Digital)


El real decreto 136/2020, el que confiere enormes poderes a Redondo, también la batuta de la estrategia de comunicación, supone una completa remodelación de la SEC. A partir de ahora, colgarán de ella cinco departamentos —Información Nacional, Información Internacional, Información Económica, Información Autonómica y Departamento Digital—, al frente de los cuales se situarán cinco directores generales, de los que colgarán cinco subdirecciones generales. Es decir, la SEC se amplía, dada su "gran carga de trabajo", por el gran volumen de medios con los que tiene que lidiar, y también se especializa. Además, el secretario de Estado tiene un Gabinete como órgano de apoyo —la mano derecha de Oliver es la periodista Raquel Redondo—, y del alto cargo depende una unidad de logística informativa (encargada de la provisión de los medios audiovisuales y técnicos necesarios para la cobertura de la actividad del presidente, de la vicepresidenta primera, Carmen Calvo, y de la portavoz, María Jesús Montero), una subdirección general de Análisis y Documentación, una unidad de Publicidad Institucional y otra de Desarrollo. La SEC coordina la política informativa del Gobierno y de las misiones en el exterior, a excepción de la Oficina de Información Diplomática (OID), ubicada en Exteriores.

Foto: El director de Gabinete del presidente, Iván Redondo, y el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, el pasado 17 de enero. (EFE)

A su lado en las ruedas

Reverter y Pérez fueron cesadas en el pasado Consejo de Ministros. Era un movimiento obligado, pues sus áreas o han desaparecido del organigrama —ya no existe la Dirección General de Comunicación que conducía la primera— o han cambiado de denominación. Pero ambas siguen trabajando en funciones hasta que sean confirmadas o relevadas. Oliver también sigue al frente de la SEC. En el departamento señalan que continúan "a la espera", desarrollando su labor hasta que Sánchez y Redondo decidan su suerte. Fuentes del Gabinete de la Presidencia señalaban a este diario que esta próxima semana se anunciará "la nueva SEC", sin precisar si habrá o no reemplazo de Oliver.

En el partido y en el Gobierno hay quienes creen que Oliver será relevado, y otros juzgan lo contrario. En la SEC señalan que están aún "a la espera"

Apuestas, en el partido y en el Gobierno, hay para todos los gustos. En Ferraz y en la Moncloa hay quienes afirman que se le está "buscando un relevo", para afrontar de manera distinta esta nueva etapa y pasar página de unos meses de cuestionamiento de la estrategia comunicativa del Ejecutivo. "Los rumores son que será reemplazado", dice un ministro próximo a Sánchez. Otras fuentes apuntan, en cambio, que será confirmado porque su labor de coordinación de los ministerios ha sido "buena" y el trato con los responsables de prensa de ellos, "impecable". No en vano, hay dirigentes y miembros del Ejecutivo que apuestan por la continuidad de Oliver. De cualquier modo, Redondo ha cuidado los gestos en estas semanas. Lo acompañaba en las ruedas de prensa posteriores a la reunión del Consejo de Ministros y se sentaba a su lado, para mostrar su poder —no deja de ser el amo y señor de la Moncloa—, aunque podía interpretarse también en señal de complicidad. No hay indicios, al menos en público, de distanciamiento.

En el equipo de Sánchez sí subrayan que a partir de ahora el Gobierno quiere estar "más a la ofensiva" y tener una relación más fluida con los periodistas. Pero no han precisado cómo se plasmará ese hipotético giro que, de momento, no ha aparecido por ningún lado. En definitiva, el hermetismo es total en este asunto, como ha ocurrido con el resto de nombramientos de ministros y altos cargos, que la Moncloa ha ido difundiendo por goteo, en una hábil estrategia diseñada para mantener el suspense hasta el final. En las quinielas, para el caso de que fuera sustituido, ha vuelto a sonar el nombre de Toni Bolaño, periodista de 'La Razón' y exdirector de Comunicación del 'president' José Montilla en la Generalitat. El experimentado profesional ya circuló como uno de los candidatos posibles al cargo en junio de 2018.

Pedro Sánchez muestra desde Portugal su "preocupación" por el coronavirus

Oliver levantó la indignación de los periodistas que cubren la información del Ejecutivo por sus palabras en una conferencia pronunciada el pasado diciembre. En ella, el secretario de Estado cargó contra ellos por ser todos "tertulianos", por convertirse en "activistas" y por su "dinámica enfermiza" por preguntar. Tras la polémica, Oliver pidió disculpas a través de Twitter por si sus declaraciones hubieran "ofendido" a los periodistas, en especial los encargados de la cobertura del Gobierno. Pero como periodista, invitaba a una "reflexión" a sus compañeros. Durante su mandato, la prensa ha reprochado a Sánchez su escasez de comparecencias sin limitación de preguntas. Un hecho, sin embargo, que ha sido rebatido por el secretario de Estado: hasta diciembre de 2019, el jefe del Ejecutivo, defendió, había dado 44 ruedas de prensa, 29 de ellas en el extranjero, según sus números. La SEC también ha argumentado que ha buscado la mayor "transparencia" y ha perseguido responder a los medios con la mayor celeridad.

Moncloa no lanzó mensaje de apoyo ni explicación en la crisis con Ábalos. Y son frecuentes las quejas por el trato de Sánchez hacia los periodistas

La Moncloa ha sido protagonista de las últimas crisis que han afectado al Ejecutivo, numerosas en menos de tres semanas desde su constitución. Por ejemplo, no emitió mensaje alguno de apoyo al ministro de Transportes, José Luis Ábalos, cuando se conoció su encuentro con la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez. Tampoco hubo una explicación de lo sucedido mientras se seguían distintas versiones y quedaba en entredicho un peso pesado del equipo del presidente. Y este sábado, sin ir más lejos, los medios desplazados a Beja (Portugal), a la Cumbre del Grupo de Países Amigos de la Cohesión, protestaron porque Sánchez no se detuvo al término de la cita para hacer balance ni para responder a las cuestiones que pudieran dirigirle.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su entrevista con El Confidencial, en abril de 2019 en el Salón Tàpies de la Moncloa. Al fondo, el director de su Gabinete, Iván Redondo. (Jorge Álvaro Manzano)

El eslabón de Santos Cerdán

Las críticas a la política comunicativa de un Gobierno son una constante a lo largo de los años. Pero, como recuerdan distintos dirigentes, los errores estratégicos no son culpa de la SEC, sino de las decisiones de los jefes. "La política de comunicación es imposible cuando lo que quieres comunicar es imposible de explicar", resume con resignación un alto cargo territorial del PSOE, que ha hecho llegar a Ferraz la falta de información sobre las medidas adoptadas por Sánchez, en especial respecto a la gestión del diálogo con Cataluña, una cuestión sensible y que irrita en federaciones como Castilla-La Mancha. También para mejorar el engranaje Gobierno-partido se ha reforzado el papel del navarro Santos Cerdán, actual número dos de Ábalos.

En el nuevo organigrama se desmantela la Secretaría General de Asuntos Internacionales: sus funciones se reparten entre cuatro directores

La estructura de la Moncloa se cerrará, en los primeros niveles, este martes, presumiblemente. Además de la SEC, Sánchez y Redondo tienen que decidir quiénes estarán al frente de los Departamentos de Asuntos Exteriores y de Unión Europea, cuyos titulares tendrán rango de director general. Y es que con el nuevo organigrama, se desmantela la Secretaría General de Asuntos Internacionales, Unión Europea, G20 y Seguridad Global, que conducía el diplomático José Manuel Albares. Sánchez pasa de tener un 'sherpa', un asesor principal en política exterior, a cuatro, pero de menor peso: los asuntos relativos a G20 los llevará el director del Departamento de Asuntos Económicos y G20, Manuel de la Rocha Vázquez; los concernientes a seguridad, el general Miguel Ángel Ballesteros, director del Departamento de Seguridad Nacional. Faltan por nombrar los otros dos 'sherpas', de Exteriores y de UE.

placeholder José Manuel Albares, secretario general de Asuntos Internacionales de la Moncloa y próximo embajador de España en Francia, el pasado diciembre de 2019 en la cumbre del clima, COP25, en Madrid, con Pedro Sánchez. (Borja Puig | Moncloa)
José Manuel Albares, secretario general de Asuntos Internacionales de la Moncloa y próximo embajador de España en Francia, el pasado diciembre de 2019 en la cumbre del clima, COP25, en Madrid, con Pedro Sánchez. (Borja Puig | Moncloa)

Redondo ha estado entrevistando a candidatos en las últimas semanas, pero la decisión se tomará, con mucha probabilidad, a comienzos de esta semana. La Moncloa quería que al frente de ambos departamentos se situaran mujeres. Y es que la configuración del Gabinete del presidente es, por ahora, casi totalmente masculina. En el equipo del líder explican que no era nada fácil encontrar un perfil tan completo como el de Albares: diplomático, con carné de partido, con una visión global y con la confianza del jefe del Ejecutivo. De ahí que ahora se haya decidido repartir sus competencias entre cuatro directores generales. Por otro lado, queda designar asimismo al responsable de la Oficina Nacional de Prospectiva y Estrategia de País a Largo Plazo, de nueva creación y dependiente de Redondo.

Foto: El secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, el pasado 27 de abril, la víspera de las generales del 28-A. (EFE)

Albares tiene el plácet de París

Albares ha sido ya cesado y el martes el Consejo de Ministros le nombrará ya embajador de España en Francia, puesto para el que Exteriores ya ha recibido el plácet de la República gala. El visto bueno de París ha tardado apenas 15 días. El diplomático marchará al país vecino en unas dos semanas, ya que siempre se deja un margen temporal suficiente al embajador saliente para que haga la mudanza.

De los 28 secretarios de Estado, están nombrados la mayoría. Faltan tres de Exteriores y componer la SEC. Paz Esteban será nombrada directora del CNI

De los 28 secretarios de Estado del nuevo Gobierno de coalición, la inmensa mayoría han sido designados ya por parte de los dos socios. Queda por saber el titular de la SEC (sea Oliver confirmado o relevado) y conocer el nombre de quienes se harán cargo de tres de las cuatro secretarías de Estado del ministerio que dirige Arancha González Laya: la de Asuntos Exteriores y para Iberoamérica y el Caribe; la de Unión Europea, y la de Cooperación Internacional. La cuarta, la de España Global, fue asignada el pasado martes a Manuel Muñiz, en sustitución de Irene Lozano, enviada a la presidencia del Consejo Superior de Deportes (CSD), con rango también de secretaria de Estado.

placeholder Paz Esteban, nueva directora del CNI, el pasado 9 de julio de 2019 con la ministra Margarita Robles. (CNI)
Paz Esteban, nueva directora del CNI, el pasado 9 de julio de 2019 con la ministra Margarita Robles. (CNI)

El viernes pasado la Moncloa adelantó que el martes el Consejo de Ministros nombrará a Paz Esteban como directora del Centro Nacional de Inteligencia, también con esa categoría. La primera mujer al frente de los espías hasta ahora ejercía el cargo de manera interina tras la jubilación de Félix Sanz Roldán, en julio pasado. Su confirmación demuestra la influencia y el poder de la ministra de Defensa, Margarita Robles, de quien depende el CNI.

Poco a poco, el puzle de Sánchez se va reordenando. En el Gobierno, en la Moncloa y también en el PSOE.

Un departamento que depende orgánicamente del presidente

La Secretaría de Estado de Comunicación (SEC) no siempre ha dependido directamente del presidente del Gobierno. José Luis Rodríguez Zapatero, tanto en 2004 como en 2008 y 2010 (en su última gran reestructuración del Gabinete), la situó bajo la tutela orgánica del Ministerio de la Presidencia, que dirigieron, sucesivamente, María Teresa Fernández de la Vega (2004-2010) y Ramón Jáuregui (2010-2011). También Mariano Rajoy siguió en su primer mandato la misma fórmula: colocó el departamento bajo la batuta de Soraya Sáenz de Santamaría, vicepresidenta, ministra de la Presidencia y portavoz. 

En 2016, Rajoy repensó la ubicación de la SEC. La hizo depender orgánicamente de la Presidencia del Gobierno y funcionalmente del ministro que ejerciera de portavoz, que en aquel caso fue Íñigo Méndez de Vigo

En 2018, Pedro Sánchez mantuvo ese formato: la SEC dependía orgánicamente de él y funcionalmente de la portavoz, Isabel Celaá. Y en 2020, lo mismo: la Secretaría de Estado de Comunicación sigue alojada en la Moncloa y vinculada funcionalmente a la nueva portavoz, la sevillana María Jesús Montero. Lo que se añade es que la SEC se integra en el Comité de Dirección que encabeza el jefe de Gabinete de Sánchez, Iván Redondo

El segundo escalón de la Administración ya está prácticamente al completo, a falta de la reorganización del Ministerio de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación. Y también la alineación básica de la Presidencia del Gobierno. Pero a Pedro Sánchez le queda una gran pieza para rematar el diseño de su equipo de confianza: le resta recomponer la Secretaría de Estado de Comunicación (SEC), un departamento quizá poco visible para el ciudadano pero que resulta clave para la relación con los medios y que en esta nueva etapa, en un Ejecutivo de coalición en el que es fundamental la coordinación de mensajes de los dos socios, adquiere una especial relevancia. En la Moncloa indican que en el Consejo de Ministros del martes probablemente se culmine la reorganización del área, que en el Gabinete del presidente guardan con máximo celo. Aún no se sabe, por tanto, si continuará al frente de la SEC su actual titular, el veterano periodista Miguel Ángel Oliver, si bien hay cargos del partido y del Ejecutivo que dan por hecho su relevo. La última palabra la tienen el propio presidente y su director de Gabinete, Iván Redondo.

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