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Moncloa deja solo a Ábalos en la crisis por su encuentro secreto con la dos de Maduro
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UN PESO PESADO EN EL OJO DEL HURACÁN

Moncloa deja solo a Ábalos en la crisis por su encuentro secreto con la dos de Maduro

El círculo del presidente toma distancia con el ministro por su cita con la vicepresidenta mientras en Ferraz hay "perplejidad". En Transportes admiten que se "infravaloró" la situación

Foto: El ministro de Transportes, José Luis Ábalos, este 24 de enero en A Coruña. (EFE)
El ministro de Transportes, José Luis Ábalos, este 24 de enero en A Coruña. (EFE)

José Luis Ábalos, ministro de Transportes, está solo en la tormenta. Él mantuvo un encuentro secreto —"fortuito", "casual", lo calificó— con la vicepresidenta de Venezuela y número dos de Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez, y él tuvo que intentar huir de su propia madeja. Sin ayuda de nadie más que de su equipo. La Moncloa guardó un sonoro silencio mientras se sucedían las versiones y la polémica se acrecentaba con los cambios de versión del ministro, algo que aprovechó la oposición. No salió ningún comunicado ni mensaje del equipo de Pedro Sánchez. La crisis hubo de ser gestionada únicamente desde el ministerio, en el que reconocen que el error fue "infravalorar" este capítulo que, para algunos en Ferraz, deja al número tres del PSOE en una posición más complicada, aunque no en zona de peligro. En la cúpula no sorprenden tanto ya los "charcos" en los que creen que se mete.

Fueron 24 horas para olvidar para Ábalos, uno de los ministros con mayor peso político del Gobierno, junto con la vicepresidenta primera, Carmen Calvo. Una de las piezas mayores y, también por ello, más delicadas. Cuando se supo, a través de 'Vozpópuli', que se había reunido con Rodríguez en la noche del domingo a lunes en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas, la primera respuesta fue el desmentido rotundo y sin matices: no, no hubo ninguna "reunión" con la vicepresidenta venezolana, cuya entrada está vetada en la Unión Europea por "minar la democracia y el Estado de derecho" en el país.

Sin embargo, a medida que la confusión crecía y se estrechaba el cerco de la prensa y la oposición, que pidió explicaciones inmediatas al ministro, él fue cambiando de versión. O, según defienden en su departamento, fue "ampliando la información", "quizá dosificándola en exceso", admiten, pero sin salirse de su posición de partida: que no hubo una "reunión" si como tal se entiende un "intercambio de puntos de vista".

Ábalos afirmó primero, en la noche del jueves, horas después de que saltara la información, que no hubo ningún "contacto formal" con Rodríguez, y que si había ido al aeropuerto era para recibir al ministro de Turismo del país caribeño, Félix Plasencia, amigo suyo desde hace muchos años y español, que había llegado a Madrid al frente de la delegación venezolana en Fitur. Se infería de ese mensaje que sí que había habido un contacto, siquiera informal. Ya este viernes en el ministerio hablaban de un "saludo forzado por las circunstancias".

El ministro intentó zanjar la confusión ya en la tarde del viernes. Niega los cambios de versión y hablan de que ante la "insistencia", se contó la "secuencia"


Y finalmente, él mismo narró, antes de un acto en A Coruña, que subió a la aeronave porque Plasencia le había preguntado si no le "importaba" saludar a Rodríguez, que estaba de tránsito, haciendo escala en Madrid. "Ante esas circunstancias no sé cómo reacciona cada uno, pero en mi caso, la saludé y ya está, nada más, al margen de recordarle que lamentablemente no podía pisar suelo español, y así fue. Luego ni hubo reunión ni pisó territorio español. Y cuando uno gobierna no tiene que crear más problemas añadidos en el ámbito diplomático. Hay quien piensa que la política es confrontación, enfrentamiento, buscar más problemas, y otros tratamos de que haya menos problemas", explicó. Es decir, que si actuó así fue para no generar más choques con quien es el Gobierno efectivo de Venezuela, aunque el presidente legítimo para España sigue siendo el líder opositor, Juan Guaidó. "Fue una circunstancia muy fortuita, muy casual, y dentro de mis posibilidades lo resolví como mejor pude, no generando ningún problema. Siento que sea tan vulgar el suceso", remachó. Contó que supo desde la tarde que Rodríguez acompañaba en el vuelo a Plasencia a través de Interior.

Foto: El ministro de Transportes, José Luis Ábalos, el pasado 11 de enero. (EFE)

"Desafortunada coincidencia de eventos"

En todas estas horas de pasión, no hubo un pronunciamiento por parte de la Moncloa. Ni un tuit de Sánchez para arropar a su ministro de Transportes. Tampoco desde el Gabinete de la Presidencia o desde la Secretaría de Estado de Comunicación se emitió mensaje alguno. No se precisó si el jefe del Ejecutivo estaba al tanto del incidente en Barajas, o si fue avisado previamente de que podía producirse ese encuentro secreto entre Rodríguez y Ábalos. Solo la nueva ministra de Exteriores, Arancha González Laya, que este sábado recibe a Guaidó en Madrid, arropó a su compañero de Gabinete: subrayó que ya había dado "las explicaciones" pertinentes y en todo caso no tuvo "una reunión ni un debate con la vicepresidenta [venezolana], quien en todo caso no entró en la UE porque no puede, por estar sometida a sanciones". "Se trató de una desafortunada coincidencia de eventos", indicó más tarde en una entrevista en la SER.

En el partido señalan que tiene facilidad para meterse en "charcos" y que era mejor 'salvar' Moncloa. No hubo tuits de respaldo de Sánchez

En el equipo de Ábalos asumían que la crisis la han gestionado en solitario, "no por falta de arrope" del presidente, sino por "las circunstancias", porque la Moncloa, al mando de Iván Redondo, aún está reorganizándose. En el ministerio apuntaban que el error de origen fue "infravalorar" este episodio, pensar que no cogería suficiente vuelo, despreciar que el también secretario de Organización "es presa fácil para la oposición, justo por su peso político". También fue un error, creen, las airadas palabras de Ábalos contra la prensa la noche del jueves, que le pilló "cansado". "Quizá hemos pecado de prudencia, de dosificar la información en exceso". Pese a los evidentes cambios de postura, su entorno rechaza este extremo. "No ha habido versiones distintas en absoluto. Simplemente ante la insistencia el ministro recorrido toda la secuencia", protestaban fuentes muy cercanas al titular de Transportes. "La cacería contra él va a seguir porque la oposición siente que ha cogido una buena presa, porque él es un peso pesadísimo del Gobierno y del partido", opina un mando del aparato.

Ábalos niega que Delcy Rodríguez pisara territorio español y hubiera reunión

En Ferraz algunos cuadros hablan de "perplejidad" ante una historia, "cuanto menos, pintoresca", que "se ha gestionado mal". "Tiene una capacidad para meterse en charcos... Ha hecho lo que le ha dado la gana. Ha cambiado de versión cuatro veces. Como para que la Moncloa se meta ahí", advertía un miembro relevante de la cúpula federal, que lamentaba el "lío" diplomático que se ha producido, también con Estados Unidos, que calificó de "sorprendente" la cita de Ábalos y Rodríguez.

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Cruce entre los expresidentes

El número tres es de los que suele salirse del guion, que gusta a los periodistas por su talante afable y empático y por no soltar el argumentario en sus declaraciones propias. Ese carácter más auténtico, menos encorsetado, le ha jugado varias malas pasadas. Ya irritó cuando dio por hecho el adelanto electoral en un momento en el que Sánchez no quería lanzar la imagen de provisionalidad, y generó malestar en ERC cuando, en plenas negociaciones para la investidura, afirmó que creía que los republicanos habían renunciado a la vía unilateral.

En el contexto se ha cruzado la controversia por la decisión del presidente de no recibir a Guaidó este sábado: lo hará en su lugar la ministra de Exteriores

Ahora el contexto tampoco ha beneficiado a Ábalos, dado que ese encuentro con la mano derecha de Maduro ha coincidido con la gira de Guaidó por Europa, en la que ha aprovechado para verse con primeros ministros como Boris Johnson, Angela Merkel, Mark Rutte, Sebastian Kurz o Kyriakos Mitsotakis, con el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell o el presidente francés, Emmanuel Macron. El líder opositor no será recibido por Sánchez este sábado —el mandatario socialista ha preferido viajar hasta las zonas afectadas por el temporal y a Málaga, a la 34ª edición de los Premios Goya—, sino por la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, que reiteró que España sigue considerándole como "presidente encargado de Venezuela" y que no ha variado un ápice el abordaje del conflicto en el país pese a la entrada de Unidas Podemos en el Gabinete.

La ministra española recibirá a Guaidó "como presidente encargado de Venezuela"

Las siguientes cartas, en el 40º Congreso

El Gobierno, pues, sigue buscando unas elecciones democráticas y libres en Venezuela. "Hay que trabajar en qué hacemos, no en con quién nos vemos", apreció. Por si fuera poco, en el escenario se cruzaron las declaraciones de los dos expresidentes socialistas. José Luis Rodríguez Zapatero, en apoyo de Sánchez, porque cree que acierta al no verse con Guaidó, y Felipe González, por reivindicar a este como el "presidente legitimado" frente a la "dictadura tiránica" de Maduro. Ambos son "opinadores", describió González Laya. "Tenemos las mejores relaciones con España. España es aliado de la democracia, de la libertad. Espero y estoy seguro de que se va a mantener de esa manera", zanjó el jefe opositor desde París.

Ábalos sigue estando en el círculo de confianza del presidente, con Calvo, Lastra y Cerdán, aunque el centro de gravedad se ha desplazado a la Moncloa

Ábalos sigue estando en el círculo de confianza del presidente, en ese estrecho núcleo de poder en el que se integran también Carmen Calvo y la vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, además del responsable de Coordinación Territorial, Santos Cerdán. Pero Sánchez ha desplazado cada vez más el centro de gravedad de su actividad en el Gobierno a la Moncloa, y los custodios de sus secretos, y de las decisiones importantes, son su director de Gabinete, Iván Redondo, y el secretario general de la Presidencia, Félix Bolaños, además de la vicepresidenta primera.

uaidó: "España es aliado de la democracia y estoy seguro de que se mantendrá"

El número tres ha mantenido su parcela intacta en el Ejecutivo. Renombrada, eso sí: de Fomento a Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Pero aún tiene que pasar por la siguiente prueba: el 40º Congreso Federal, que aún no tiene fecha pero que ya en Ferraz sitúan incluso a la vuelta de verano, no inminente. Será el momento de saber si Sánchez ratifica a Ábalos como jefe del aparato o bien pierde poder. El episodio con Rodríguez puede pesarle o bien ser intrascendente. Dependerá de los próximos días y de cómo evolucione el carrusel de noticias en torno al Gobierno.

José Luis Ábalos, ministro de Transportes, está solo en la tormenta. Él mantuvo un encuentro secreto —"fortuito", "casual", lo calificó— con la vicepresidenta de Venezuela y número dos de Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez, y él tuvo que intentar huir de su propia madeja. Sin ayuda de nadie más que de su equipo. La Moncloa guardó un sonoro silencio mientras se sucedían las versiones y la polémica se acrecentaba con los cambios de versión del ministro, algo que aprovechó la oposición. No salió ningún comunicado ni mensaje del equipo de Pedro Sánchez. La crisis hubo de ser gestionada únicamente desde el ministerio, en el que reconocen que el error fue "infravalorar" este capítulo que, para algunos en Ferraz, deja al número tres del PSOE en una posición más complicada, aunque no en zona de peligro. En la cúpula no sorprenden tanto ya los "charcos" en los que creen que se mete.

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